Esquipulas: Capital Centroamericana de la paz y de la fe

Lugar Hermenéutico

Más allá de la creencia o religión que se practique, debe reconocerse la riqueza cultural que significa para Guatemala, Esquipulas, municipio del oriente guatemalteco, ciudad de origen precolonial, como parte del Señorío Chortí, integrante del Reino Payaquí o Chiquimuljá.

En 2015, por medio del acuerdo 1199 del Ministerio de Cultura y Deportes, dicha cartera declaro la tradicional Romería a Esquipulas como Patrimonio Intangible de la Nación, mandatando garantizar los espacios materiales inherentes, para el desarrollo y manifestación religiosa, espiritual y cultural de la referida romería. Desde hace siglos, a esta ciudad también se le conoce como “La capital Centroamericana de la Fe”.

Este municipio, ya estuvo en los ojos del mundo, cuando en 1986 y 1987 fue la sede del plan que impulso el Presidente de aquel entonces, Marco Vinicio Cerezo Arévalo, que estableció el procedimiento y firma de Declaraciones que pusieron fin a los conflictos armados que azotaban a Guatemala, El Salvador y Nicaragua, por lo que también se le conoció por aquellos años como “La Capital Centroamericana de la Paz”.

Las referidas menciones, debieran ser motivo suficiente para que esta pequeña ciudad, fuera reconocida como una de las principales apuestas del Estado de Guatemala, para convertirle en un referente turístico y cultural del país.

Guardando las distancias, en el amplio sentido de la palabra, Esquipulas podría ubicarse al nivel de sitios de similares características, como es el caso de la Basílica de Guadalupe en México, El Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima o la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

En estos ejemplos, puede observarse una fuerte intervención del Estado, por medio de autoridades locales y nacionales, que visualizaron en dichos sitios, la oportunidad de enfocarlos culturalmente al mundo.  Alrededor de los mismos existen fuertes inversiones en infraestructura física, en sistemas intermodales de transporte, seguridad encubierta, amplia red de servicios, construcción de museos donde se entremezcla el arte con la fe, con sus consiguientes beneficios.

En estos casos, no hace falta invertir millonarias cantidades en promoción turística, puesto que se cuenta con siglos de tradición, cuya marca destino trasciende fronteras y continentes. La gran diferencia entre estos ejemplos con Esquipulas radica fundamentalmente en la infraestructura alrededor de ellos.

Claro está, el reconocimiento mundial para la Basílica de Guadalupe, El Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima o la Basílica de San Pedro, no llegó por casualidad o por obra únicamente de la fe, para ello fue necesaria toda una estrategia de Estado para garantizar los recursos para invertir en infraestructura física y social que les posiciono como referentes culturales y espirituales en el mundo.

En el caso guatemalteco, las autoridades de aviación civil iniciaron los trabajos del recapeo de pista del aeródromo de Esquipulas como parte de la Ruta Maya que conllevara a Copan y Tikal respectivamente, bien por esta iniciativa.

Sumado a lo anterior, autoridades locales y nacionales deben acompañar este esfuerzo con inversiones en la construcción de infraestructura turística que brinde seguridad, facilidades de movilidad y comodidad a visitantes locales y foráneos.

Esquipulas es una marca destino que bien merece la apuesta del Estado para generarle condiciones que le posicionen como un destino cultural de primer nivel. Lo anterior rebasa la fe y religiosidad, pues se convierte en un motor para el desarrollo socioeconómico de esta ciudad y los poblados vecinos.

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