Acerca del Populismo
Debemos Saber La Verdad
La República según la Real Academia Española (RAE), es la organización del Estado cuya máxima autoridad, el Presidente, es elegida por los ciudadanos o por el parlamento para un período determinado, cuya forma de gobierno es una república. El Estado está representado por el Presidente, quien puede dirigir el Estado y nombrar a sus funcionarios.
El populismo, según la RAE, es una tendencia política que pretende atraer a las clases populares. Su origen es un movimiento ruso del siglo XIX llamado narodnismo (narodnichestvo) término que se traduce al español como populismo derivado del lema ir hacia el pueblo. Este término ha sido utilizado frecuentemente en discursos políticos. En América Latina lo han utilizado para caracterizar a ciertos gobiernos elegidos democráticamente con el fin de atribuirle características negativas.
El socialismo, según la RAE, es el sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva estatal de los medios de producción y distribución de los bienes. Teoría económica y política de Karl Marx que desarrolla principio de igualdad política, social y económica de todos los seres humanos.
La izquierda política, según la RAE, es el sector del espéctro político que defiende la igualdad social y el igualitarismo, frecuentemente en contra posición a las jerarquías entre individuos. Son grupos políticos de opiniones radicales.
El comunismo, según la RAE, es el movimiento y sistema político desarrollado desde el siglo XIX en Rusia, basados en la lucha de clases y la suspensión de la propiedad privada de los medios de producción.
La izquierda = El socialismo = El populismo.
En América Latina los debates políticos son enfrentamientos entre el populismo contra la República.
Así el populismo a través de sus líderes generalmente corruptos ha logrado deshacer instituciones, cambiar Constituciones y leyes, pero sobre todo reducir las libertades individuales y comerciales de sus ciudadanos.
El populismo se inició en el siglo XIX en Rusia y ha tenido fuerza en América Latina porque los gobiernos democráticos no han sabido gobernar la República y no han logrado la igualdad ante la ley, no han logrado que la justicia sea para todos, impedir que grupos con poder busquen satisfacer sus privilegios, impedir que los sindicalistas, amigos de los gobiernos, también busquen satisfacer sus privilegios para ellos.
Por lo anterior, se permitió que se fortaleciera el populismo por los gobiernos democráticos, que por sus intereses y graves errores lograron frenar el desarrollo del país y el bienestar del pueblo.
Los líderes populistas de los gobiernos de América Latina, clasificándose de derecha o izquierda, electos o militares, hacen creer al pueblo que se les ha dado el poder para hacer lo que ellos consideren necesario, incluso incumpliendo las leyes y/o la constitución vigente, con tal de cumplir la supuesta voluntad popular, que los mismos líderes populistas son quienes deciden cual es la voluntad popular y hacen ver cual es el deseo del pueblo.
Los populistas también hacen ver que el Estado por medio de sus líderes populistas si saben como gastar o invertir el dinero de los impuestos del pueblo en beneficio de la sociedad. Pero nunca se llega al paraíso que prometen los populistas al pueblo y con esa falsedad que usan, se dan mejor nivel de vida los líderes populistas que ejercen el gobierno y a su círculo más cercano.
Como resultado de lo anterior los ciudadanos empiezan a ver sus derechos violados y a tener menos posibilidades de reorientar el rumbo de sus vidas. Así los ciudadanos se vuelven dependientes de los gobiernos populistas y aceptan que estos funcionarios populistas, quienes dicen ser iluminados, toman las únicas decisiones que transforman al pueblo en obedientes ciudadanos de un paternalismo populista.
A pesar de que como ciudadanos nos consideramos sensatos en las elecciones populares, elegimos a gobernantes populistas que proponen ser las autoridades para resolver problemas y dar mejoras al pueblo, pero al final ya con poder tratan a los ciudadanos como menores de edad y a los que no les hacen caso dicen que son irresponsables.
Por un lado, los líderes populistas hacen ver que una parte de la población es el enemigo interno quienes junto con los que consideran los enemigos externos del país, son los antisociales o anti-pueblo.
Por otro lado, está otra parte del pueblo a quienes los líderes populistas dicen que quieren ayudar y en cada discurso o presentación de los populistas buscan meter el odio o el resentimiento en la sociedad y buscando hacer que el pueblo juzgue a los antisociales o anti-pueblo utilizando diferentes formas y temas internos o externos del país, como es acusarlos de oligarcas, abusadores, representantes de la conquista española, apoyar a los países desarrollados, etc.
Los populistas hacen ver que ellos son honrados, desinteresados, que nunca se equivocan y que siempre escogen al mejor líder. Con esta dicotomía el populismo logra el apoyo de una parte del pueblo e insertar el odio en la sociedad y por otro lado lograr que esta parte del pueblo los acepte y les perdone a los populistas el no cumplir lo ofrecido por ellos, de todos sus actos de corrupción, cambios de constituciones y leyes, la falta de justicia, porque todo lo que hacen es en nombre del pueblo y cualquier cosa que hagan mal, le echan la culpa al anti-pueblo o a los antisociales.
Todo esto lo logran con actos de adoctrinamiento masivos a través de medio de comunicación, redes sociales, propaganda y también en el sistema educativo.
El gobierno populista busca amalgamar los tres poderes del Estado, ejecutivo, congreso y judicial, para tener y controlar y gobernar todo a su conveniencia.
Además el trabajo del gobierno populista continúa con dar a conocer al pueblo la idea de satisfacer ciertas necesidades sociales y las publicita de tal manera que los líderes populistas son quienes arreglan las injusticias en la sociedad, pero haciendo todo esto incrementan el gasto público, multiplican el empleo estatal, dan más subsidios, bolsas de comida, suben dádivas y para poder financiar todas estas cosas que dicen que son gratis, entonces los populistas tienen que aumentar impuestos, aumentar la deuda pública, aumentar la inflación. Con esto
los gastos del estado nunca les alcanzan y los servicios y prestaciones a los ciudadanos son cada vez menos y peores. Hay que recordar que no hay nada gratis.
Uno de los resultados de los gobiernos dirigidos por líderes populistas es que reduce las fuentes de trabajo para el pueblo, aumenta el consumo, desincentiva la inversión y descapitaliza el país y el sector productivo continúa siendo empujado a perder hasta que el dinero se acaba, entonces la economía del país entra en estanflación.
Estos gobiernos populistas desesperados toman otras medidas como controles de precios, controles de tarifas, controles de importaciones y exportaciones del país, hasta que la economía colapsa como sucedió en Cuba, Venezuela y Argentina y otros países gobernados por socialistas. Los populistas hacen ver que la culpa no es de ellos, porque cuando las cosas empiezan a ir mal los populistas culpan a los enemigos internos y externos a quienes previamente inventaron y dicen que nunca quisieron colaborar.
Hay que darse cuenta de que en los países que no han tenido gobiernos populistas y/o líderes populistas, dos tercios de la población viven mejor y dejan de vivir en pobreza, sin que haya guerra de las clases sociales del pueblo. Sin embargo, se puede decir que el populismo ama tanto a los pobres que cada día los multiplica.

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