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Hacia una nueva Educación

Nueva Sociedad

La educación tiene como función esencial iniciar y hacer crecer en las personas el significado de la palabra libertad como un principio democrático fundamental y como un derecho humano que le hace ser parte de la sociedad a la que pertenece. La educación para la libertad lo hace un(a) ciudadano (a) pleno (a), independiente e inteligente. La educación formal y conceptual lo(a) forma para desplegar sus pensamientos y acciones que expresan sus juicios propios. La educación como proceso permanente de formación es un camino para fortalecer los sentimientos hacia los demás y desplegar la imaginación. Le permite un pleno crecimiento y potenciación de su formación en valores, talentos y cualidades para la vida y para, alcanzar la plenitud de su construcción cívica, con sus capacidades democráticas. Esta relación lo forma como un (a) ciudadano(a). Así la educación global es el aprendizaje gradual en áreas para la vida, la sociedad y el trabajo. Es algo más complejo que la simple repetición y memorización de conceptos. Es formar buenas personas libres y capaces para obtener y producir conocimientos y para vivir en comunidad. Estas dimensiones amplían el concepto de la educación tradicional, pues forma a los sujetos educativos como potenciador de aprendizajes y conocimientos.

En educación, los contextos sociales incorporan nuevas visiones y dimensiones cognitivas. La comunicación tiene un papel fundamental en las relaciones sociales permanentes que amplían la vida y las experiencias cotidianas de todas las personas. En los estudiantes, la formación con las tecnologías de la comunicación (tics) amplía y mejora su calidad educativa y los procesos de enseñanza y aprendizaje en los que participa. Para que las “tics” no se conviertan en el único fin de la educación, deben ser acompañadas de la formación en habilidades cognitivas. Alternar la alfabetización tecnológica, con formas de acceso de los usuarios, los lleva al desarrollo de capacidades que le permitan integrar, evaluar y generar información y comunicación. Así el proceso educativo le da posibilidades al estudiante de adquirir e integrar, y, a la vez, conocer y crear conocimiento por sí solo(a). Esto hace de la concepción educativa un campo de estudio más amplio y novedoso, sobre todo en el aprendizaje, (ya no es la enseñanza) al otorgarle un mayor espacio protagónico al estudiante en el proceso de formación.

Para J. Delors en el libro “La educación encierra un tesoro” en 1996,el desarrollo tiene por objetivo hacer posible el despliegue completo en cada uno de nosotros de la riqueza y la complejidad de sus expresiones y de sus compromisos. Cada uno es un individuo, es un miembro de la familia y de una colectividad. Es un ciudadano, un productor, un inventor de técnicas y un creador de sueños. En palabras de Delors “la educación es ante todo un viaje interior, cuyas etapas corresponden a la maduración constante de la personalidad. En el caso de una experiencia profesional positiva, la educación como medio de realización, es a la vez un proceso extremadamente individualizado y una interacción social interactiva… para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con una creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal”.

En la teoría educativa el concepto de competencias educativas adquirió revuelo al ser la sociedad un marco de referencia para la renovación de la misma educación y de la democracia. La ciudadanía como protagonista del fenómeno político y de la democracia, se fortalece en las sociedades que buscan ser más igualitarias. Para Robert B. Kozma, 2009, las competencias son capacidades de comunicación eficaz, de trabajo en equipo y de colaboración, de flexibilidad y resolución de problemas complejos y de gestión de información. Por eso se han incorporado en los programas educativos de muchos países. También han generado mucha resonancia en sociedades en las que la madurez democrática y la igualdad económica y social ha sido más difícil, como por ejemplo Guatemala, donde aún es una aspiración para las grandes mayorías sociales, educación de calidad y un consumo adecuado para todos(as) que sea visto y garantizado como un derecho humano. Lo que hace que el acceso a la alimentación, al salario y a un ingreso mínimo es una prioridad para garantiza la igualdad. Trabajo, educación y consumo son los derechos humanos que tienen que ser fortalecidos en este país. Son estas tres las mayores demandas y ausencias que se tratan de resolver desde hace varias décadas pero que aún no tienen respuesta a nivel interno.

Para Symon Rychen Dominique -1993-, la comprensión de temas de política pública, la participación en procesos democráticos en sus instituciones y la aplicación de los derechos humanos exigen una ciudadanía bien educada e informada para todos, al ser convertida en una realidad para la población, sin que sea tomada como bandera o derecho de las organizaciones, ni del ciudadano de izquierda, sino de todos los ciudadanos y ciudadanas sin distingo político, como pareciera que se está iniciando muy tímidamente en Guatemala. El (la) ciudadano (a) de a pie, ante sus limitadas condiciones sociales, económicas y políticos, es el que tiene que tomar su destino en sus manos y luchar por él, ante los limitados avances de la denominada “sociedad civil”.

Para hacer realidad esta ciudadanía de acuerdo con la propuesta de Symon Rychen, (2018), recientemente como representante de La Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) comunicó y fundamentó la importancia del planteamiento y ejecución de políticas públicas en diferentes campos, pero en especial en educación para hacer realidad la Cuarta Revolución Industrial que ya se está iniciando en este subcontinente. Son las políticas públicas las llamadas a la formación y a la educación del recurso humano para paliar los peligros que sufrirá el mundo del trabajo en estos países, pues, si no se ejecutan, serán los robots los encargados de llevar a cabo una gran cantidad de funciones que hasta ahora estaban en manos de obreros, técnicos y profesionales. La economía sufrirá un cambio fundamental en lo que a demanda de mano de obra se refiere.  Por lo que se tiene que pensar y renovar las carreras profesionales y técnicas creativas con formación y con instrucción tecnológica necesaria a los estudiantes, para que no queden excluidos de este proceso. Si esto no se hace nos convertiríamos en los marginados de sus avances y beneficios.

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