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La pobreza y los desterrados

Tanmi Tnam

En estos últimos días, los medios de comunicación nacionales e internacionales se han referido al municipio de Comitancillo del departamento de San Marcos por ser el lugar de origen de varias personas emigrantes que recién perdieron la vida en la masacre de Tamaulipas México.

Comitancillo es uno de los municipios del occidente de Guatemala que cuenta con una población sumida en pobreza y pobreza extrema debido a múltiples factores que no han cambiado desde hace muchos años. Estas condiciones generan alta emigración tanto dentro como fuera del país. Quienes migran al interior pasan a formar parte de los rincones de miseria de las grandes ciudades y sobreviven con actividades informales. Los que van fuera del país, buscan oportunidades en México y especialmente en Estados Unidos. Comitancillo refleja una cruda realidad donde lo común de un gran porcentaje de familias es el hambre, la desnutrición, la falta de atención médica, la baja cobertura de educación escolar y de mala calidad y la ausencia de instituciones oficiales en los niveles locales que agrava la situación a extremos increíbles. El Estado se ha olvidado de esta población y los referentes económicos, sociales, políticos y educativos están a la vista.

En Comitancillo, la mayoría de familias son extremadamente pobres cuyas consecuencias en las condiciones de vida de la niñez y de la juventud limitan enormemente tanto el desarrollo personal y el de la población en general. Las niñas y los niños no pueden ir todos a la escuela primaria, los adolescentes y los jóvenes tampoco pueden acceder a la escuela del nivel medio debido a que solamente funcionan pocos centros educativos públicos del ciclo básico y del ciclo diversificado. Para la juventud del municipio no hay fuentes de empleos que mejoren la economía personal y familiar y que propicien mejoras a las condiciones de vida actuales. Tan grave está la situación que tampoco hay trabajo para quienes han culminado la educación del nivel medio que poco tiempo después vuelven a su condición de sobrevivencia. Así encontramos a la juventud que vive desesperada porque con el hecho de ser bachiller, contador, maestro de primaria, mecánico y cualquier otra preparación no encuentra trabajo alguno.

La vida de muchas familias del municipio transcurre entre problemas, esperanzas y emigración. Es tanta la pobreza que más de alguna organización recomienda volver la vista hacia la agricultura, pero lo que resalta es la escasez de tierras para cultivar. En este municipio lo que sobresale es el minifundismo, hay familias que no tienen donde construir casa, otras tienen algunos metros cuadrados donde construir una galera para vivienda y otros casos tienen poquísima tierra para cultivar maíz. En estas condiciones lo común es el hambre, la desesperación y el sufrimiento. Para ajuste de penas, las pocas tierras disponibles son infértiles en su mayor parte y el cambio climático acentúa la falta de lluvia que provoca sequía y el exceso de hielo que cae mata los cultivos. Así las condiciones, no queda más que emigrar con el objetivo de alcanzar oportunidades que posibiliten vivir humanamente. Nadie espera la muerte sin hacer esfuerzos por sobrevivir.

La población del municipio de Comitancillo necesita de programas y proyectos de contenido educativo, económico y político con financiamiento del Estado de Guatemala. Estos proyectos se ejecutarían bajo la responsabilidad de los comunitarios, de mediana y larga duración con enfoque integrado cuyas respuestas sean concretas para una triste realidad que ha durado mucho tiempo. Continuará.

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