La pobreza y los desterrados (2)

Tanmi Tnam

Comitancillo sigue llorando la partida de sus hijas e hijos masacrados en Tamaulipas México. La difusión del hecho ha puesto a la vista de los pueblos del mundo las condiciones inadecuadas en que viven las familias en dicho municipio. Allí se nace para sufrir, trabajar, sobrevivir y morir en la extrema pobreza. Las familias que perdieron la vida de uno sus seres queridos en esta masacre esperan el cadáver para darle el último adiós, pero al mismo tiempo buscan las soluciones a cuestiones pendientes como consecuencia de la preparación y realización del viaje. Hay deudas que pagar o se vendió alguna propiedad para conseguir el recurso utilizado para el fatídico viaje. Ahora, esperan que las autoridades de nuestro país apoyen el retorno de los familiares muertos.

Al momento, se desconoce si alguna autoridad local, algún diputado del Congreso de la República o una comisión oficial está reevaluando las condiciones negativas de vida en que viven las comunidades de origen de los emigrantes asesinados con el objetivo de asignar presupuesto para concretar cierta solución concreta a las condiciones que generan emigración de la población de distintas edades. La pesadilla que ocasiona la pobreza obliga a muchos adultos hombres y mujeres, jóvenes y niños a emigrar haciendo uso de cualquier medio.  La meta es tener algún trabajo que genere bienestar personal y familiar.

La inoperancia de las instituciones del Estado responsables del desarrollo de los pueblos y de las comunidades locales en extrema pobreza, en muchos casos se debe a no tener plan estratégico de mediano y largo plazos puesto que operan con base a la ocurrencia de las autoridades que cambia a cada cuatro años, apuntan esfuerzos a cuestiones que no responden a las necesidades de la población, no funcionan con base a necesidades sentidas y priorizadas o se concentran solamente en un área del desarrollo. Así, las condiciones de pobreza permanecen en el transcurrir de los años. Después de varias décadas, este es el momento en que se hace necesario evaluar el uso e impacto del aporte constitucional entregado a la municipalidad para lograr el desarrollo del municipio. Qué y cuánto se ha hecho en los últimos treinta años, especialmente en los servicios públicos de educación, salud, programas y proyectos que deberían eliminar la miseria, la desnutrición y la marginación que ocasiona la falta de vigencia del derecho a la vida.

Es de resaltar que hay personas que aceptan que la pobreza viene de un ser divino. En este sentido, los explotados, los oprimidos y los discriminados no deben preocuparse por mejorar las condiciones de esta vida terrenal pero sí deben hacer los mejores esfuerzos por alcanzar la otra vida. El resultado es que se acepta la pobreza como algo natural. Sin embargo, la disminución de la emigración exige satisfactores para vivir mejor en la comunidad de origen.

Algunas instituciones que operan en el contexto local, por el pensamiento, las normas que utilizan y la tradición de corte colonialista, generalmente desconocen a la población originaria local y por lo mismo, los planes de desarrollo no apuntan a la eliminación de los indicadores de pobreza y extrema pobreza.

Para superar el impacto del empobrecimiento es necesario que la municipalidad del lugar y las instituciones públicas responsables del desarrollo revisen los principios y el contenido de las respuestas priorizadas con enfoque integrado para concretar programas y proyectos de nutrición, salud, educación, conservación del ambiente y participación política. Todos a trabajar por el bien común.

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