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Los partidos deben cambiar

Desde México

La flexibilidad nos permite la adaptación, adaptarnos a nuevas circunstancias permite la supervivencia. Las instituciones también deben hacerlo. ¿Hasta qué punto puede llegar nuestra soberbia que buscamos que nuestro entornp se adapte a lo que sabemos y podemos hacer? Los partidos deben cambiar, es claramente visible que son los movimientos los que están generando la participación. Las voces empresariales que se han levantado en el país parecen viajar más rápido que las voces de quienes representan un partido político. En Estados Unidos la congregación de manifestantes ante el capitolio americano rebasó cualquier participación partidista.

Para tener más, primero debes ser más escribió Goethe. Y eso implica una capacidad de transformación que sin flexibilidad es imposible, y una transformación suficiente para asegurar su adaptabilidad. Tanto oposición como poder deben ajustarse, cuando se pretende convertir a MORENA en un partido político, seguramente se fracasará porque ajustándolo a la historia priva su esencia. El populismo se fortalece porque se alimenta por motivos que encontraron cabida en un movimiento, un motivo y un movimiento crean y sobre todo crecen. Los partidos políticos siguen buscando como motivos aquellos que se instauraron cuando nació la democracia y no cuando enfermó.

Aunque no soy ningún maestro como para andar dar dando lecciones se, como Rosario Castellanos lo hizo, que sabe mucho el que camina, por más distraído que sea… y al caminar he visto que:

Los partidos políticos deben dejar la comunicación y buscar la conexión. El mundo hipercomunicado ha hecho que el discurso quede sin sentido, es tiempo de la conexión. No es el contenido de la mañanera lo que comunica, sino la mañanera en sí lo que conecta. La oposición arroja en cara el desconocimiento de gobernar, pero el conocimiento debe anteceder al hacer, no competir con él, porque entre saber algo y hacer algo, el aplauso siempre lo damos al hacer. El conocer, inserto en ese discurso suena a intención que si se cruza con los antecedentes se desbarata.

La confianza no es una acción, es un ambiente capaz de albergar muchas acciones, ese ambiente, que es tolerante cuando se ilumina con la esperanza, hoy está de moda arrebatar a los políticos. Les Brown dijo: Para alcanzar algo que no ha alcanzado antes, debe llegar a ser quien no ha sido antes.

Los principios dejaron de ser principios, porque no bastan en una fase temporal, ahora son valores que se deben “apreciar” y conducirse en la vida misma. Sabemos que lo que empieza con principios puede terminar con oscuros intereses. Ante una amenaza cualquier organismo ataca, huye, se somete o se paraliza, la confianza amenazada también nos hace comportarnos así.

El partido es solo una parte, negar eso es negar su esencia, los movimientos agrupan diversas partes. Cuando diversificamos tanto una base se sacrifica identidad y eso atenta contra la coherencia que estimula la conexión. Los movimientos se generan siempre abajo. Donde nadie está volteando. ¿Quién llevará los motivos para hacer un movimiento?

Estoy seguro que las nuevas colectividades han de ser temporales y amplias, conforme continúe estimulándose la inteligencia social, dando información inmediata, comunicando en tiempo real y formulando o condicionando comportamientos y valores, responderán los colectivos a nuestras temporales ambiciones, y ahí se hará política, porque nunca dejamos de ser animales políticos, solo renovamos las formas políticas.

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Héctor Gil Müller

Abogado egresado de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila. Cuenta con estudios de especialización en Filosofía del Arte, Concertismo en piano y órgano clásico, así como en Derecho Fiscal.

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