¿Por qué es importante la Política Fiscal? Fascículo V

Crisol Literario

Otra variable a tener en cuenta en economía es la inflación tanto por su repercusión en el consumo doméstico, afectando el bolsillo del usuario final de bienes y servicios. Usualmente, conocido como consumidor final. Igualmente, la inflación es de importancia en la políticas monetaria y en la política fiscal; ya que mediante correctas estrategias de diseño y aplicación de estas políticas, se minimiza el impacto inflacionario. Pero…, ¿Qué es ‘La inflación’ y cómo se puede entender? Es un incremento en el nivel de precios generalizados -a nivel agregado- sostenidos en un cierto período de tiempo mayor de cuatro meses consecutivos. En otros términos, inflación es la pérdida de poder de compra de una unidad de moneda de curso corriente, – en Guatemala- el quetzal. La autoridad monetaria indica que inter anualmente (enero 2020 – enero 2021) la inflación estuvo arriba del 5% y se estima a lo largo del año se estabilice en 4.5%. Lo cual, estaría levemente arriba del margen superior previsiblemente aceptable conforme a las proyecciones del BANGUAT.

Debido al impacto de esta variable ‘La Inflación’, que desde sus causas puede tener un origen macroeconómico PERO desde su efecto tiene un impacto microeconómico afectando el bolsillo del ciudadano y los costos de producción empresarial -Mipymes-. Debido a esto, es importante mantener bajo regulación y control la inflación. Para alcanzar este control, es conveniente resaltar que en 2005 la autoridad monetaria decidió adoptar el esquema de metas explícitas de inflación (EMEI); la cual, consiste en términos generales, en una estrategia de política económica que se basa en el compromiso por parte de la Junta Monetaria y del Banco Central de establecer una meta explícita para la tasa de inflación (ver gráfica). Dentro de la planificación del Plan Estratégico Institucional -PEI- de la política Monetaria, la Banca Central proyecta multianualmente los niveles previsibles de inflación dentro de una banda inflacionaria con límite superior y  límite inferior. Tal como se visualiza en la gráfica.

El BANGUAT, informa que para noviembre del 2019 la inflación total = inflación doméstica o interna más inflación importada se situaba en un 2.92%. Correspondiendo en 2.04% a la inflación doméstica y un 0.88% a la inflación importada. Mientras que la inflación subyacente (ver análisis más abajo) se ubicó en un 3.07% como variación o cambio interanual entre el año anterior 2018 y el posterior 2019. Cifras que encajan bastante bien dentro de la banda de inflación proyectada por la autoridad monetaria, para noviembre 2019. Con esto no se pretende decir que todo en el Gobierno anda bien, para nada. Pero al menos, la Banca Central está haciendo los deberes encomendados con mesura y prudencia.  Países que no han implementado esta estrategia de Esquema de Metas Explícitas de Inflación -EMEI-, han pasado dolores de cabeza con sus elevados índices inflacionarios. Desde luego, una de las fortalezas del EMEI son las reservas de divisas internacionales en gran parte por las exportaciones y  por la invaluable e inconmensurable Remesa Familiar, cercana a 11 mil millones de UD$.

En la gráfica no se incluye el año 2020, por ser un año atípico en el campo de las normalidades. Es decir, fue un año con disrupciones socioeconómicas. No obstante, la autoridad monetaria indica estar atenta a repuntes de inflación. Ya que esta, suele tener retardos o demora en aparecer, respecto a la emisión de moneda inorgánica dada por el BANGUAT, en ocasión de la emergencia, Covid-19. En este sentido, será más tarde entrado el año 2021 que podría repuntar la inflación, pero los instrumentos de política económica, serán fuente de alivio. Por hoy, la autoridad monetaria hace bien manteniendo la ‘Tasa Líder de Referencia’ en su actual porcentaje de 1.75, generando confianza en el agente económico. El tema puntual del nivel socioeconómico disruptivo ocasionado por la crisis Covid-19 y sus efectos en la inflación, será tratado en fascículo posterior. En la gráfica se observa la banda de inflación, proyectada por la autoridad monetaria en donde se ve que para meses antes del Covid-19,  los valores de inflación subyacente (ver análisis más abajo) y el ritmo inflacionario total se situaban en los rangos proyectados.

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El logro EMEI, en Guatemala, ha sido gracias a la independencia de la Banca Central  delante del Gobierno = Organismo Ejecutivo. Esta independencia de la autoridad monetaria tiene su fundamento en los artículos 132 = Moneda y 133 de la Constitución Política de Guatemala referido a que la Banca Central, excepto catástrofes o desastres públicos, NO podrá otorgar financiamiento directo o indirecto al Estado, a sus entidades descentralizadas o autónomas ni a las entidades privadas no bancarias.  Este artículo es de trascendencia constitucional en el desarrollo económico del país.

Si recuerda, hacia finales de los años ochenta y principios del noventa del Siglo pasado, el gobierno exigía a la banca central realizar emisiones de dinero inorgánico, sin respaldo; lo cual, desencadenaba niveles de inflación de dos dígitos, tirando hacia la alza. Hoy y a partir de aquel entonces, esto fue superado. Por ello, se tiene la confianza que la inflación que pudiera suscitarse o aparecer debido la emisión de moneda, Covid-19, que el BANGUAT efectuara a la Administración de Gobierno 2020-2024, sea controlada por  Junta Monetaria, mediante la aplicación de instrumentos de política monetaria, cambiaría y crediticia en el control y manejo de posibles repuntes inflacionarios. Autoridades del BANGUAT indican, estar atentos a posibles tendencias, al alza inflacionaria.

Segunda interrogante ¿Tipos de inflación, interpretación en la política fiscal y su impacto en la economía doméstica de poblaciones?  2.1. Inflación Subyacente, 2.2. Inflación Importada y 2.3. Inflación total = Inflación interna + Inflación Importada.

2.1 Inflación subyacente ¿Qué es? Es una  medida cuya finalidad es evidenciar el origen de los choques que afectan la inflación total y captura los efectos de demanda agregada en el comportamiento de la inflación total, a noviembre de 2019 registró una variación interanual de 3.07%, nivel que se ubica dentro de la meta establecida por la autoridad monetaria (4.0% +/- 1 punto porcentual). La inflación subyacente con este valor de 3.07% y para el intervalo de tiempo medido, sugiere que al aislar los efectos de los choques de oferta en el rubro de los alimentos, así como de los incrementos en el precio de los energéticos, el nivel de inflación es congruente con la posición cíclica de la economía (gráfica mostrada en el fascículo 3); es decir, con presiones de demanda aún moderadas. Seguramente, para 2021 las presiones de demanda aumentarán, pero las autoridades del BANGUAT han indicado, estar atentos.

En otros términos la inflación subyacente puede comprenderse, igual, como aquella inflación reflejada por el Índice de Precios al Consumo (IPC) cuando éste no toma en cuenta ni los productos energéticos ni los alimenticios sin elaborar. La exclusión de estos elementos del índice se debe a que son componentes cuyos precios sufren grandes fluctuaciones debido a eventos transitorios como conflictos internacionales, condiciones climáticas que afectan las cosechas o simplemente estacionalidad de los vegetales; incluso, conflictos sociales internos.

Ahora, respecto a su interpretación, dos razones prácticas motivan la medición de la inflación subyacente. Por un lado, medir la inflación  a mediano plazo (estrategia EMEI) ya que las perturbaciones transitorias son EXCLUIDAS. Como se vio en el párrafo anterior. La segunda razón es que esta medición de inflación es más afectada por la política monetaria ya que un  banco central  no tiene mucha influencia sobre los precios estacionales de los vegetales (como si lo tiene el IPC). Pero a cambio, la Banca Central, sí puede influir con mayor vigor en los precios a mediano plazo mediante la inflación subyacente, como indicador más estable de los precios.

De ahí que los bancos centrales prestan mayor atención a la medición de inflación subyacente como forma de medir el éxito de su política monetaria. Ver ritmo inflacionario subyacente en gráfica anterior, que para noviembre 2019, se ubicaba en la banda proyectada por la autoridad monetaria. El caso del año 2020 y la inflación subyacente, -Covid-19-, se atenderá en fascículo aparte.

2.2. Inflación Importada ¿Qué es? La inflación importada es una de las causas de inestabilidad financiera en economías pequeñas y abiertas como las del Istmo Centroamericano. Por ello, es importante identificar las causas de la inestabilidad financiera que padecen los países, en este caso Guatemala, ya que si ella (la inflación) fuese principalmente de origen (extranjero) importada y erróneamente aplicáramos soluciones relevantes para controlar la inflación pensando que ésta es de origen interno, causaríamos sin quererlo el estrangulamiento de la  economía. Por ejemplo, si la inflación ha sido causada por el alza de los precios del petróleo y para corregir ese problema erróneamente restringimos el crédito interno correríamos el riesgo de paralizar el país. Más ahora, en tiempos de Covid-19.

La inflación importada que padecen las economías pequeñas y abiertas está determinada por tres elementos básicos: (1) por la “canasta” de las importaciones, es decir, el porcentaje del total que importamos de un determinado país o región; (2) por la inflación doméstica que existe en cada “país suplidor” de nuestras importaciones; y (3) por las fluctuaciones del dólar de los Estados Unidos con respecto a monedas de terceros países, ya que nuestras monedas solo tienen acceso a los mercados mundiales a través del dólar. Volvamos al ejercicio del fascículo 4, en el supuesto de desvalorización del dólar -US$-, si el dólar se devaluara con respecto al yen japonés y el país realiza importaciones provenientes del Japón, esto seria causa en la economía guatemalteca de inflación importada, ya que para obtener una determinada cantidad de yenes necesitaríamos una mayor cantidad de dólares y consecuentemente una mayor cantidad de quetzales, nuestra moneda local.

La verdad es que no hay aún ningún mecanismo que opere a nivel global para atenuar o impedir el actual contagio financiero, pero los países han encontrado formas de protegerse de los peores efectos de la volatilidad importada. Han acumulado reservas, abandonado los tipos de cambio fijos, y han refinanciado sus deudas en moneda extranjera por deuda en moneda local. Aun así, sigue siendo clave en una economía abierta considerar la relación existente entre la producción interna, las importaciones y el nivel de precios.

Ahora, véase la relación de la inflación importada y su impacto en la política fiscal.  Posiblemente, el aspecto más importante relacionado a la estabilidad de precios y las importaciones, está en la “simetría” que se requiere entre las políticas fiscales y monetarias por un lado, y la cambiaria (especialmente controles) por el otro. De allí se desprende que la búsqueda de la estabilidad ha llevado a algunos a protegerse de la volatilidad importada de otra forma. Desde mediados de los años 90’s muchos países de América Latina han estado acumulando enormes cantidades de reservas en moneda extranjera, sobre todo en dólares. Estas reservas han servido para evitar el contagio. Los bancos centrales de muchos países emergentes ahora cuentan con políticas creíbles y mucha liquidez y, en algunos casos, mucho más de las reservas necesarias, afortunadamente, Guatemala, se encuentra entre estos países gracias a la estrategia EMEI, fortalecido gracias en gran parte a las Remesas Familiares yapoyado por un exiguo comercio internacional, debilitado por Covid-19, entre otros factores. Guatemala, cuenta con respaldo de divisas (UD$), lo que la convierte en una macroeconomía relativamente estable. Hace falta voltear a ver a la parte microecomica  Mipymes y  los segmentos vulnerables socialmente.

Ahora, viendo el impacto de la inflación importada en cifras y de conformidad con la gráfica a continuación, se observa que el 0.88%  es la tasa de incidencia  de la inflación importada en el nivel de precios promedio de la economía guatemalteca para noviembre 2019. Por ello, el equipo #Crisol Literario, buscó una forma de medir el nivel de incidencia  del porcentaje  de la inflación importada con respecto a la tasa de la inflación total (2.92%) que la economía guatemalteca evidenció en noviembre 2019. El cálculo, se puede obtener multiplicando la inflación importada de 0.88% (ver gráfica) por el cociente de las Importaciones/Producto Interno Bruto (PIB) = 25.92% (Datosmacro.com) para esa misma fecha. Es decir, las importaciones nacionales representaron para noviembre 2019, el valor de 25.92 % respecto del PIB. Tras el cálculo, se tiene que la inflación importada habría contribuido a explicar la inflación total (2.92%), en un porcentaje de 0.67%.  Recordar que la inflación total de 2.92% = 2.04% de inflación doméstica + 0.88% de inflación importada. Cifras reportadas en la gráfica y respaldadas en el gráfico 15, página 40 del documento  “Evaluación de la política monetaria, cambiaría y crediticia a noviembre de 2019 y perspectivas económicas para 2020”. Banco de Guatemala.

Esta información es sumamente importante para analizar y poder dar respuesta adecuada al problema inflacionario. Se observa que para esa fecha la contribución o el efecto de la inflación importada con respecto a la inflación total (2.92%), fue baja, menor al 1%. Lo cual supone que la inflación en el extranjero en ese tiempo estaba en los rangos aceptables proyectados por los bancos centrales, especialmente en la Reserva Federal (antes del Covid-19). Mientras que hoy día, tras la transformación de las políticas monetarias por el mismo Covid-19, la presión inflacionaria tiende hacia números al alza, por lo que en el futuro, la inflación importada,  podría implicar u ocasionar un desbalance en la estabilidad inflacionaria de Guatemala. Es prudente, entonces, que la autoridad monetaria no pierda de vista esta variable exógena, ‘La Inflación Importada’. Favor contemplar esta singular gráfica, con información sobresaliente.

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Reflexión: no obstante, esta bondadosa descripción macroeconómica, se tiene que la macroeconomía no derrama sus beneficios al interior del país. Lo cual es tan grave, como el mismo desprecio que la clase política, monopolios y los poderes del Estado tienen hacia el segmento poblacional guatemalteco que se encuentra sumergido en pobreza y desnutrición. Se exceptúan de este comentario honrosas excepciones de guatemaltecos que participan en política, empresarios con gran sentido social (aunque pocos, pero los hay) y personal técnico de la administración pública, con niveles de alto compromiso social y de alta dignidad. Honrosas excepciones.  

Por lo anterior, Guatemala necesita una elección transparente para llevar a las cortes a magistrados probos, una Ley Electoral y de Partidos Políticos que responda al fortalecimiento de la democracia, una ley de Servicio Civil actualizada-mente reformada y una mejor ley de Contrataciones, dando capacidades y fortaleza a la Contraloría General de Cuentas -CGC-. El equipo #Crisol Literario, agradece vuestra lectura de los cinco fascículos dedicados a la importancia de la Política Fiscal en el desarrollo social y económico del país, a lado de su hermana gemela, ‘La Política Monetaria’.

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