Guatemala en busca del liderazgo perdido
Sueños…
Cuando las fuerzas revolucionarias del naciente capitalismo, encabezadas por Napoleón Bonaparte, combatían contra las fuerzas agotadas del feudalismo, y entraban triunfantes en varias ciudades regidas por la iglesia y la nobleza no se imaginaban el vendaval que iban a desatar en América. En 1808, las fuerzas de la revolución aplastaban una de las monarquías insignes del imperio mundial. La corona española, al tomar Madrid y aceptar la rendición del rey de España, ponían fin al imperio español, y las colonias de este lugar quedaban en el vacío de poder y futuro, tal y como se encuentran aún hoy. Se inició una lucha fantástica entre los antiguos representantes del poder colonial y los miembros de las familias terratenientes más poderosos por hacerse del poder y generar espacios de poder, a los que llamarían repúblicas independientes, muchos años después, aunque en realidad nunca lo han sido.
Todas las fuerzas reaccionarias del feudalismo se unieron en su cruzada, condenada por la historia, a detener la furia de la revolución que se desataba desde Francia. Nació la santa alianza de poderes monárquicos que encabezados por Inglaterra y Rusia derrocaron el huracán revolucionario y lo detuvieron. En América, las luchas por el poder de territorios para la explotación de la población indígena y los criollos (mestizos) de clase media culminó, a mediados del siglo XIX con la construcción de una multitud abigarrada de territorios llamados repúblicas. De las cuales, aparentemente, unas cuatro lograron conformar naciones verdaderamente factibles y progresistas: Cuba, Costa Rica, Chile, Uruguay. El resto se debate, aún hoy, en confrontaciones.
Podemos observar el caos social que nos rodea, y pareciera que vamos hacia el fin del mundo. Lo que nos trae los recuerdos de que Guatemala durante los 300 años de historia colonial fue el líder en Centroamérica, esa situación se mantuvo hasta los años 60 del siglo pasado. Producía más de la mitad de lo que se producía en la región, su desarrollo intelectual estaba a la vanguardia, incluso tuvo la primera universidad de América del norte, antes que México, Estados Unidos o Canadá. Por lo que su situación actual tan oscura ante un pasado que parecía luminoso.
El PNUD toma varios indicadores para calificar el desarrollo humano de los países, principalmente expectativa de vida al nacer, es decir, el número de años que se espera que viva una persona al ver la luz en un país. Mientras mejores condiciones de salud, asistencia materna y acceso a la medicina se tenga, mayor será el número de años que uno viva en una nación. Luego, la media de años de escolaridad, es decir, cuántos años estudia una persona en su vida, mientras más años estudien las personas, en general, tendremos una mejor sociedad. Además, los años de escolaridad previstos, es decir, cuántos años se espera que estudie formalmente una persona en el país. Finalmente, el ingreso medio por habitante, con mejor educación, más años de estudio, mejores condiciones de vida, en general, los habitantes aumentan su productividad.
Al realizar un promedio de estos indicadores el PNUD le otorga una calificación a cada país, y los clasifica. La mejor calificación sería 1,000 es decir, el país perfecto. Que no existe. En una interpretación muy personal diríamos cuando un país tiene de 0,900 a 1,000 es un país desarrollado. Si tiene de 0,800 a 0,899 es un país de desarrollo medio alto; de 0,700 a 0,799 sería un país de desarrollo medio bajo. Y, finalmente, todos los que tengan de 0,699 para abajo son países muy atrasados.
¿Cómo está Guatemala?, ¿cuál es la situación de Centroamérica?
En cuanto a expectativa de vida los dos mejores son Costa Rica con casi 80 años y Panamá con 78. Guatemala ocupa el 7º y último lugar de la región con 72 aproximados. En media de años de escolaridad el primero es Panamá, con 9,4 años y Belice con 9,3. Guatemala es el sexto (Honduras último). En años de escolaridad previstos, primero es Belice, 13,7 años, segundo Costa Rica 13,5; Guatemala es sexto 10,7 (Nicaragua último). Finalmente, en cuanto a productividad Panamá es primero con $16,379 por habitante, segundo Costa Rica $13,012. Guatemala quinto, $6,866.
Guatemala necesita un nuevo liderazgo. Un equipo líder que genere unidad nacional en torno a una estrategia que busque colocar a Guatemala en primer lugar. Hay que diseñar estrategias de educación continua, mejores condiciones y calidad de vida, un aumento de la productividad basada en producción industrial y de servicios y una visión de futuro.
Podrá Guatemala remontarse en su vuelo, y alcanzar a los países más desarrollados del continente: Uruguay, Costa Rica, Chile, Canadá y Estados Unidos. Esperemos que algún día surja un liderazgo inclusivo y resiliente que ponga la patria a caminar. Por el momento, no hay nada que celebrar en el apócrifo bicentenario.

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