La AMSA: Institución que languidece como el lago de Amatitlán
Barataria
Atrás quedaron aquellos años en los cuales la familias guatemaltecas podían disponer de un fin de semana para ir al lago de Amatitlán
La Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y el Lago de Amatitlán –AMSA- fue creada mediante el Decreto 64-96 del Congreso de la República el 21 de Agosto de 1996, con el propósito de qué sustituyera la Autoridad de Rescate del Lago de Amatitlán, que fue creada mediante un acuerdo gubernativo y cuya función dependía estrictamente de las directrices que determinara el Ministerio de Agricultura, por lo que no solo hacía esta institución ineficiente sino que además no contara con una estructura institucional fuerte ni con el presupuesto necesario para hacer frente de la contaminación del lago. Es así como desde aquel lejano 1996 (hace ya 24 años), se buscó crear una institución que detuviera la contaminación del lago, preservara su ecosistema y que, aunado a una serie de instituciones que por normativa legal deberán realizar esfuerzos de coordinación juntamente con el Director Ejecutivo de la institución, lograran detener la contaminación de ese cuerpo de agua dulce importante no solo para los municipios aledaños, sino que para la distracción y salud mental de los guatemaltecos.
Atrás quedaron aquellos años en los cuales la familias guatemaltecas podían disponer de un fin de semana para ir al lago de Amatitlán y realizar no solo recorridos en el mismo sino que también disfrutar de las delicias del lugar. Hoy en día parece ser que solo quedan como lugares de distracción para los guatemaltecos de fin de semana la Antigua Guatemala y los lugares hacia el occidente del país, en los cuales se puede ir y volver el mismo día (fuera de tiempos de pandemia, claro está). Pero ya todos se han olvidado de Amatitlán, y la institución creada precisamente para promover las actividades de rescate del Lago de Amatitlán, cuya preservación del cuerpo acuífero y cuencas tributarias fueron declaradas de INTERES Y URGENCIA NACIONAL. Ya me imagino que si este es el interés y urgencia nacional para sanear un lago contaminado, no quisiera saber lo que sucede en la selva petenera, en Laguna del Tigre, Rio Dulce y Lago de Izabal, o en el mismo Lago de Atitlán en Sololá, cuya preservación no se ha declarado de urgencia e interés “¿¡nacional!?”
Pues comprendiendo que la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y el Lago de Amatitlán –AMSA- se creó con el objeto de preservar y evitar la continua contaminación del Lago de Amatitlán, resultaría conveniente que desde hace ya muchos años se ponga los puntos sobre las ies y de esta forma se pueda exponer sin ambages que la causa de la grave contaminación del lago de Amatitlán proviene de tres fuentes cuya responsabilidad recae en las autoridades municipales de los municipios circundantes del lago, me refiero a la Municipalidad de la Ciudad de Guatemala que es el gran contaminador y las otras municipalidades como Villa Nueva, Mixco, San Miguel Petapa y Villa Canales juntamente con Amatitlán, contaminan al lago lanzando al mismo grandes cantidades de aguas servidas, desechos sólidos y sedimentos sin ningún control. En otras palabras el Lago de Amatitlán vino a ser la cloaca de los municipios mencionados, pero que de alguna manera los hechos estos van a tener una repercusión para estos mismos municipios.
Se estima que la AMSA ha recibido en el periodo entre su creación al 2020 más de Q 500 millones de Quetzales en presupuestos, sin contar con los préstamos que ha obtenido de para proyectos especiales por parte del Banco Interamericano de Desarrollo –BID-, y si, comparamos dicho dinero recibido, con el nivel de deterioro del Lago de Amatitlán, entenderemos que los avances han sido mínimos e insignificantes dado que el lago se ha deteriorado cada año mas, sin que exista ni voluntad política ni una voz con autoridad institucional (Que debería ser el AMSA) para exigir a los gobiernos municipales que dejen de ser tan asquerosos y busquen una forma más adecuada de tratar los desechos sólidos y no simplemente dejar que todas las aguas servidas y las aguas llovidas que acarean gran cantidad de basura vayan a parar al lago que ya parece destinado a ser un gran pantano si no se toman acciones serias y lo peor es que de esta manera también van a ir cayendo muchos otros cuerpos acuíferos empezando con el bello lago de Atitlán cuyos efectos ya se están viendo sin que el gobierno haga literalmente NADA.
Pero al señor Giammattei le importa un comino (si es que le importa algo) preservar el medio ambiente y mucho menos le importa que las instituciones creas para preservar el ecosistema como el AMSA lleguen a ser eficaces y funcionales. Recientemente se nombró como Director Ejecutivo del AMSA al Ingeniero Edgar Zamora Ruiz, eterno candidato frustrado a Alcalde de Villa Nueva y Diputado que no pudo tomar posesión en la legislatura anterior. El señor Zamora Ruiz, ya fue en una ocasión Director Ejecutivo del AMSA, cuyo paso fue sin pena ni gloria, a no ser que la Contraloría General de Cuentas de la Nación presentó una denuncia en su contra, porque aparentemente cedió a la Asociación Protectores del Lago de Amatitlán la administración de ingresos y fondos para el cobro de desechos sólidos del vertedero del kilómetro 22.5 de la ruta al Pacífico, lo que le impidió obtener el finiquito necesario para tomar posesión por lo que no pudo acceder a la diputación.
Pero con un hermano diputado aliado del oficialismo las cosas cambian y el presidente Giammattei ni lerdo ni perezoso corrió a nombrar nuevamente como Director Ejecutivo del AMSA a quien fue acusado por la contraloría de realizar actos opacos en el manejo de los fondos públicos, pero que tiene la total confianza del Presidente, quien no anda con medias tintas con eso de que los funcionarios cuestionados con tal de satisfacer sus aviesos propósitos. No es solo este funcionario, sino muchos otros. De esta forma, las instituciones no sirvan a la finalidad para lo cual fueron creadas, no son parte de la estructura del Estado que busca el bien común, los satisfactores sociales y cumplir con sus finalidades sino que son cuadros de corrupción y clientelismo, en donde no importa si el nombrado ya estuvo en el cargo (y fue ineficaz y corrupto) sino que hay que pagar favores a los Diputados que se han aliado al Ejecutivo y con ello sin importar si a los nombrados hayan tenido un paso cuestionado en esas mismas instituciones a las que vuelven.
Así las cosas, no podremos esperar un gobierno eficiente, esperamos un gobierno que nombra a dedo, sin méritos y pagando favores que le saldrán caros al pueblo de Guatemala. La AMSA languidece, como languidece el Lago de Amatitlán y como dentro de pocos años también nuestra débil democracia languidecerá a menos que Guatemala les diga un “hasta aquí” al gobierno corrupto que tenemos.

Lea más del autor: