Dios, el hombre y la naturaleza: El secreto de la vida
Desde La Ventana De Mi Alma
Cómo pasó el tiempo cuando por un momento parecía detenerse, desde que la humanidad entera se vio obligada a esconderse de un enemigo invisible. Es posible que, para muchos, la sensación de sorpresa, de miedo, de incertidumbre ya haya pasado, y quizás nunca hemos meditado de que todo tiene su tiempo.

Las estaciones nos muestran que hay tiempos para el nacimiento y la vida, tiempo de sembrar y tiempo de recoger los frutos, tiempo de guerra y tiempo de paz.
Esta dualidad es un equilibrio que nos ayuda a alcanzar la armonía que nuestro espíritu anhela, entonces, vale escuchar al corazón, él sabe cuándo es momento de darse al otro, y cuándo ha llegado el tiempo de darnos a nosotros mismos; hemos sido capaz de descubrirnos grandes de espíritu, de hasta que punto somos solidarios y empáticos con el otro, como también hemos descubierto nuestras carencias y miserias humanas y reconocer que necesitamos cambiar para conducir nuestra vida a un mayor sentido de paz.
Ahora es otro momento, hemos abierto nuestros ojos a cruentas realidades; miseria moral y caída de los valores más elementales del hombre, corrupción y ansia de poder por sobre la sensibilidad de los hombres puros y honestos que aún confían en las filosofías humanistas en aras de conquistar y fomentar unidad, justicia social en una sociedad democrática, humanista y con legítima libertad.
Estamos en un momento crucial toda la humanidad; sin embargo, debemos creer que es un puente necesario para pasar a otra dimensión de conocimiento y aprendizaje.
Ahora es tiempo de abrir nuestros pensamientos y dimensionar la creación, el equilibrio intrínseco del hombre con la naturaleza que nos llevará a descubrir los secretos de la vida.

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