Diseñar el futuro
Punto de Vista
Sin rumbo, sin visión de país. ¿Hacia dónde vamos? Vaya uno a saber…
Viviendo el momento y apagando incendios, el futuro no interesa y menos aún, sabemos cómo construir un buen futuro, un mejor futuro.
En este mundo de incertidumbre, ese mundo VUCA, estamos desconcertados, paralizados o tomando caminos erróneos, atrapados en el tiempo, en un pozo fangoso del cual no podemos salir y tampoco hay voluntad de salir. Incapaces de diseñar lo que viene, sí, diseñar, construir el futuro y por qué no los futuros, para nosotros y nuestros hijos.
Prospectiva, visión, gestión estratégica, liderazgo estratégico, tantos nombres presuntuosos para diplomados, carreras, cursos, pero nadie los aplica. La teoría es muy linda. No conozco a nadie que se atreva no sólo a pensar, sino a diseñar el futuro. Vivir el momento es la consigna, mientras nos adormecen para no pensar, peor aún, no enseñan a pensar.Nuestras acciones se desarrollan para el cortísimo y corto plazo.
Hoy, apenas lidiamos con el proceso de vacunación contra el Covid-19, el virus que ha puesto de rodillas al mundo; seguimos sin vacunas e improvisando, a pura prueba y error.
El Bicentenario se plantea con cemento y siempre con esa mirada hacia el pasado, una visión que no sirve, muy del siglo XX. A nadie se le ha ocurrido diseñar los próximos 200 años de este país. Apenas logramos pasar una semana sobreviviendo, reaccionando o defendiéndonos.
A las reacciones anteriores, se suma un marcado individualismo, la palabra cooperación nos aterra, no dejamos participar. Pensamos en el otro, pero siempre en términos de enemigo y ese pensamiento lleva a refugiarnos en nosotros mismos. Así no podemos diseñar el futuro o los futuros posibles.
Muchos preocupados de que no entre el comunismo al país, pero el narcotráfico se les coló hasta las entrañas del Estado, el silencio y las complicidades no se dejan esperar, impunidad y corrupción servidas en bandeja con algún “güisqui” de por medio. Es que el narcotráfico paga muy bien.
Y así, inmersos en temas y visiones del siglo XX, nos encontramos en el abandono, con metas que solo nos permiten sobrevivir y actitudes reactivas. El círculo vicioso lleva a la parálisis individual y social.
Diseñar el futuro implica cambiar formas de pensar y aprender a pensar, tener la conciencia, la libertad y la voluntad para poder intervenir en el presente y en la historia, cambiar las reglas del juego y ser corresponsables del cambio.
Dos preguntas vitales: ¿cómo diseñamos el futuro que más convenga? ¿quién o quiénes van a tomar las decisiones correctas? El tiempo corre y parece que no vemos más allá del próximo 15 de septiembre…

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