Este es el momento de la conversión
Pinceladas Democráticas
El calendario gregoriano nos conduce a repetir eventos que nos permite reforzar nuestras actitudes para convertirnos, del mal al bien.
El reto de esta conversión que nos demanda la cuaresma en estos momentos difíciles, debemos vivir a plenitud, la solidaridad y apartarnos de las debilidades espirituales, materiales y síquicas que nos agobian como seres humanos, es momento de atender las demandas de los más necesitados, compartiendo desinteresadamente lo que Dios nos ha provisto.
Los gobernantes de los países tienen la responsabilidad de fortalecer las necesidades básicas de la población para superar las turbulencias de estos momentos, en que nos han azotado las calamidades de pobreza, enfermedades y desastre naturales, y la peor pandemia social, denominada corrupción, es el momento que estos personajes, que fungen como engranaje fundamental del Estado para combatir estos males, practiquen el valor de la honradez, administrando de manera correcta los recursos que pertenecen al pueblo, proveyendo fuentes de trabajo y velar por el bienestar de los grupos más abandonados, como una tarea insoslayable del funcionario que sirve a la patria.
La unión familiar es otro aspecto a considerar para la conversión, en donde el comportamiento de la soberbia, el egoísmo, la envidia, lujuria, ambición, discriminación, en amabilidad, lealtad, gratitud, humildad, modestia, inclusión, igualdad, tolerancia, convivencia pacífica ayude a unirnos más y se tenga una convivencia de paz y coadyuve a cambiar del mal al bien para el bienestar de todos.
Estos cuarenta días de reflexión, es una invitación para abrir nuestro corazón y poder servirle a los semejantes y reconciliarnos sacramentalmente, para que cuando las turbulencias de la vida lleguen a nuestra presencia, podamos implorar a la fuerza divina que nos ayude a salir de los momentos difíciles y tener la fortaleza para soportar el dolor humano y tener la fe del gozo terrenal y luego la felicidad eterna.
Este momento de conversión, también nos invita a hacer con entrega el desempeño del trabajo que realizamos; se debe cambiar por hacer bien el trabajo, para alcanzar el bien común, como lo demanda la legislación de los países, sin caer en el abuso del manoseo económico por el poder que se ostenta, y caer en el mal del enriquecimiento ilícito.
Entre el trabajo de formación humana, no podemos pasar desapercibidos el trabajo educativo; esta época cuaresmal invita a convertirnos y reconocer que el trabajo docente, contribuye en gran medida a lograr un mundo más seguro, más sano, más próspero y ambientalmente más lleno de vida de los seres humanos; favoreciendo el progreso social, económico, fomento cultural, práctica de la tolerancia, la cooperación y la libertad para pensar. Este trabajo debe hacerse con conciencia, pasión, vocación y entrega total, promoviendo defender las casusas justas, sociales y humanas, ser respetuoso de los sistemas sociales, políticos y religiosos que difieren de los propios, velar por el respeto de los valores, los principios morales y de los derechos humanos, así como, trabajar por la paz y la solidaridad en nuestras comunidades; permitiendo que cada día tengamos la madurez para convertirnos en momentos complicados y estar preparados para volver a iniciar otro período que nos permita amarnos mutuamente. No se debe olvidar que la reflexión, la toma de conciencia y de libertad para pensar, para luego actuar, son parte de la misión de los educadores que permite que los discípulos lleguen a convertirse en hombres útiles a la humanidad y que al final de nuestra vida logremos la conversión en la espiritualidad divina que obliga a identificarnos con la fe, para creer que en un momento dado pasamos a la vida eterna con la satisfacción de haber servido para trascender.

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