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¡GUATEMALA!: ¡Los traidores apestan! ¡Y los interventores también!

Mirilla Indiscreta

“ESTAN VERDES” justifica la zorra su impotencia al no poder alcanzar las uvas, que maduras, esperan solamente que se las desprenda de la parra para saciar el paladar de su afortunado poseedor.

La enseñanza de la fábula de Lafontaine: “La zorra y las uvas” nos revela así, como la zorra encubre en una mentira piadosa, la dificultad de no poder alcanzar su dulce objetivo.

“Perdí, porque el profesor me lleva mal” argumenta el alumno frente a la pésima nota.

“Robó… pero dejó obra” se consuela el defraudado ciudadano ante el latrocinio de su gobernante.

“Intervinieron y botaron a Jacobo Arbenz pero evitaron el comunismo” aplaudieron a los Estados Unidos, quienes víctimas del régimen, convalidaron éticamente la injerencia externa.

“No importa servir al imperio capitalista, si nos da el poder político a los socialistas…” “Ellos mantienen el control financiero mundial y nosotros les ofrecemos un Estado Totalitario, uniformado en la dependencia de la sociedad a las directivas del Estado, sin reacciones hostiles a la conducta impuesta por la masa ideologizada dentro de los parámetros culturales del Nuevo Orden Mundial… Mercantilista en su esencia económica y Totalitario en su naturaleza política.

“Pero si siempre hemos estado intervenidos, de que nos sirve la Soberanía”, sostienen hoy, los peores.

Aquellos que se convierten en gratuitos aliados, por omisión, ignorancia, ausencia formativa de ciudadanía y por eso, o por terror a inesperadas o ilegales consecuencias, aceptan con indolencia -anulando el poder social- que desde el exterior se pretenda imponer leyes hechas por legisladores extranjeros, que sin ser leyes aún, en su propio territorio, y para su territorio, de manera insolente quieren aplicar en nuestro Estado Soberano.

¡Abusivos quienes lo intentan y cobardes quienes lo permiten!

¡Ay, ¡Dios mío, cómo se repite la historia…!

Y… lo increíble, que siempre hay un imperio, el de la época, que nos permite escapar de nuestra propia culpa.

Frente al imperio español, los señalamos, como responsables de nuestras primigenias angustias ancestrales.

En un mundo poblado por emigrantes, donde los más “progres”, apuntalan que provenimos de un origen común, Don Mono, qué con invariables características morfológico-intelectuales, conviven con el resto de la humanidad, hasta nuestros días.

Buscando al Eslabón Perdido, poniéndole o quitándole cola a otras especies animales desaparecidas a través del tiempo, sin considerar o intentarlo siquiera, de retar nuestro entendimiento y plantearnos, como posibilidad, que el Eslabón Perdido, somos nosotros mismos, diferenciados a través del tiempo por estadios culturales de comportamiento y evolución social.

El Homo Sapiens, íntegro y total, adaptándose a su entorno, luchando con fiereza frente a él mismo y sus circunstancias.

Migrantes declarados, los estadounidenses que forjaron su nación asumiendo su condición de colonizadores, encontrándose con otros migrantes anteriores, caminantes siberianos, amerindios fundadores, favorecidos por el congelamiento del Estrecho de Bering como gran puente al futuro continente inexplorado.

Los antecesores de los españoles son nuestros propios antepasados, en la inevitable mezcla de criollos y ladinos que sufrieron o disfrutaron del régimen imperial que ejerció a sangre y cruz el dominio colonial, explotador y sanguinario, sobre otros migrantes anteriores –los amerindios- que habitando en la masa insular y continental, de esta parte del mundo, sufrieron la represión de una civilización europea, que aplicaba los adelantos bélicos de una cultura curtida en los rigores de la guerra eterna de la humanidad.

Climas distintos, lenguajes diferentes, sesudas imposiciones científicas o intelectuales, llegan a la conclusión sostenida por la ciencia: QUE TODOS SOMOS AFRICANOS.

¿Quién llegó primero?… ¡NO IMPORTA! ¡TODOS ESTAMOS AQUÍ! ¡Y DEBEMOS CONVIVIR EN PAZ!

¡LE GUSTE O DISGUSTE AL IMPERIO EN TURNO!

JOHN FOSTER DULLES. Secretario de Estado de los Estados Unidos en 1953 en el gobierno del Presidente Dwight Eisenhower héroe de la Segunda Guerra Mundial, y aliado vencedor con Joseph Stalin, gobernante de la Unión Soviética.

ALLAN DULLES. Jefe de la poderosa CIA (Agencia de Inteligencia de los Estados Unidos).

A parte de ser hermanos, a los dos los unía, ser socios de la United Fruit Company, la empresa exportadora más importante del llamado oro verde (nuestros bananos) de Centro América. Compañía en torno a la cual giraban las otras dos empresas que constituían el gran monopolio de la Energía Eléctrica y los Ferrocarriles de Centro América.

En Guatemala los novatos revolucionarios de la época y especialmente el Presidente Arbenz se dejaron seducir por la dirigencia del Partido Guatemalteco del Trabajo (Partido Comunista) que con el auspicio del Kremlin dirigido por Stalin le disputaba la hegemonía del mundo a su anterior aliado: Los Estados Unidos, que no podían tolerar tal injerencia en un territorio que ellos han considerado siempre su traspatio y en donde primaban estratégicos intereses económicos de sus empresas.

La osadía de Arbenz sumada a los abusos de sus cercanos colaboradores, colmó la tolerancia del imperio.

El fuego revolucionario había iluminado su imaginación, sin percatarse que les quemaba la inteligencia. 

Para el Imperio, el experimento bananero había terminado, con la satisfacción de sus supuestos aliados y el odio a muerte de sus enemigos.

John Gordon Mein, Embajador del imperio pagaría con su asesinato, en 1968, catorce años después del 54, ese tributo pendiente del enemigo.

Con menos prestancia y linaje que los Hermanos Dulles.

Éstos, los actuales, vulgares, ordinarios y criollos, como nuevos lacayos del mismo imperio, actuando como mercenarios, con mañosidades propias de las pandillas y maras que invadieron su país, hoy en plena crisis de gobernabilidad, nos comunica que la cuestionada dirigencia del imperio, cambió de bando, pero ojo… nunca de sus intereses.

Quizá por fin aprenderemos, con esa verdad imperial comunicada…  que para los imperios no existen ni aliados ni enemigos… sólo intereses.

Y como dueños de los intereses corporativos del mundo, del conocimiento y de la ciencia. pretenden imponer ahora una nueva cultura universal.

Porque, además, ya dominan sus enfermedades y sus curas.

Sin embargo, siguen necesitando del poder político, que haga coincidir esos intereses con las decisiones del Estado.

Al CAPITALISMO LIBERAL lo sucedió en este esquema el CAPITALISMO MERCANTILISTA, que detesta el emprendimiento independiente del control oligopólico de los medios de producción.

Abomina la competencia y necesita del Estado Cómplice y colaboracionista. 

Sin más leyes, Estado de Derecho, Soberanía, Democracia y Libertad, que las que se pongan bajo su tutela, dirección y órdenes.

Su cómplice contraparte, un pseudo marxismo oportunista que renunció a la utopía de don Marx, de una Sociedad sin Clases y sin Estado, y dio paso a la impresionante e increíble alianza de los que aspiran a un Estado Totalitario con quienes viven de un Capitalismo que repudia la competencia como motor del sistema.

Primates, omnívoros, cromañones, homo sapiens, emigrantes, todos africanos, de acuerdo al Materialismo Histórico, podemos ya dejar de buscar en los españoles ibéricos del siglo XIV, y especialmente en nuestros contemporáneos del siglo 21, el origen de todos nuestros males.

¡Ellos fueron hijos de sus padres, no de los nuestros!

¡Ellos nacieron allá, nosotros aquí!

¡Si de abusivos quieren mandar aquí!… ¡Nosotros tenemos la culpa!

¡Los representantes del imperio en crisis, migrantes del mundo entero, nacieron en todas partes y muchos aquí, para realizarse allá! 

¡Si sienten y piensan que su país, es el Imperio, que manden allá!

¡A los nuestros nosotros los amamos, como emigrantes exitosos, que ayudan y apoyan a su patria de nacimiento y a sus hermanos! ¡Benditos sean!

Los migrantes del mundo, que nos asentamos finalmente aquí, fundamos una patria, que no es de nadie, más que de nosotros mismos.

Decidimos por la Democracia, porque aspiramos a que mande el pueblo.

Nos definimos por la República para evitar la tiranía y la dictadura-

Nos dictamos nuestras propias leyes, porque somos soberanos, en nuestro territorio que busca la armonía y la paz.

UNA PATRIA LIBRE, SOBERANA E INDEPENDIENTE… DONDE LOS TRAIDORES APESTAN Y LOS INTERVENTORES… TAMBIÉN.

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Danilo Roca (Edmundo Deantés)

Jurista, analista político, luchador por la libertad.

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