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Los partidos políticos y la justicia

Nueva Sociedad

El filósofo norteamericano John Rawls publicó en el año 1971, hace ya casi medio siglo, un libro titulado Una teoría de la Justicia en el que abordó de una nueva forma el carácter de la justicia y la manera en que debe de ser concebida en las sociedades democrática modernas. Lo central de esta obra es que da respuesta a los temas de la teoría moral ya que son los temas que hacen referencia a los deberes que la ética nos impone a todos, y la obligación de cumplir estos mandatos en todos los aspectos de la vida. El contrato lo define como algo interpretativo sobre lo que debe de ser la justicia en las sociedades modernas, sobre todo en las instituciones y estructuras básicas de las sociedades avanzadas. La propuesta de Rawls versa sobre el establecimiento de un sistema de cooperación social diseñado para promover el bienestar de todos sus miembros.Esto hace necesario la existencia de ciertos principios para organizar la convivencia social, teniendo siempre en mente una concepción de justicia, entendida como la forma en que se aplica la justicia para determinar acuerdos básicos, en materia de derechos ciudadanos, y la necesidad de promover un arreglo para la distribución de las cargas sociales, en términos de “hacer más iguales” a los miembros menos aventajados de la sociedad, sin que afecte a los que tienen mayores ventajas.

Para Rawls, la justicia es un contrato social que da derechos y deberes entre todos los miembros de la comunidad con una distribución apropiada de los beneficios y cargas sociales. Rawls concibe a la sociedad como una organización básica y como una serie de instituciones básicas. Señala que los individuos se conducirán en función de dos principios básicos de justicia. El primero se refiere a los derechos y deberes de los individuos, y el segundo, a la manera en que se ha de ser organizada la vida social. En el primero se incluyen las libertades ciudadanas, como son las libertades de asociación, expresión reunión y voto. Para el autor solo un Estado liberal democrático de derecho es capaz de alcanzar los principios básicos de la justicia, entendida como equidad o igualdad entre sus miembros sobre el derecho y el deber a la justicia. Contexto obligado para todo accionar político – electoral también. 

Sobre principios de justicia aceptados públicamente son los que guiarán el devenir de la vida democrática, principalmente en lo concerniente a dirimir la disputa ideológica electoral en un marco legal, que de cierta certidumbre a todos los actores políticos. 

Lo importante de este autor es que equiparó el quehacer político con la búsqueda de la justicia, rompiendo así la contradicción que existía entre la dicotomía ética y política. O sea que la política así definida, entra en el campo de la ética, en la búsqueda de valores como la justicia. La política adquiere un estatuto ético. Convierte a la política y al poder en un razonamiento moral, así toda actividad partidaria debe hacerse en el campo de los valores. Y hace un esbozo de una teoría política que define el marco de la acción política del Estado en las sociedades democráticas modernas.

Los peligros de las democracias modernas, en el contexto de la globalización de los últimos cuarenta años, son la ausencia de los derechos sociales locales, en su despliegue provocando, la crítica y acción de los ciudadanos porque lleva a la inviabilidad  democrática siendo esto un serio problema para las democracias en transición, porque cuestiona  la factibilidad de que las políticas sociales sean promovidas por los gobiernos para enfrentar las desigualdades económicas y  para beneficiar a los grupos más desfavorecidos, sobre todo en los últimos 40 años con el fortalecimiento de la globalización. Los planteamientos de la redistribución de la riqueza quedaron en entredicho al generar pobreza. Y en los países con un marcado índice de desigualdad estos temas quedaron pendientes. Aquí los Estados deben tener un rol decidido en el espacio social, sobre todo, donde perduran las desigualdades, tomando medidas contra el imperio del mercado de la era global que genera desigualdades que se les tiene que tomar en cuenta en las políticas públicas, en el marco de justicia de Rawls.

Este concepto y sus contenidos son un contexto teórico que debe de tomarse en cuenta en todos los países democráticos, pero sobre todo en los que el Estado no ha asumido los derechos humanos en sus acciones fundamentales, para reducir las mayores desigualdades, que han generado tanta pobreza. Pareciera que este es un guante perfecto para Guatemala, y, sobre todo para la próxima campaña electoral, para que los partidos incorporen el concepto de justicia, en sus programas partidarios, para superar la desigualdad, ampliar la participación y fortalecer lo local frente a la globalización en sus políticas sociales a desplegar en caso de llegar al poder.

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