Día Internacional de los Trabajadores
Antropos
El primero de mayo, día internacional de los trabajadores cuya celebración se realiza a nivel mundial, tiene sus orígenes en la gesta heroica del sacrificio de los “mártires de Chicago” y de miles de trabajadores que han luchado por la dignidad y el respeto de los derechos laborales en el mundo y de manera particular de los guatemaltecos que ofrendaron sus vidas en la lucha por mejorar las condiciones de los obreros y campesinos. Coincide lamentablemente, que este día me encuentro conmovido no sólo por el recuerdo de nuestros héroes y mártires, sino porque dos personalidades queridas, han partido hacia el firmamento. Uno el cardiólogo y humanista Aldo Castañeda, gran médico y una gran persona humana. El otro, el doctor Mario Oliva Medina, amigo de largas pláticas y de bohemia, colega con quien compartimos inquietudes y libros, chileno-costarricense, investigador de los movimientos sociales y de las ideas que plasmó el prócer cubano José Martí. Nos heredó un legado de escritos sobre diferentes aspectos de América Latina.
En fin, en medio de estos tristes recuerdos me parece que es necesario analizar el significado histórico de las luchas por las libertades y el derecho al trabajo digno de los obreros. Sus orígenes lo encontramos en las luchas de los trabajadores en la segunda mitad del siglo XIX, en la ciudad de Chicago, encabezados por Albert Parsons, otros compañeros de lucha y su esposa Lucy González, de origen mexicano, quien después de la muerte de Albert y de los otros cuatro condenados a la horca, siguió la faena hasta el logro de la reivindicación de las 8 horas, frente a las 14 y 16 a la que eran obligados los obreros en las fábricas.
Fue en el año de 1886 en el que hubo enfrentamientos con la policía y se dio el incidente histórico de Haymarket en Chicago. Detuvieron a 31 trabajadores y 5 fueron condenados a la horca. Hubo protestas en Estados Unidos y en el mundo entero y en su honor se celebra el primero de mayo, como el día internacional de los trabajadores. Posteriormente, en esta línea de las reivindicaciones laborales, el Papa León Xlll publicó la Rerum Novarum (De las cosas nuevas). Una encíclica sobre la condición de los obreros que tuvo impacto sustantivo en el mundo católico.
Años después, Nicola Sacco Zapatero y Bartolomeo Vansetti, panadero y trabajador de un horno de ladrillos, se convirtieron en dirigentes obreros a fin de defender la jornada de las 8 horas y otros derechos laborales. Estos artesanos y líderes del movimiento social pro-derechos de los trabajadores, fueron acusados injustamente y condenados a la silla eléctrica después de un largo proceso que arrancó en 1920 y concluyó el año de 1927 por la Corte Suprema de Massachusetts. La causa verdadera fue, porque lucharon por un mundo mejor. Sacco, legó una carta a su hijo, de la cual reproducimos este fragmento: “…recuerda siempre Dante, que en el juego de la felicidad no tienes que usarlo para sí solo, sino mirar un paso detrás de ti, ayudar a los más débiles que piden ayuda, ayudar a los perseguidos, a las víctimas que son tus mejores amigos. Son los camaradas que luchan y caen, como cayeron ayer tu padre y Bartolo, por la conquista de la alegría, de la libertad para todos y para los trabajadores pobres. En esta lucha por la vida encontraras amor y serás amado”. Setenta años después, fueron declarados inocentes. Ayer y hoy, los “mártires de Chicago”, así como Saco y Vansetti, se convirtieron en símbolos del internacionalismo de los trabajadores del mundo.
En cuanto a Guatemala, el primero de mayo se celebró por primera vez en 1921, después de la caída del sátrapa Manuel Estrada Cabrera. El movimiento social avanzó en sus luchas como fue la huelga ferroviaria de 1924 en Puerto Barrios, o las protestas obrero campesinas en 1930 a raíz de la caída de los precios del café en el occidente del país. Sin embargo, advino la nueva dictadura de Jorge Ubico, quien emitió La Ley de la Vagancia para obligar al trabajo gratuito, persiguió a los sindicalistas, fueron encarcelados y uno de ellos fusilado Juan Pablo Wanrigt. Asimismo, el dirigente y artesano carpintero Manuel Antonio Obando Sánchez permaneció encarcelado, hasta lograr su libertad con la revolución del cuarenta y cuatro, período en el cual fundó la Escuela Claridad. Fue una década en la que se auspició la libre organización sindical de los trabajadores, en la que se destacó Víctor Manuel Gutiérrez, el líder magisterial más importante de la revolución, quien sale al exilio junto con Obando Sánchez. Años después Víctor Manuel es asesinado.
Anteriormente, con la reforma liberal a partir de 1871, bajo el régimen de Justo Rufino Barrios, sucedió el hecho del fusilamiento de seis dirigentes indígenas que fueron acribillados en la plaza pública por su oposición de no dejarse arrebatar las tierras para la construcción de la fábrica de tejidos Cantel. Hoy se recuerda como “el día más triste en la historia de cantel, 4 de septiembre de 1884”. Paralelo a este crimen se instauró La Ley de Jornaleros que obligaba a los campesinos a trabajar en las fincas de café.
Mencionamos este hecho de 1884, porque la historia registra que los nombres de personas que lucharon en Guatemala por la justicia social y en contra de las desigualdades, fueron objeto de múltiples represalias, hasta la tortura, la muerte y el exilio.
Ahora bien, dado que en Guatemala persisten los atropellos a las libertades individuales y a la libre organización, así como una realidad de injusticias sociales, los trabajadores, campesinos, maestros, estudiantes, siempre han mantenido la llama de la protesta social para el logro de sus derechos. Esto explica acontecimientos importantes como las jornadas del movimiento de masas de marzo y abril de 1962 y en el año de 1978, la lucha contra el alza del transporte urbano que devino en grandes movilizaciones y fortalecimiento de las organizaciones sociales, así como el surgimiento de liderazgos con empatía e inteligencia.
Resulta necesario señalar que antes de las jornadas del 78, se da como un preludio, la marcha del Sindicato de las Minas de Ixtahuacán en noviembre de 1977, acompañados por los obreros del ingenio Pantaleón. A la caminata se unieron los sindicatos de Coca Cola, el sindicato de la Industria Centroamericana de Vidrio -CAVISA-, el Comité de Unidad Sindical, el Sindicato de los trabajadores del Estado, la Central Nacional de Trabajadores, la Asociación de Estudiantes Universitarios, la Coordinadora de Estudiantes de Educación Media, el movimiento de pobladores. Al final fue una marcha de 150 mil personas. Toda una gesta que marca hitos en la historia de lucha de los trabajadores guatemaltecos.
Tristemente el Gobierno de Romeo Lucas García, por su incapacidad de dar respuestas justas a las demandas del movimiento social, acudió a la represión de sus dirigentes. Está en el recuerdo que en el Pasaje Rubio y sexta avenidad de la zona 1 cae el dirigente estudiantil, Oliverio Castañeda de León, y posteriormente otros estudiantes. También es asesinado el dirigente sindical José Luis Jácome Pinto, Pedro Quevedo, Mario Mujía Córdoba, Manuel López Belén. Se dio el secuestro y desaparición de la dirigencia de la CNT, y de 36 asesinados después de la marcha del primero de mayo de 1980. Así mismo en el mismo período fueron cruelmente asesinados los abogados laboralistas Santiago López Aguilar, Manuel Andrade Roca, Mario López Larrave, quien nos legó el libro Breve Historia del movimiento sindical guatemalteco y Guadalupe Navas y su texto El movimiento sindical, como manifestación de la lucha de clases. En medio de esta barbarie, se da el cruento asesinato de los dirigentes social demócratas Alberto Fuentes Mohr y Manuel Colom Argueta quienes aspiraban a construir una mejor sociedad.
Estas líneas que no logran cubrir el nombre de tantas personas cruelmente asesinadas o desaparecidas, es una historia de heroísmo de nuestros mártires que regaron con sus ideas y coraje, los cielos de nuestra patria, para que esos momentos de represión no se vuelvan a repetir, y sea el diálogo civilizado que pueda conducirnos a las respuestas necesarias para lograr una mejor sociedad, en el marco de una pandemia que nos arrastra a niveles dramáticos, pero que si es impostergable y necesario, acabar con la corrupción y la injusticia social.
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