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Visiones para reconstruir las sociedades ¿Sobreviviremos a la pandemia?

Sueños…

La época después de la pandemia del Covid marcará que países de Centroamérica seguirán avanzando y cuales se mantendrán estancados. Como siempre. Será una época de grandes riesgos y oportunidades de cambiar.

Las sociedades de Centroamérica enfrentan un gran reto, en el marco de grandes riesgos nacionales e internacionales. Los retos internacionales son absorbentes. La crisis de la hegemonía de los Estados Unidos tiende a crear desequilibrios en todo el mundo. El medio oriente ya no soporta la guerra total y la confrontación eterna de minorías armadas fuertemente que se combaten sin objetivos sociales claros. Solamente el odio étnico, religioso o de revancha por milenarios enfrentamientos.

Sin un liderazgo, o varios que puedan negociar la confrontación se vuelve caótica. Como en la disputa del territorio palestino, la limpieza étnica y la incapacidad de construir Estados que convivan entre los mares Negro, Caspio, Mediterráneo y golfo Pérsico. En América la disputa eterna por construir Estados liberales, sin poder superar la existencia de Estados semifeudales, con muy pocas excepciones. China, Japón, Israel, Estados Unidos, Rusia afilan las armas en momentos que se necesita madurez para aceptar negociaciones para detener la guerra, la destrucción del medio ambiente y la pobreza extrema de la mayoría de la humanidad.

A su vez, la naturaleza está reaccionando ante la presión irracional del ser humano. Las pandemias se multiplican, los virus se vuelven conscientes en sus mutaciones, buscando eliminar la plaga humana. La solución del cambio climático pasa por un acuerdo universal, prácticamente imposible.

Los retos nacionales esenciales son varios. Uno, la reactivación de la economía, tratando de reducir el acelerado desempleo y el consiguiente incremento de la pobreza. Dos, protección del medio ambiente y las especies que aún queda para proteger la vida en el planeta. Tres, mantener un cambio lento en la apertura económica para proteger a la población de un rápido contagio y aumento de las muertes. Cuatro, controlar el endeudamiento y diseñar una estrategia que permita aumentar la deuda únicamente para invertir (en educación, salud, y protección de la naturaleza). Cinco, detener la corrupción y el poder de los grupos narcos que avanzan en su control de las instituciones públicas, tanto nacionales como locales.

En torno a este tema los economistas del FMI sostienen que la humanidad y sus dirigentes estatales enfrentan un trilema. Es decir, tiene que tomar medidas contradictorias y estratégicas. Aumentar el gasto público, reducir la deuda del gobierno y bajar los impuestos. El trilema consiste en que las tres acciones van en sentidos completamente opuestas. Lo que pone de cabeza a los gobiernos y los políticos. Como diseñar un gasto orientado a formar un ser humano nuevo, mujeres y hombres, con una visión culta para disminuir el gasto superfluo y masivo; como gastar en forma eficiente, es decir, gastar lo menos posible generando bienes y servicios públicos de calidad para todos, es complicado en Estados diseñados para proteger los elevados beneficios de exportadores, importadores y financieros, acompañados de una nutrida burocracia estatal a su servicio.

Como bajar los impuestos, en momentos en que los recursos se hacen tan escasos. El gobierno y las municipalidades sin impuestos se ven obligados a disminuir empleados, cerrar instituciones que duplican funciones, disminuir privilegios y evaluar el desempeño. Las empresas, principalmente las pequeñas y medianas, que son el sustento del empleo y el ingreso de la mayoría necesitan que se disminuyan los impuestos para poder financiar operaciones y mantener el empleo, en medio del caos de la paralización de la economía. 

Bajar la deuda es imposible, todos los gobiernos aumentan el endeudamiento, ante la paradoja de la necesidad de gasto para enfrentar la crisis sanitaria y el frenazo económico, y a su vez, tener menos ingresos por la caída de los procesos económicos; ante ello aumentar los impuestos puede generar una confrontación social generalizada, casos de Colombia, Argentina, Chile.

El 200 aniversario de la confusa independencia centroamericana es una gran oportunidad. En lugar de fiestas y jolgorios sin razón se necesita un esfuerzo nacional y regional para diseñar de nuevo los Estados de la región. Primero, generar un sistema sanitario integral que atienda a toda la población, si alguien se queda sin protección será un riesgo para el resto. Segundo, hay que proteger la vida del ser humano y del resto de las especies, hay que evitar la destrucción del ambiente y sus especies, animales y vegetales. Tercero, reconstruir las economías basadas en la protección del ambiente, la disminución del consumo innecesario, la equidad y solidaridad del ingreso para todos y la producción y el consumo racional. Cuarto, fortalecimiento de la democracia, basada en el pluralismo, la igualdad, la inclusión social, el combate a la corrupción, la gestación de la unidad nacional, todos a luchar y trabajar por los mismos objetivos. Rechazo a la violencia y la solución extremista de los graves problemas que afectan al planeta.

Estamos frente al cambio. El cambio tiene que ser construido en forma unitaria por todo el pueblo. Sin nación, no existe república, sin unidad nacional no existirá nunca el progreso y el bienestar.

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Cristobal Pérez-Jerez

Economista, con maestría en política económica y relaciones internacionales. Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica. Analista de problemas estratégicos, con una visión liberal democrática.

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