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Prisión preventiva para Foppa (II parte)

Kidon

La semana transcurrió y los medios de comunicación y las redes sociales nos actualizaban la forma en que se desarrollaba la audiencia de primera declaración de los miembros de la estructura criminal que mediante la creación de documentos públicos falsos pretendieron inscribir un partido político con miras a participar en el próximo proceso electoral.

La imputación efectuada por el fiscal Rafael Curruchiche, fue clara y objetiva, y cumplió no solo con los requisitos de lugar, tiempo y modo, además con presentar los medios de prueba que denotaron sin lugar a duda como los líderes de la esta estructura criminal organizada Juan Francisco Solórzano Foppa y Aníbal Arguello Mayen, sorprendieron en su buena fe a varios de los coimputados, haciéndolos suscribir actas y escrituras públicas falsas. 

Es por ello, que parte de los defensores y sus clientes señalaron directamente a los dos ampones de ser los responsables directos incluso de coaccionarlos para avalar falsas asambleas, reuniones que no se llevaron a cabo y la comparecencia de fallecidos en instrumentos públicos, hechos por los cuales el Ministerio Público debe incorporarlos como colaboradores eficaces para obtener información detallada sobre la forma en que se consumaron los delitos. 

Los medios de investigación presentados, así como la revelación de las graves declaraciones ofrecidas por diferentes sindicados, desde luego que deberán ser analizadas por el Juez Israel Celada Galindo, previo a resolver la vinculación procesal de los mismos, pero en especial la denegación de una medida sustitutiva para los líderes del grupo delictivo organizado. 

El juez Celada Galindo deberá recordar primero, que si bien es cierto debe prevalecer la libertad de los sindicados, también lo es que la Constitución Política de la República y el propio Código Procesal Penal, regulan la internación provisional de una persona cuando derivado de la posible participación de un hecho delictivo sean latentes los peligros procesales de fuga o de obstaculización a la investigación. 

El primero de ellos, íntimamente relacionado a que el sindicado pueda salir del país o en su caso ocultarse de la investigación, conducta que Juan Francisco Solórzano Foppa, ya transgredió dentro del proceso penal identificado bajo el número 01187-2019-00668, donde vinculado a proceso y habiendo obtenido una autorización judicial para salir del país, incumplió su fecha de regreso, así como la obligación de firmar el módulo de control de medidas sustitutivas, con el agravante de haber falsificado en su pasaporte el sello de ingreso al país, circunstancia que fue advertida y denunciada ante la instancia competente. 

El segundo, con la obstaculización de la investigación, supuesto que aplica perfectamente para estos malandros pues, estando libres fácilmente podrán coaccionar a los coimputados que los han sindicado de ser los autores materiales e intelectuales de los delitos, para que cambien su declaración, así como desaparecer o sustraer documentos de interés para el proceso, borrar archivos y registros notariales e informáticos lo cual, desde luego vulneraría el proceso generando impunidad. 

Y que decir de la cadena de recursos maliciosos, entre amparos, exhibiciones personales, recusaciones y demás medios de impugnación que seguramente interpondrán para dilatar el avance del proceso o el esclarecimiento de la verdad en perjuicio de la administración de justicia.

De esa cuenta, el Juez Sexto de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente de Guatemala, abogado Israel Celada Galindo, al resolver deberá emitir un acto de justicia que proteja el interés público e impedir que los efectos ulteriores del delito continúen afectando a la sociedad.

Es por ello, que las manifestaciones convocadas en apoyo a estos dos rufianes no han tenido éxito, como tampoco las presiones que pretenden infundir sobre el fiscal y el juez, pues, en Guatemala por fortuna las cosas cambiaron y los que un día a base de chantajes manipularon el sistema judicial para encarcelar a sus enemigos ideológicos, hoy serán perseguidos en esas mismas instituciones, con la pequeña diferencia que ya no podrán mediar por ellos, ni el declarado non grato, ni la fugitiva de la justicia.

Vamos juez Celada Galindo, actúe con valor, el pueblo lo apoyará.

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Raúl Falla

Abogado y notario

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