Construyendo un nuevo mundo (Parte 4)
Debemos Saber La Verdad
Debemos mejorar las relaciones de los humanos para un nuevo mundo.
La violencia con que se tratan los seres humanos proviene del impulso por intentar someter y dominar al prójimo. Debemos analizar este fenómeno desde el punto de vista de la conciencia individual. Los humanos nos acomodamos a la postura manipuladora, no importa de lo que se trata, actuamos y decimos lo que más nos convenga para salirnos con lo nuestro. Si dominamos la situación y ejercemos el control para obtener una meta en el mundo exterior, es, por principio, por la exaltación psicológica que sentimos recibir, creemos que por eso hay tantos conflictos irracionales. Esto se da a nivel individual, así como colectivo y entre las naciones.
Nos hemos dado cuenta de los extremos –posiciones aberrantes- a los que hemos llegado para manipular a los otros, por lo anterior debemos reconsiderar nuestras motivaciones y buscar otras maneras de interactuar con el prójimo.
Por lo general, la violencia psicológica se transmite de una generación a otra: en ese sentido, comprendemos como personas que sufrieron violencia de sus padres la transmiten a sus hijos y así sucesivamente.
Todo el universo esta integrado por energía.
Los humanos influimos en las plantas y sobre todo lo que nos rodea, tanto en objetos inanimados como seres vivos, lo hacemos con la energía que nos pertenece. Esta energía se puede observar y es una forma de comprender lo que cada uno recibe, sobre todo se vislumbra cuando uno compite o discute y perjudica a otro. Por ejemplo, cuando se controla a otro ser humano se recibe su energía y al llenarse con la energía del otro es lo que motiva, primariamente, esta apropiación. En ese sentido, existen muchas estrategias para quitar la energía de otras personas.
Luego de reflexionar, comprendemos que cuando nos sentimos débiles y logramos controlar a otro humano nos sentimos mejor, pero no nos percatamos que este modo de sentirse mejor lo pagan otras personas, al haberles quitado su energía. Uno de los motivos para tratar de controlar la energía de otras personas es porque uno se siente falto de energía.
Hay humanos que voluntariamente ceden su energía a otros, pero, por lo general, esto no dura mucho tiempo. La mayoría de los seres humanos no son lo suficientemente fuertes para continuar otorgando su energía. Esto se manifiesta en las relaciones interpersonales, las mismas se convierten con el tiempo en pugnas por poder. Los humanos sumamos y enlazamos nuestra energía y luego, sin proponérnoslo a veces, competimos para ver quien va a controlarla y, sobre todo, quien va a controlar a quien.
El mundo es un sistema de energía y la mayoría de los humanos -en forma inconsciente- hemos competido por la energía que fluye entre nosotros. En esto ha creado parte de los conflictos humanos, que van desde las pequeñas pugnas hasta las guerras entre naciones. El motivo por el cual un conflicto no puede ser resuelto de inmediato es, esencialmente, porque una de las partes se aferra a una posición –a veces irracional- para tratar de extraer y aprovecharse de la energía del otro.
El mundo de los humanos es una competencia por la energía y, consecuentemente, por el poder. Una vez los humanos comprendan la estéril pugna, se empezarán a superar los conflictos y nos liberaremos de la competencia por la energía, ya que estaremos en condiciones de recibirla de otra fuente: de la naturaleza y el universo.
Los humanos debemos conocer, comprender y compenetrarnos de la naturaleza como una auténtica sensación física y no, solamente, como un concepto intelectual. Hay que percibirla desde el propio ser interior, hay que integrarse a la naturaleza como parte del yo.
Una experiencia mística es cuando se siente una conexión con el todo, esto provoca euforia, una seguridad y una confianza sin igual. La experiencia del conocimiento místico es la clave para terminar con los conflictos humanos en el mundo. En este proceso se recibe energía de otra fuente, con la misma aprenderemos a contar expandir nuestra voluntad. En consecuencia, debemos buscar la verdad en el interior de los humanos, de cada ser humano.

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