Algunos apuntes sobre el liderazgo… Parte I
Lugar Hermenéutico
El liderazgo es quizá uno de los fenómenos más estudiados desde diferentes puntos de vista a lo largo del tiempo, a pesar de ello, es quizá de los fenómenos menos comprendido. Alrededor de él se han escrito cualquier cantidad de teorías, ensayos, libros, tesis, en fin, por más que leamos o teoricemos sobre el tema, el mejor concepto será aquel que se ajuste a nuestra propia realidad e historia de vida.
Indistintamente del autor, casi siempre se parte de la misma interrogante, ¿El líder nace o se hace?, difícil pregunta, pues quién en su sano juicio puede pensar, que, aunque una persona tenga una naturaleza de liderazgo, va a poder expandirla como tal, si nace en los niveles de hambruna y rezago social como los que se viven en muchas regiones de Guatemala.
Bajo el argumento anterior, aunque todos hayamos nacido por principio en una condición de liderazgo, dado la cantidad de vicisitudes que se debieron superar para que el espermatozoide fecundara el ovulo que inició nuestra vida, son necesarias algunas condiciones mínimas en el entorno, para que este a su vez, desde sus diferentes etapas, estimule al neonato, al niño, al adolescente, al adulto, para que este pueda expandir su máximo potencial humano.
Es quizá acá, donde sea preciso hacer una mínima reflexión, pues en sociedades tan conservadoras como en la que vivimos, pareciera que hay una entramada institucional para inhibir los destellos de liderazgo de las personas, partiendo desde un modelo educativo obsoleto en todos sus niveles, que de un sopapo pretende dar el salto cuántico a modo tecnológico obligado por la pandemia, como si ello significara leer la pantalla y ver la cámara de la computadora para dar clases en zoom, Teams, Facebook Live o poner videos de YouTube.
A su vez, pasando por una arquitectura religiosa que se limita al estudio de textos interpretados hace siglos, los cuales no necesariamente tienen completa vigencia a la fecha, hasta un aparato de Estado que castiga al emprendedor exitoso con un sistema impositivo por demás arcaico.
Lejos de estimular el pensamiento crítico, la visión estratégica, la confianza basada en el autoconocimiento, la colaboración desinteresada entre pares, por mencionar algunas acciones de liderazgo, para sociedades como en las cuales sobrevivimos es muy conveniente el que nos quedemos adentro de la caverna.
Recordemos que el mito de la caverna de Platón es una alegoría sobre la realidad de nuestro conocimiento, a través de ella y en sentido figurado, nos muestra como nos encontramos encadenados dentro de una caverna, desde que nacemos y como las sombras que vemos reflejadas en la pared componen aquello que consideramos real.
La pregunta es, que tan dispuestos estamos en abandonar la caverna, pues ello implica abandonar de a poco viejas y falsas creencias, prejuicios ligados a la costumbre, romper con la anterior vida cómoda y confortable pero basada en el engaño, implica superar miedos y dificultades para ser capaz de comprender la nueva realidad que se tiene ante los ojos, más verdadera y autentica que la anterior…

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