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Aunque sea con remiendos

Tanmi Tnam

Es complicado identificar alguno de los poderes del Estado con cierto grado de credibilidad para encomendarle la conducción de un proceso confiable que alcance resultado que sea del agrado y bienestar de los pueblos de Guatemala. Es el caso de las modificaciones a la Ley Electoral y de Partidos Políticos que está en manos de entidades que carecen de credibilidad ante la mayoría ciudadana.

Hay propuestas de modificación de la Ley Electoral y de Partidos Políticos que se mencionan en el ambiente para fortalecer las prácticas antidemocráticas, injustas y nada transparentes en el funcionamiento de los partidos políticos y el proceso de elecciones. Más de lo mismo, o más para empeorar, sería lamentable debido a que nuestro país padece problemas estructurales en el campo de la política, la economía y la sociedad en general.

Para la característica pluriétnica de Guatemala, cualquier intento de construir o fortalecer la democracia, alcanzar el bienestar para todos y el futuro sostenible para las nuevas generaciones, los pueblos que integran nuestro país, deben asumir un proceso participativo, con diálogo franco y propuestas viables para organizar el Estado que deseamos. Es el Estado incluyente que se ha mencionado desde distintos actores. Es necesario que las modificaciones a la Ley Electoral y de Partidos Políticos fortalezcan el control sobre la fuente de financiamiento, la transparencia en el uso de los recursos, la cantidad posible a recibir para evitar la dependencia de los partidos políticos de actores dudosos, especialmente por el pago del financiamiento cuando el partido llega al poder. El caso de candidatos a diputado al Congreso de la República, es necesario conocer nombres y apellidos y el perfil mínimo que incluye liderazgo responsable, honradez y transparencia. Hay que ceder el porcentaje de candidatos que representen a los pueblos originarios atendiendo criterios viables por ejemplo el porcentaje de esta población que en la actualidad manejan los datos estadísticos. Las mujeres de Guatemala, deben tener representación en el Congreso de la República y por lo mismo se les debe asignar el porcentaje de representantes que les corresponde según los datos estadísticos oficiales. Una reelección al Congreso solo debe ser posible con base a la apreciación de aportes concretos en el campo legislativo. El puesto de Gobernador Departamental debe ser por elección popular para evitar chantajes de todo tipo. Es necesario dejar a un solo período de duración el caso de los alcaldes municipales, tomando en cuenta que la reelección, según datos y cambios a la vista en muchos municipios, no ha significado mejoras a las condiciones de vida de los habitantes, especialmente en regiones con extrema pobreza.

Será de proponer los mecanismos legales que permitan a la ciudadanía identificar y proponer a puestos de elección popular a personas libres de corrupción, chantaje, compra de votos, uso de violencia y dar paso al liderazgo que el país necesita para su mejor conducción. La historia siempre da la oportunidad a ciudadanos y pueblos que reflexionen responsablemente para corregir, proponer y colaborar en la construcción del país y el Estado que todos deseamos donde se viva la democracia sobre la representación de pueblos, el funcionamiento de los partidos políticos que trabajen por la población guatemalteca, un Congreso de la República que refleje la representación de los pueblos y que legisle por el bienestar de todos. Estamos frente a una oportunidad para respuestas a necesidades estructurales en el campo de la vida política de Guatemala.

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