El sisitema de salud: Crónica de una muerte anunciada
Barataria
Durante toda la pandemia y en los últimos días el sistema de salud pública en Guatemala ha sido noticia por el número de pacientes que han llega a los Hospitales con Covid además de otros enfermos por diferentes razones. El Colapso del sistema de salud no es nada nuevo, casi desde que tengo memoria y no son pocos años, siempre ha existido un pésimo sistema sanitario en Guatemala. Los problemas sanitarios en el país históricamente han causado serios problemas y las pandemias sufridas algunas utilizadas como arma política para defenestrar gobiernos, como en el caso de la epidemia de cólera morbus utilizada para derrocar al gobierno de Mariano Gálvez y otras utilizadas como una forma para salir de la pobreza y enriquecerse desmedidamente como la actual epidemia; todos estos problemas sanitarios han superado en mucho a todo el sistema de salud guatemalteco.
Pero al irse a la raíz de los problemas hemos visto como el sistema de salud guatemalteco tiene algunos problemas que es necesario considerar como por ejemplo la dicotomía existente entre el sistema de salud pública y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, más que un bien le hace un grave daño al país puesto que en tanto los que tienen empleo formal en la iniciativa privada y en el sector público pueden tener acceso al seguro social y a cotizar para su jubilación al momento de entrar en la vejez tardía, hay millones de guatemaltecos que no pueden cotizar porque se han dedicado a la mal llamada “economía informal” y en su vejez simplemente no tendrán ningún respaldo económico. Hay programas para adultos mayores y otros de su clase, pero esto lo que hace precisamente el violar el principio de igualdad. En ese sentido, lo más factible es la existencia de un solo sistema de salud y no esa odiosa y nociva dicotomía que hoy en día le hace más daño que bien al país.
El sistema de salud pública, regido por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, resulta ser un arca abierta para los saqueos. No es que el Ministerio de Salud tengo un presupuesto bajo, al contrario, año con año se le ha aumentado presupuesto y los hospitales nacionales en lugar de mejorar van empeorando con escasez y lipidia, la razón es clara. Entre corrupción de venta de medicinas, lo cual es un secreto a voces, en donde hasta se ha utilizado dinero de este tipo para campañas electorales, hasta corrupción de los sindicatos que han perdido su rumbo y se han vuelto empresas vendedoras de los derechos laborales y cuyos dirigentes se han enriquecido a costa de trinquetes vendiendo la voluntad de los trabajadores por dinero. Así, los pactos colectivos laborales son una especie de negociación entre un Ministro que quiere enriquecerse pero que no quiere que los trabajadores le anden contando las costillas y metiéndolo en líos de huelgas y un grupo de trabajadores sindicales que buscan sus propios beneficios. Ha llegado incluso el colmo de que los abogados sindicales han cobrado facturas de millones de quetzales, no por negociar un pacto colectivo de altura, sino porque sus conexiones hacen más fácil el saqueo de autoridades y sindicatos.
Así las cosas, no hay presupuesto que aguante cuando la corrupción es el modus vivendi de aquellos que llegan al poder y si el sistema de salud está colapsado no es de ahora; sin embargo, tampoco podemos exculpar al actual gobernante puesto que se le han dado miles de millones de quetzales para que afrontara la crisis en el sistema de salud y simplemente el dinero no aparece. Se lo ha gastado seguramente en comprar mascarillas de tela promocionadas al inicio de la pandemia, quizá a cincuenta quetzales cada una, y en muchas otras cosas que no sabemos porque el gobernante simplemente no da cuentas de nada. Y ahora, con una crisis provocada por las autoridades mismas que, a ocho meses de iniciado el año, a duras penas va vacunando a un bajo porcentaje de población, porque las vacunas las negoció para sus propios intereses y hemos estado vacunando a pura donación. En su viaje a España, el honorable presidente, tuvo la osadía de indicar que “Vamos a llevarnos cinco hospitales de España contratados para irse a colocar 1,250 camas más» textualmente lo dijo, nadie se lo preguntó, sin embargo los hospitales nunca vinieron, las camas nunca estuvieron y la gente sigue muriendo de covid por dos razones básicas: No hay vacunas, No hay capacidad en el sistema sanitario.
El señor Giammattei, quizá se pregunta ¿porqué tanta aversión hacia él?, pues no debe buscar mucho cuando le miente descaradamente a la población, hace un viaje a Andorra y España y nadie sabe a ciencia cierta a qué fue apresuradamente para allá cuando su país esta en plena crisis y no trae ningún resultado solo un saco con una sarta de mentiras que, según cree apacigua a la población creyendo que sus esfuerzos por combatir la pandemia le ha llevado a pasar el charco.
De tal manera que, en tanto no haya una verdadera reforma del sistema de salud, seguiremos siendo aquel país en el cual aunque se le destinen millones y millones a la salud, esto cae en saco roto, debido a la perversa corrupción de autoridades que no se detienen a analizar que un sistema de salud débil significa muerte para la población.

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