Construyendo un nuevo mundo (PARTE 10)
Debemos Saber La Verdad
Debemos mejorar las relaciones de los humanos para un nuevo mundo
Debemos dar energía a todos, ya que eso es un principio universal de apoyo, dar energía a otros crea un espacio energético en nosotros, pero si estamos bien conectados con la naturaleza vuelve a colmarnos la energía del ambiente. Si todos participamos, todos debemos estar dando y recibiendo constantemente, lo que significaría una nueva orientación global en la economía, en lo social, en lo espiritual y en todo el acervo de la cultura. Las zonas naturales y, en especial, los bosques, el mar y los ríos de la tierra deben ser ampliados, nutridos y protegidos como las fuentes increíbles de energía y por el papel que desempeñan en la ecósfera.
No podemos salvar la naturaleza ni democratizar el planeta, tampoco curar ni alimentar a los pobres porque hemos sido incapaces de superar el temor a la escasez. No podemos cambiar ni aportar si no tenemos una visión de la vida que ofrezca otra alternativa. No estamos en este planeta para edificar y hacer imperios personales, sino para evolucionar espiritualmente a través de la energía.
El evolucionar conscientemente implica reducir voluntariamente las poblaciones a cantidades sostenibles por el planeta, viviendo de esta manera -en el seno de los sistemas ecológicos- de energía la agricultura y la utilización de los bosques serán automatizados y controlados científicamente para permitir que la naturaleza crezca, madure y se integre en bosques más poderosos de energía, los cuales deben acelerar el ritmo de la evolución y así cada uno alcanzará niveles más potentes de energía y vibración.
Debemos crear una cultura espiritual. Hasta el momento conocemos los criterios del mundo científico y religioso, pero el postulado es que la evolución es la manera en que el Creador se manifestó y sigue estableciendo los criterios de la humanidad, Nos debemos acoger a tales postulados. El progreso de cada generación es la evolución de la inteligencia, una evolución hacia la espiritualidad. Así cada generación incorpora más energía y acumula más propiedades de la energía y las transmite a la siguiente y así sucesivamente.
Todas las religiones explican como se relaciona la humanidad con un principio superior. Por ejemplo, el mundo cristiano tiene la percepción de un Dios y como cada individuo comprende cuál es la vía exacta para concretar con la fuente de energía y la dirección del Creador, esto crea una conexión posible. En ese tema podemos comprender como lo hizo Jesús al incrementar su energía y utilizarla en función de los demás.
Los seres humanos somos la culminación del conjunto de la evolución, habiendo empezado la materia en una forma débil, la cual creció especie tras especie, elemento tras elemento, siempre evolucionando hacia un nivel superior de vibración. Luego aparecieron los seres humanos primitivos, de esta forma continuó la evolución y en una primaria percepción cultural nos conquistamos unos a otros, ganando y perdiendo energía, dependiendo si éramos conquistadores o conquistados; estos conflictos continuaron hasta que inventamos la democracia que no le puso fin a esta forma de violencia pero intento organizar la vida de la sociedad de otra forma, sin embargo, con la democracia lo que pasó fue que se trasladó la violencia del nivel físico de energía al nivel mental.
Ahora debemos llevar este proceso al ámbito de conciencia, “la evolución consciente” debe estar a nuestro alcance, para lo mismo debemos incrementar nuestra energía y percibir coincidencias o revelaciones, lo que nos impulsará hacia la evolución de una forma plena, elevando nuestras vibraciones en los átomos de nuestros cuerpos.
En el mundo occidental, Cristo demostró – durante su vida – como hay que hacerlo, de esa manera nosotros debemos conectarnos a la misma fuente de energía y así podemos recorrer el mismo camino.
En esta nueva percepción, nuestras vibraciones se incrementarán y descubriremos un paraíso, al que, en este momento, tenemos delante nuestro, pero no podemos ver, dada nuestra limitada acumulación de energía. Para no perder de vista el proceso de crecimiento energético debemos recordar hacia donde estamos evolucionando y en que consiste vivir.

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