Consuelo Porras: Garante del respeto institucional
Kidon
Fue en el año dos mil dieciocho, mientras el país atravesaba por uno de los conflictos más graves en materia de administración de justicia, impulsado por la izquierda radical y sus homólogos foráneos que pretendían tomar el control del Estado, aplicando el derecho penal del enemigo, que el presidente Jimmy Morales, designó a la doctora María Consuelo Porras, como Fiscal General y Jefe del Ministerio Público.
A pesar de los chantajes y persecuciones penales ilegales implementadas por los afines al non grato en contra del mandatario y su familia, así como en contra de diferentes empresarios, abogados y funcionarios públicos, que se tomó la decisión de entregar el ejercicio de la acción penal en manos de una abogada poco conocida, pero con una trayectoria jurídica espectacular e impecable, sobre todo en el campo de los derechos humanos y la aplicación del derecho constitucional.
Luego de haber tomado posesión la intrépida fiscal inició una recuperación de la institucionalidad, retomando el camino del Ministerio Público por la legalidad, pero principalmente basándose en el estricto respeto a las garantías individuales de los guatemaltecos, así como en aplicar una persecución penal estratégica enfocada en el combate a la corrupción incluso la que campea en el Ministerio Público y que hace mayor daño a la nación.
Esa objetividad e imparcialidad en las investigaciones, detonó cierta animadversión por parte de los enemigos de la libertad, quienes al ver perdida su trinchera de persecución político-ideológica, y que muchas de las investigaciones se orientaban en las actividades ilegales que se llevaron a cabo desde la propia FECI, iniciaron una campaña de desprestigio con el fin de minar el trabajo de la fiscal, incluso pretendiendo ahogar financieramente a la institución.
Luego, recurrieron a buscar la estigmatización social de la fiscal y su equipo al incluirlos en una lista sin legitimación y revocarles el visado de turista para ingresar a los Estados Unidos de América, acción que de nuevo no funcionó, pues, la valiente Fiscal General, continuó el lineamiento del ejercicio constitucional, e hizo valer su autoridad en busca de la verdad.
Hoy, gracias a su función la mayor parte del territorio cuenta con una fiscalía destinada a poder brindar atención al usuario, lo cual se reflejó en la disminución de los indicadores de criminalidad, en especial de corrupción, narcotráfico y violencia contra la mujer, debido a la enérgica intervención de esta noble institución y los fiscales designados a luchar en contra de la corrupción.
Al final, la mayoría de los guatemaltecos honestos y trabajadores apoyamos la gestión implementada por doña Consuelo, quien nos garantiza el pleno ejercicio de nuestros derechos constitucionales y consecuentemente certeza jurídica, requisitos indispensables para que una nación produzca y genere riqueza para su población.
Por nuestra parte tocará, brindar todo el apoyo jurídico y social en favor de la institución del Ministerio Público y la persona que lo representa, así como continuar con las acciones legales emprendidas para que en un fututo muy cercano podamos poner tras las rejas a los prófugos Juan Francisco Sandoval Alfaro y Thelma Esperanza Aldana, así como a Gloria Patricia Porras Escobar y su clica de ex Magistrados de la CC, para seguir con los que aún laboran en la FECI y los Juzgados de Mayor Riesgo.
#YoApoyoALaFiscalGeneral

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