Educación y cotidianidad
Tanmi Tnam
Uno de los desafíos de la educación escolar es atender responsablemente a la niñez y juventud de las comunidades locales.Cada comunidad local es un mundo pequeño con vida propia donde resaltan las características lingüísticas y culturales y los hechos que deben ser elementos de estudio para comprender las condiciones en que se vive actualmente.
En la cotidianidad de la comunidad local están a la vista los efectos de los grandes problemas cuyas soluciones no asoman por ningún lado durante muchos años como el caso de la pobreza, la desnutrición, el minifundismo y la ausencia de servicios públicos esenciales. Allí no hay quien cuestiona la ausencia de Estado, solo se sabe vivir, resignarse y seguir viviendo los días que sean posibles en esta triste realidad.
En la localidad, hay un sinfín de conocimientos cuyos usos se reflejan en actividades como en la agricultura, las artes, los tejidos y las relaciones con los elementos de la naturaleza. Lo cierto es que no están escritos, pero circulan en verdaderos textos orales dignos de ser escuchados y comprendidos porque sostienen las actividades dedicadas a los medios de vida con que cuentan las familias de comunidades enteras. Es vital conservar los elementos de la naturaleza porque aportan a la conservación de la vida de las personas.
En la comunidad, hay espacios donde se vive la democracia con la participación de madres y padres de familia, las niñas y los niños, la juventud en general, las abuelas y los abuelitos. Hay reuniones donde se toman decisiones con la participación de sectores clave. Estos hechos son dignos de ser observados y analizados puesto que tienen relación con la vida colectiva local. Es importante analizar espacios públicos donde todavía anidan prácticas de equidad de género y su respectiva crisis. Es posible identificar entidades que en los últimos años han tenido la capacidad de llevar corrupción a espacios donde antes era el servicio que daba sentido a las actividades en pro del desarrollo de la comunidad.
Es sustantivo observar que la niñez aprende del modelo de vida con base a todo lo que está a la vista, donde las respuestas y relaciones se construyen según las oportunidades reales que se presentan a la vida en cualquier momento y espacio. Lo importante aquí es que no hay recetas para actuar en la cotidianidad.
Todos conocen que la vida local genera noticias, por ejemplo, las familias que emigran, el correo internacional que llega hasta algunos hogares a dejar encomiendas que vienen de otros países, el vecino o la vecina que falleció por alguna enfermedad, la joven que ha culminado estudios universitarios, si hay o no hay clases en la escuela del lugar. Los medios con que cuentan algunas familias, también propician oportunidades de conocer acontecimientos de cualquier parte del mundo.
Es de admirar la alegría y la creatividad de niñas y niños para tomar elementos de la naturaleza que cumplen el rol de juguetes que permiten el uso de la imaginación de múltiples maneras. También con elementos naturales la niñez elabora juguetes de varias formas, tamaños y colores.
El estudio de la cotidianidad local permite a los pueblos originarios rescatar o fortalecer sus entidades propias que le dan sentido a la autonomía en estos tiempos o en el futuro. La participación de integrantes de la comunidad educativa es clave en ubicar la vida de la Madre Tierra, la de la niñez y juventud para que sean parte del currículo escolar. Mientras que el uso de la tecnología de la comunicación en el aula debe propiciar aprendizajes tanto de la localidad como de otras latitudes.

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