Amar es cuidar, lo demás son palabras
Desde La Ventana De Mi Alma
Cuántas veces hemos escuchado decir: «te quiero, te amo » y sin embargo es paradójico…
¿Cómo creer que alguien te quiere o te ama si no confía en ti, si no te respeta, si no busca una comunicación y una conexión contigo para saber quién eres y cómo eres? Si reflexionamos un poco sobre lo que es querer o amar, podemos concluir que es necesario y casi imperativo demostrar ese amor mas allá de las palabras.
Los padres, (aunque no todos) aman a sus hijos y demuestran ese amor con su cuidado, protección y formación. Los hijos amamos a nuestros padres y lo demostramos con respeto y obediencia.
El vínculo que de forma natural hay entre familia es una razón poderosa para amar incondicionalmente. El vinculo que desarrollamos con otras personas a través del conocimiento mutuo porque así lo decidimos, tiene una profunda relevancia. Sin embargo, resulta que no todas esas personas que dicen amarte o quererte lo sienten de corazón. Y por algún motivo fuera de todo contexto razonable tienen una actitud negativa y desarrollan una hostilidad, una forma de dañar tu autoestima, empiezan a mirarte como si fueras un enemigo hasta tal punto que hacen intentos por hacerte desaparecer del mundo si les fuera posible.
Que diferente fuera el mundo si tuviéramos un poco de empatía por el otro, independienmente de quien sea, porque en realidad lo que transforma al mundo es la gente buena, la que se libera de todo ego, la que no está buscando riñas por todo, la que está por sus hijos y que, a pesar de todo sigue adelante, procurando sobrevivir en medio tanto caos.
Yo creo que, si cambiamos nuestra manera de pensar, cambiamos nuestra manera de vivir y de ver el mundo y a las personas. Cuando vivimos en esa inercia sin buscar transformarnos, no podemos elevarnos y volar a las alturas como almas, no vamos a poder sentir el regalo del amor incondicional y una floreciente relación con Dios, y como consecuencia una transformación profunda, individual. Es necesario para todos procurar un cambio, porque para ello estamos en esta gran comunidad, para estar introducidos en nuevas libertades y oportunidades.
Cuando esto ocurre algo espectacular e inesperado llega, es un cambio de todas las formas en las que el viejo «yo» ha estado reprimido por todas las expectativas familiares incumplidas, todo el dialogo interno destructivo y crítico que nos ha acompañado constantemente, todos los mandatos de una sociedad que ha gobernado nuestra conducta dejan de ser.
¡Qué criatura tan increíble y única ha creado Dios! Es fácil quedarnos en nuestros propios pequeños mundos y atender nuestras propias pequeñas necesidades. Y a veces eso es realmente todo lo que podemos hacer. Pero para cualquiera que tenga un poco de energía extra en su interior, un poco extra para dar, existen muchas instancias para hacerlo. Las posibilidades son prácticamente infinitas.
Dios nos creó con la capacidad de amar y cuidar, nos creó con toda una variedad de talento, habilidad, creatividad y necesidad por una razón. ¡Depende de nosotros utilizar todo esto para un propósito noble!
Cuidarnos unos a otros desde el amor, aquel que no daña, que procura el bien del otro, entendiendo que somos UNO, desde la perspectiva y unicidad de la creación.

Lea más de la autora: