El futuro no deja en el olvido
Sueños…
Guatemala es un país que sueña con salir de los peores indicadores del desarrollo social, y retomar una revolución democrática que prepare los pilares de un país desarrollado, en el mundo se anuncian cambios climáticos, desabastecimiento de materiales de producción y alimentos y la declaratoria de crisis internacional.
En todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, se emiten informes alertando sobre las consecuencias económico, sociales y políticas que traerán el cambio climático, la parálisis del comercio internacional y los daños colaterales de la pandemia[1]. Ya se anuncia que estos problemas son internacionales e interdependientes. Los resultados serán sequías, hambre, pobreza, migraciones masivas. Como se afirma en los medios internacionales la seguridad mundial está en riesgo, habrá confrontaciones, golpes de Estado, destrucción de gobiernos e inestabilidad en diferentes regiones.
Guatemala es un país que sueña con salir de los peores indicadores del desarrollo social, y retomar una revolución democrática que prepare los pilares de un país desarrollado, sin embargo, las señales van en sentido contrario. Se declara “estado de sitio”, es decir, militarización y eliminación de los derechos humanos en distintos sectores; destrucción de automóviles en el congreso a lo Trump; amenazas de violencia por militares en retiro; juicio por terrorismo a militares en retiro; rápido aumento de los combustibles; etc.
A los problemas estructurales tradicionales se agregan con agresividad las nuevas variantes del Covid, los riesgos financieros de emisiones abundantes de dinero sin respaldo en todo el mundo, la emergencia de las criptomonedas que amenazan la autoridad de los banco centrales y el aumento de las tensiones militares alrededor del mar de China. Todo lo cual invita a los países a concentrarse en generar estrategias de unidad estatal y supervivencia de las mayorías.
Ante esto, como un cubo de agua fría, le cae a Centroamérica el informe del gobierno de Biden sobre el cambio climático[2]. Según el gobierno de USA, existen once países que serán afectado por el incremento del cambio climático: Afganistán, Colombia, Guatemala, Haití, Honduras, India, Irak, Myanmar, Corea del Norte, Nicaragua y Pakistán. Estos países, por sus condiciones sociales y productivas débiles están bajo la mirada del riesgo y sufrirán inundaciones, incendios forestales y huracanes.
Como fantasmas que aparecen de la nada, los países del triángulo del norte y otros sectores del mundo se convierten en una amenaza para el gobierno de Estados Unidos por su falta de control ambiental, políticas de desigualdad social y efectos invernadero que destruyen su escasa producción agrícola.
Nos enfrentamos al reto más importante de nuestras vidas. Seguimos promoviendo unas relaciones económicas internacionales basadas en la eficiencia y competitividad de los mercados con un auge impresionante de la tecnología y la producción que generan enormes cantidades de bienes y servicios, en su mayor parte innecesarios para vivir una vida de consumo basada en una visión hedonista exponencial, con una dirección acelerada hacia la destrucción de las condiciones de vida en el planeta. La alternativa es conformarnos con un consumo más racional y sencillo e iniciar el proceso de protección del planeta y el resto de las especies.
La teoría de las relaciones internacionales, profundiza su conocimiento de la realidad con la revisión completa de un viejo paradigma: el comercio ambiental. En los últimos cuarenta años la ciencia y la sociedad están enfrentadas a un gran reto. Comprender la relación dinámica y contradictoria entre relaciones económicas internacionales y protección del medio ambiente. Lo cual viene generando la construcción de una teoría integral y comprensiva que permita interpretar los cambios en la economía mundial y su impacto creciente sobre el medio ambiente. En el presente cuaderno pretendemos hacer una síntesis de las teorías existentes y presentar a los estudiantes y lectores una visión que permita encontrar soluciones racionales a una relación compleja y destructiva.
La doctrina que presentamos la llamaremos comercio ambiental. Comercio ambiental es un estudio, una reflexión sobre cuáles son los componentes fundamentales de las relaciones económicas internacionales y su efecto sobre el funcionamiento de la naturaleza. Queremos comprender como mediante el intercambio de bienes, servicios, materias primas, bienes de capital, dinero y tecnologías modernas, así como con el acelerado incremento del consumo homogéneo mundial interactuamos con la Tierra en su conjunto, generando problemas de destrucción de recursos naturales, afectando las condiciones de vida y deteriorando el hábitat del resto de las especies; desarrollando una visión de cómo podemos enfrentar los problemas ambientales tratando de encontrar una solución justa y natural.
Conforme la integración productiva, consumista y cultural del mundo se ha homogenizado dando lugar a la cumbre de la globalización, cada vez somos más conscientes del impacto en el cambio climático, la desaparición de las especies y el deterioro de las condiciones que son el resultado de nuestra actividad productiva y comercial. Entonces, como diría el destacado ambientalista G. Tyler Miller “… ¿qué podría ser más importante que entender cómo funciona la Tierra, cómo estamos afectando el sistema de sustento de la vida y cómo podemos reducir nuestro impacto ambiental?”. (Miller, 2007, 1).
Guatemala es un país que sueña con salir de los peores indicadores del desarrollo social, y retomar una revolución democrática que prepare los pilares de un país desarrollado. Este sueño se puede alcanzar con la creación de un sistema democrático, inclusivo, solidario y equitativo.
[1] Por ejemplo, https://www.nytimes.com/es/2021/10/25/espanol/cambio-climatico-amenazas-migracion.html
[2] https://www.heraldousa.com/tendencias/2021/10/21/estos-son-los-11-paises-mas-vulnerables-al-cambio-climatico-segun-informe-de-eu-10327.html

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