Creados para destruir los mundos

Sueños…

El cambio climático es el telón que al caer señalará el fin de la vida en la Tierra, o por el contrario un nuevo amanecer. Noviembre es el mes que los medios políticos, periodísticos, económicos y sociales señalan como el inicio de un nuevo compromiso de la humanidad con la naturaleza.

Nuevamente se nos vende la esperanza de una sociedad consciente, benévola y sublime, que pondrá en marcha todo un proyecto para cumplir la nueva relación que permita detener la destrucción del medio ambiente, que se alcancen sociedades solidarias y se avance en calidad de la vida de todos los seres vivos del planeta.

Se parte de una visión muy optimista de la capacidad humana de cambiar y convertirnos en seres humanos virtuosos y respetuosos de la vida en el planeta. La visión optimista nos dice que tal vez estamos todavía en la prehistoria de la humanidad y que pronto pasaremos al humano nuevo, que será capaz de ser inteligentes, bondadoso y respetuoso de las otras especies.

El mismo nombre de las reuniones nos hace no ser tan optimistas, desde la cop-01, se mencionaron esos grandes objetivos, organismos como WWF, señalan que será imposible detener y revertir la pérdida de especies que se extinguen en las próximas década, si no existe un compromiso de eliminar completamente los combustibles fósiles no se eliminan con urgencia y las economías no se descarbonizan. Mientras las ganancias, las utilidades sean el objetivo esencial de las empresas, el concepto de capitalización, reducción de costos y extracción intensiva de recursos de la naturaleza seguirán prevaleciendo. Y el turismo ecológico llegará hasta la cop-45, los discursos seguirán siendo los mismos, los resultados serán un fracaso.

El WWF indica con certeza y con una visión tiernamente utópica que es indispensable la inclusión de la naturaleza en el proceso. Y allí está el límite de la capacidad humana para permitir que la naturaleza pueda tener vida propia. Para que los animales y las plantas puedan vivir en paz, libremente, sería indispensable un ser humano superior, que le permita a la naturaleza ocupar libremente la mitad del territorio de cada país del planeta, que el humano en sociedad solamente pueda utilizar la mitad del territorio de cada país. Esa visión superior es imposible alcanzarla para el ser humano. Es decir, el humanismo, solamente piensa en proteger el poder del humano sobre la naturaleza y su derecho a explotar, exterminar, destruir todos los recursos sí eso genera utilidades, consumo y condiciones seguras para la vida de la gente, sin importar la vida, la tranquilidad y la felicidad de cualquier otro animal, de cualquier otra especie. Cuando lo necesitemos podemos explotar las otras especies y cuando sea necesario las podemos condenar a la extinción.

Sí no se permite vivir en su vida salvaje, libre a las otras especies, el final está anunciado, el humano se quedará solitario en la Tierra, soñando con emigrar a otros planetas. Una utopía peor. Se menciona que las campañas progresistas de la COP26, promover el “Día de la naturaleza”, y ya sabemos que esos días terminan siendo días comerciales y días de abundantes mensajes humorísticos en las redes sociales.

Por supuesto, tenemos proyectos positivos y realizables, por lo menos en el terreno académico, estudiar la protección del agua, los océanos y las zonas costeras. Y, existen proyectos que podrían significar un cambio económico-social amigable con la naturaleza, como uso de la tierra, la deforestación y el uso intensivo del resto de recursos naturales. Esto se quedará en discurso, detener el uso de los recursos para cumplir la esencia de nuestro sistema económico que es obtener ganancias, es un proyecto sin futuro, los intereses económicos del sistema son muy poderosos.

Quienes aseguran que se logre permitir la contribución verdaderamente libre de contribución de animales, plantas, bosques, ríos, mares libres de la maligna intervención humana podrían generarse cambios en la protección del ambiente y mejoramiento de la sociedad humana. La pregunta es ¿sin una naturaleza libre del humano se podrá mantener vivo el umbral de 1,5 °C? y no sabemos sí el humano podrá desarrollar la resiliencia necesaria para enfrentar los impactos climáticos que se erigen como murallas a la vida en el planeta.

Sí no se le otorga un papel clave a la naturaleza para limitar el calentamiento por debajo de los 1,5 °c, entonces, los medios anuncian que “la emergencia climática va a cambiar la forma en la que vivimos, nos enfermamos y hasta morimos.” Por supuesto, la polución atmosférica y el aumento de las temperaturas tendrán impactos sobre la vida humana y natural. Se pronostican falta de recursos alimentarios y el difícil acceso al agua, que provocaría hasta 95.000 muertes anuales por desnutrición infantil.

Estamos en un marco de la expansión del universo, en la actualidad de este momento y de millones de años hacia adelante es así, en la realidad, luego vendrá la contracción, y luego una nueva expansión, en un tiempo pequeño comparado con el universo infinito, entonces, la humanidad tiene un tiempo determinado para tratar de salir por la puerta grande. No exterminar la vida y al resto de especies de la Tierra.

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Cristobal Pérez-Jerez

Economista, con maestría en política económica y relaciones internacionales. Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica. Analista de problemas estratégicos, con una visión liberal democrática.