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¿Y quién será el nuevo Rector de la USAC?

Antropos

La elección de Rector de la Universidad de San Carlos, de acuerdo al principio de autonomía universitaria, tiene la doble connotación de elegir la cabeza académica de la Institución y a su representante ante diversos organismos del Estado y de la sociedad en su conjunto. La doble cara de esta moneda, se debe calificar como la expresión de la calidad de ciudadanía y de firme forjador de una “conciencia lúcida de la universidad”, orientado a formar la masa crítica que requiere el desarrollo de la vida social, histórica, política, cultural y económica de nuestro país.

Obviamente, debemos exigir de los actos de a quién se va a elegir, resultados que puedan ser verificados por los ojos críticos de una ciudadanía universitaria, qué por antonomasia, tiene un carácter crítico. En este sentido, una persona que aspire a convertirse en Rector de la USAC, no se puede alzar desde la nada, o del vacío, sino que debe tener tras de sí, no sólo la experiencia de haber dirigido y orientado proyectos y programas educativos, sino la vivencia de compartir cotidianamente con estudiantes, docentes, investigadores y trabajadores administrativos. Asimismo, debe tener en sus alforjas una trayectoria académica que muestre sus calidades como docente y principalmente que tenga una producción intelectual sustentable al puesto que aspira como rector de una universidad pública tricentenaria y una historia personal de sensibilidad humana preocupado por los problemas sustantivos de la sociedad guatemalteca, aparejado con un alto talante de moralidad y rectitud ética, tan necesario hoy que estamos ante una realidad que podríamos tipificar como debacle de la moralidad. Porque los planes y programas de trabajo que puedan dar a conocer publicitariamente sólo tienen sentido, si éstos están articulados por una práctica universitaria comprometida con los más altos valores de la institución.  De lo contrario, es sólo una posibilidad la cual se puede frustrar y aparecer como una simple ilusión.  La USAC merece que el nuevo equipo, esté a la altura de nuestro tiempo. Sujetos pensantes, preparados, creativos, con voluntad de avanzar, dialógicos y moralmente solventes. Porque el compromiso con la sociedad que la sustenta, se lo exige responsablemente y que, más temprano que tarde, será auditada para una rendición de cuentas.

Indudablemente la USAC al igual que la sociedad guatemalteca en su conjunto, anida dificultades, que van desde los aspectos de bulto como lo es el tema presupuestario, y a su vez, debe empeñarse por convertirse seriamente, en la “reserva moral” del país sobre la base de un mejoramiento cualitativo de su quehacer. 

A la USAC se le han encomendado una serie de responsabilidades en el Estado mismo. Esto complica y dispersa el trabajo interno de la institución, porque tiene más de ochenta representaciones en el organismo estatal y los puestos en instancias como la Corte de Constitucionalidad, Junta Directiva del IGSS, Junta Monetaria, despiertan muchas ambiciones que genera en los postulantes, una politiquería por alcanzar los votos del Consejo Superior Universitario.

Además, funcionarios de la Facultad de Derecho, Ciencias Económicas y Rector, participan en las comisiones de postulación para elegir a tres representantes de la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Apelaciones, ternas que se envían al Congreso de la República, para que elijan a uno los postulados. Estas comisiones, paralelo a las que se constituyen para la elección del Contralor General de la República y del Fiscal General del Ministerio Público, generan una situación complicada, porque los representantes de la USAC, son objeto de presiones políticas y económicas de los diferentes sectores del poder en Guatemala.  Complementariamente hay otras instancias también importantes, pero de menor trascendencia en la vida nacional, que las antes citadas.

Este conjunto de compromisos externos desnaturaliza el quehacer fundamental de la USAC. El tiempo, recursos, y otros etcéteras, terminan por alejar la vida académica de la universidad. Conozco a la UNAM, que es una de las mejores universidades de América Latina, y no está implicada en todo lo que está la USAC, pero si muy comprometida con la investigación y la docencia de alta calidad. Recordemos que la universidad es una instancia de alta cultura. Le cabe el enorme compromiso de formar conciencias, actitudes, conductas, formas de mirar y concebir el mundo y la sociedad, así como contribuir a abrir los ojos para que aprendan los jóvenes a interrogarse y a interrogar con una mirada crítica y objetiva y que les permita cultivar sus ilusiones, sus sueños y sus aspiraciones.

Pero también tiene que formar competencias para que la sociedad pueda tener confianza de que cuenta con excelentes profesionales en la medicina, en el derecho, en la odontología, en las ingenierías, en las ciencias económicas, en las ciencias agronómicas, en las ciencias sociales, en la educación, en fin, en múltiples especializaciones.

La USAC, como la única Universidad Pública del país, debe reinventarse internamente en estas direcciones, a saber: hacer un esfuerzo profundo, sistemático y planificado para el logro de la excelencia a través del autoreconocimiento de que el eje central gira alrededor del fortalecimiento de la docencia, la investigación, la extensión.

En ese sentido, la elección del nuevo Rector y su equipo de dirección de la USAC cobra un interés fuerte en la vida nacional, porque de lo que suceda en la vida interna, tendrá de manera directa o indirecta, repercusiones en el proceso electoral a nivel nacional. Si predominan las virtudes de le ética, la moralidad, las competencias y el intelecto, esta universidad le estaría dando al país, un gran ejemplo de lo que se debe hacer en la escogencia de las próximas autoridades del gobierno, congreso y municipalidades.

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