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Mendigos de amor, mendigos de paz

Desde La Ventana De Mi alma

Ayer fue uno de esos días que se quedará grabado para siempre en mi memoria, y es que muchas veces no se es consciente de lo que realmente está pasando, o porque la inercia nos gana el tiempo, o porque nos negamos a ver la realidad, la cruda realidad que nos trastoca nuestra capacidad de entender.

Un hombre dormía sobre un colchón en plena calle, bajo la sombra de un pequeño árbol junto a un local comercial. El auto en el que yo circulaba iba tan de prisa que no pude decirle que pare. Era medio día, tráfico, sol, aire caliente en pleno verano.

¿Era un mendigo de aquellos que andan por las calles mal vestidos, pidiendo de comer o beber porque tienen hambre, frio y sed?

Me quedé pensando en esto con tristeza. Imaginando que hay en muchos rincones del mundo, miles de mendigos; y desentrañando sobre este fenómeno social concluí, que hay otra clase de mendigos, aquellos que están escondidos, bien vestidos, en mansiones como techo, comiendo buen pan y bebiendo caro vino, pero mendigos de amor y sintiéndose por dentro vacíos.

¿Cuántos vivimos así? Mendigos de abrazos, de palabras de aliento, de una mirada, de la compañía de un verdadero amigo o simplemente de una palabra de cariño?.

¿Cómo podemos terminar con esta clase de mendicidad? Si muchos no admiten que sienten vergüenza, que no pueden aceptar que teniendo todo lo material, ¿subsisten en pobreza espiritual?

Muchos vamos por la vida sin pararnos a mirar más allá, muchos hemos creído que suplir nuestras necesidades básicas (comer, dormir, vestir, etc.), nos saca de la mendicidad, pero no es así, aunque se tenga todo esto y más, hay mendigos que darían todo lo que tienen por encontrar el verdadero amor o hallar dentro de sus familias paz, amor incondicional y verdadero calor de hogar.

¿Acaso no son también mendigos aquellos que temen volver a amar, porque ya han sufrido tanto, y han sido traicionados y lastimados, y tienen miedo volver a confiar?

Hay algo más que se esconde detrás de las cuatro paredes de una casa, hay muchos hombres y mujeres que les cuesta aceptar y expresar la necesidad tan grande que tienen de sentirse realmente amados y valorados; madres que viven carentes de la atención de sus hijos; abuelos olvidados, niños y jóvenes que, aunque lo tienen todo, se sienten abandonados.

Y si bien es cierto el amor y la amistad es algo que merecemos por dignidad, muchos los tienen que mendigar, y somos mendigos de amor sin darnos cuenta.

Por ello seamos uno de aquellos seres capaces de brindar a todos amor y amistad, hagamos que, amando sin condición y distinción, terminemos con esa mendicidad, entonces se expandirá una nueva energía en el mundo, y la posibilidad de salvar a la humanidad de la indiferencia y la maldad.

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Angie Lu

Lcda. en Ciencias de la Educación. Universidad Estatal.Guayaquil. Lcda. en Filosofía y Letras. Universidad Central del Ecuador. Columnista Periódico "EL SOL" Cartagena- COLOMBIA. Columnista Diario. La TRIBUNA. México. Articulista: Revista TOP MAGAZINE. Orlando-Florida Articulista Diario EXTRA. San José. Costa Rica. Articulista periódico Canarias Opina. Telde, Islas Canarias. ESPAÑA. Escribo por vocación para comunicar y por necesidad vital, creo que la palabra escrita es inmortal y es el acto libertario mas poderoso que existe y más aún podemos crear sinergia colectiva a través de la lectura. Escribo para divulgar mis emociones recogiendo metáforas simples o complejas, que me permitan meditar para existir y coexistir buscando la armonía con mis congéneres, y para celebrar con la palabra la belleza de la vida y el universo.

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