Palabras, libertades y estados

Soliloquios de José Franco

Acudo a presenciar un espectáculo en el que la política actual, desgraciadamente, no sólo en España, sino de una manera global en términos generales es un espectáculo que abarca desde hordas de verdaderos energúmenos, hasta desesperados que no contemplan más premisas que sus intereses y que se dedican a matar las esperanzas de los ciudadanos aniquilando el principio de la Libertad y de la verdadera Democracia.

No hace mucho gozaba de un profundo regocijo, especialmente antes de esta maldita pandemia que se ha ido trocándose en un profundo y verdadero desencanto. He pasado de la esperanza a una pasión por la desesperanza propiciada por la paradoja de la ingobernabilidad y la destrucción de la democracia.

Algunos que no nombro, ni cito, y no tanto por temor, sino por vergüenza, pues alguno de ellos fue auspiciado por mis elogios y mis palabras.

Mi decepción creo que es compartida pertenecientes a ideas políticas moderadas, que recuerdan a esos hombres de Estado nada exaltado y “muy puestos en razón” que promovieron la Transición en España, frente a lo que nos ofrece este nuevo panorama desolador, miremos por donde reposemos nuestra mirada.

Un momento en el que tengo que huir de determinadas opiniones no tanto por erróneas, que, si lo son inevitablemente, sino por lo generalizada que es.

Ideas propias de mentalidades inferiores, que, ahondando en lo más resobado, están empeñadas en el espíritu repetitivo de errores pasados que nunca se deberían repetir.

Una muchedumbre que recoge los pasillos del poder y que tienen importantes achaques de hambre. Hambre de honores, de sillones, de cargos públicos y los mas hambrientos son los que deberían estar más saciados.

Lamentable momento el que vivimos rodeados de sectas de ideas, y sectarios acólitos, conventículos politólogos, cotarros y partidos casilleros de diferentes alterativas y posiciones desde la más conservadoras a las más populistas y demagogas.

Se ha generado una lucha que nos trae divididos a todos y otros mientras tanto andan hurtando almas, voluntades y votos a los que no puedo ser indiferente pues nos deja en la estacada a tantos millones de personas que crecimos con el sabor de la libertad y de la democracia.

Recapacitemos y reaccionemos como Sociedad Civil Cívica para restablecer nuevamente los caminos de la Democracia con la bandera de la Libertad.

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