El poder de la mente y nuestras creencias subconscientes

Desde La Ventana De Mi Alma

«Ten cuidado como mires al mundo, porque el mundo será como lo mires».

Es parte de la naturaleza humana, que toda idea en la cual uno cree e invierte su energía, acaba persiguiéndolo en la realidad. Y lo impresionante de todo esto es que se trata de alguien que cree en supersticiones que en verdad no cuentan con una base científica.  Sin embargo, una persona que invierte su pensamiento y su energía en esas ideas acabará manifestándolas en su vida. En cierto modo, el enfoque de una persona tiene el poder de atraer situaciones a su vida.

El poder de la manifestación

La pregunta que nos podemos hacer ahora es: ¿Hemos examinado nuestras creencias? ¿te gustaría crear en tu mente quién quieres ser o qué quieres lograr? ¿Cómo crees que tu vida mejoraría?

Los Sabios enseñan que «por el camino que un hombre desea ir, por allí lo conducirán». Eso significa que el deseo que uno expresa a través de los pensamientos, palabras y acciones crea una especie de “frecuencia espiritual” capaz de transmitir ese deseo al universo y transformarlo en hechos concretos en la vida. Dios maneja nuestras vidas de acuerdo con la energía que nosotros mismos emitimos, tanto si lo hacemos de forma consciente o no.  Hay quienes llaman a este fenómeno “ley de la atracción”.

Los Sabios se adelantaron y definieron esta ley mucho antes de que apareciera el famoso libro » El Secreto» de Rhonda Bhyrne, que habla sobre el poder de la mente para la definición del propósito individual de uno.  La influencia de la mente sobre el cuerpo y el alma, las creencias que uno alberga en su mente subconsciente afectan su realidad física.  Por ejemplo, la mente tiene el poder de curar una enfermedad o de crearla.  Asimismo, las creencias subconscientes afectan el mundo emocional y espiritual de la persona.  Uno puede moldear su carácter, si aprende a moldear sus creencias subconscientes.

Entonces, sin lugar a duda, aquello en lo que creemos es lo que logramos.

Probablemente no podemos lograr todo lo que deseamos, pero si más de lo que normalmente podemos imaginar.

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