En busca de líderes
Tanmi Tnam
Los pueblos de Guatemala, con esperanzas están en busca de líderes y lideresas que posean conocimiento, sabiduría, valores y capacidad para estar frente de un gran movimiento político sano y participativo que tenga como objetivo consolidar los cimientos, orientar los pasos, darles vida a las ideas de bienestar y construir entre todos el país con diversidad, justo, unido y democrático que todos desean tener. Hay urgencia de tener líderes y lideresas que aprecien y reconozcan la dignidad humana y la de la tierra, la importancia de concretar respuestas a los derechos humanos individuales y colectivos y aprecien la vida de todos para disminuir la desnutrición, el hambre y demás carencias.
La ciudadanía está cansada y ha perdido la confianza en aquellas personas que aparecen cada cuatro años que se caracterizan por el gozo al ver a tanta gente que vive en pobreza, que tienen como pasado cierto vínculo con aquellos que indujeron a los pueblos al enfrentamiento y a practicar la violencia provocando persecución y muerte de gente inocente tan solo por defender intereses y el poder para unos pocos. No a los partidarios y ejecutores de la violencia porque generan más conflictos y se valen de la represión, el encarcelamiento de quienes piensan diferente que ellos y hacen del Estado un mecanismo de terror. No a aquellos personajes que se consideran especialistas en temas políticos y económicos pero cuyos ojos de la mente y del corazón no logran identificar a la población empobrecida y que por lo mismo siguen propiciando la continuidad de los males estructurales.
La población guatemalteca empieza a reconocer y a rechazar aquellas mentes cuyas acciones se resisten a reconocer la diversidad de pensamiento, visiones de vida, culturas y pueblos porque el país ha vivido dictaduras, concentración del poder en un grupo privilegiado por muchos siglos, acumulación de riqueza en pocas personas a costo del sufrimiento de los empobrecidos. Entre todos vale la pena decir no a los corruptos que pululan en todas partes, mucho daño ha hecho a Guatemala, se han enriquecido haciendo mal uso de espacios públicos, se apropian de distintas maneras de dinero público, no piensan ni dirigen acciones para concretar respuestas a los más necesitados, aun siendo sus propios clientes que votan por ellos cada cuatro años.
Tenemos que escuchar, cuestionar y sugerir con cierta confianza a algunos líderes en todo el país, de las ciudades, del campo y de aquellos lugares recónditos donde brilla la humildad y la honradez en cuyo pensamiento puede que anide el servicio para construir entre todos el mejor país. Es urgente contar con líderes y lideresas que faciliten debates, diálogos y discusiones donde está el interés por el bienestar de cada uno de los guatemaltecos y de los pueblos de Guatemala. Tenemos que buscar hijas e hijos de la patria cuya mente y corazón estén llenos de energía positiva para respetar y reconocer las diferencias que le den vida a un proyecto común donde todos se sientan con libertad y apreciada participación, representación y fortalecimiento de identidad. Se necesita de líderes y lideresas que reconozcan, escuchen e inviten a sectores olvidados como las mujeres, la juventud, los trabajadores del campo, artistas y pueblos originarios.
El país necesita de líderes y lideresas que se acercan suficientemente a la comprensión de la multietnicidad, al significado y práctica de la justicia, la equidad, la democracia y la interculturalidad para concretar respuestas viables a las necesidades, problemas y aspiraciones de los cuatro pueblos de Guatemala.
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