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Impacto de los servicios locales

Tanmi Tnam

Diversidad de documentos con resultados de evaluación señalan que continúan los indicadores de pobreza y extrema pobreza en distintas regiones del país. Resaltan datos negativos sobre salud, alimentación, desnutrición, educación y otros temas relacionados con las condiciones inaceptables de vida, especialmente en el área rural. Este parece ser el país de la eterna pobreza.

Es oportuno leer las veces que sean posibles el artículo 257 de la actual Constitución Política que señala la asignación a las municipalidades para “programas y proyectos de educación, salud preventiva, obras de infraestructura y servicios públicos que mejoren la calidad de vida de los habitantes”. Es necesario comprender el segundo párrafo del artículo 2 del Decreto No. 12-2002 Código Municipal que establece que el municipio “se caracteriza primordialmente por sus relaciones permanentes de vecindad, multietnicidad, pluriculturalidad, y mulintilingüismo, organizado para realizar el bien común de todos los habitantes de su distrito”.  Estas características deben ser tomadas en cuenta para elaborar planes de desarrollo con pertinencia cultural en el país.

Desde hace muchos años, el Estado de Guatemala viene implementando mecanismos para hacer llegar recursos directamente a las municipalidades. A estas alturas del tiempo, solamente se observan algunas obras cuya presencia y uso, poco o nada han aportado para eliminar o disminuir la pobreza y sus efectos negativos.

Estamos así, porque generalmente la construcción de obras no responde a la verdadera priorización de necesidades de la población porque se circunscribe la mayoría de veces en infraestructura. Hay aldeas y caseríos sin proyectos o programas de salud, nutrición, educación y conservación del medio ambiente. Sigue pendiente la cobertura, calidad y pertinencia étnica de la educación en los niveles preprimario, primario y medio y tampoco asoma la educación intercultural para todos y las modalidades de la formación de competencias en productividad. Es tradición de las instituciones públicas trabajar con énfasis en obras de infraestructura tanto en cabeceras municipales como en algunas aldeas cuyo impacto en la disminución de la pobreza no siempre se logra identificar. Hay muchas familias cuya alimentación es escaza y de baja calidad con impacto severo en las nuevas generaciones. Además, no hay respuestas concretas a las necesidades de fortalecimiento cultural debido a que no es del interés de autoridades e instancias locales. Escasean proyectos y programas para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de los municipios donde sobresalen los indicadores de pobreza, mala alimentación, desnutrición y pocos años de escuela para la mayoría de habitantes. Se reconoce en voz baja que golpea el impacto de la corrupción en la vida de las comunidades locales, no hay auditoría por parte de alguna institución responsable y tampoco por parte de la población local.

Es urgente planificar y ejecutar proyectos y programas para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la mayoría de municipios, especialmente en aquellos donde se localiza la extrema pobreza. Es responsabilidad de las comunidades locales y la ciudadanía en particular identificar los puntos críticos que limitan la concreción de verdaderos programas de desarrollo en el nivel local, asumir la auditoría social que ayude al buen uso de los recursos públicos y hacer que se cumpla con la parte sana de la participación para el logro del desarrollo. Es urgente dedicar el situado constitucional para el bienestar de los pueblos.

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