OpiniónColumnas

Una institución… ¿en declive?

Conversemos Acerca De:

Parto como generalmente hago de una definición, lo cual me ayuda tal vez como punto de partida, para el análisis o reflexión, en este caso: el matrimonio.

El matrimonio ​ es, “una institución social, presente en gran cantidad de culturas, que establece un vínculo conyugal entre personas, reconocido y consolidado por medio de prácticas comunitarias y normas legales, consuetudinarias, religiosas o morales”, que hasta aquí diría que bien, pero el problema principal es la sostenibilidad, la permanencia, sosteniendo los mismos principios entre ambas personas, por lo cual decidieron convivir.

Principios que pueden ser vulnerables, ante un sinnúmero significativo de hechos, como es el caso donde se enmascara casi todo con la siguiente frase “por incompatibilidad de caracteres”, donde solo el tiempo fue capaz de sacarlo a flote (lo incompatible) , ante las adversidades: no tener donde vivir, vivir “agregado”, problemas económicos, un nuevo descendiente, donde no se tiene la madurez suficiente para asumir la responsabilidad, la no voluntad de asumir nuevos sacrificios, la falta de comunicación, la inexperiencia, propia en la juventud, no contar con una adecuada educación (estudios), no ser dependientes uno de otro económicamente, el distanciamiento por motivos laborales, entre otros.

¿Cifras? En países de Europa, como Francia, España, Alemania, Italia, Portugal en el año 2016[1], el porcentaje de divorcios oscilaba entre 48.7 – 56 %; en nuestra región[2], entiéndase América Latina, los porcentajes son mucho menores: Chile (3%), Ecuador 20%, en Guatemala al 5%, en México al 15%, en Panamá al 27%, en Brasil al 21% y en Venezuela al 27%.

¿Motivos de la desigualdad?: ¿El desarrollo económico, los niveles de educación, aspectos culturales, la religión? ¿En cuál atinar?, me resultaría complejo, donde no podemos olvidar que ante una población mundial[3] de 7 840 766 869 (7840 millones) de personas, las probabilidades o causales de divorcio son muchas.

Lo anterior no resta la evolución en la búsqueda de “pruebas ensayo – error” como es el concubinato (término antiguo, llamado así por los romanos, derivado del latín «concubinatus”, que significa comunidad de lecho, donde la pareja cohabitaba para mantener relaciones sexuales estables), unión de hecho estable, donde en estos últimos el comportamiento suele ser menos comprometidos, menor planeación del futuro, pero “para gustos, colores”

Realmente el matrimonio, constituye una decisión de peso, de responsabilidad entre los miembros de la pareja, siempre en lo personal mi consejos a mis estudiante ha sido “jóvenes, no se casen hasta que logren ser independientes económicamente, unirse no debe ser un obstáculo para continuar superándose; constituir una familia, cuando estén creadas al menos las condiciones mínimas (vivienda, trabajo ambos), mientras tanto utilizar los métodos adecuados en cuanto a planificación familiar y la clave del éxito, el meollo , diría que la comunicación, franca, abierta, compartir no solo los problemas, sino la búsqueda de soluciones colegiadas.

Complejamente, ¡suerte, en su decisión!


[1] https://oderizabogados.es/cuantos-matrimonios-acaban-divorcio/

[2] https://www.eleconomistaamerica.cl/sociedad-eAm-chile/noticias/5905891/07/14/Ocho-estadisticas-sobre-el-divorcio-que-le-sorprenderan.html

[3] Al 22 de enero del 2021; fuente: https://libretilla.com/cuantos-habitantes-hay-en-el-mundo/

Area de Opinión
Libre expresión de pensamiento.

Lea más del autor:

Ernesto González Valdés

Nació en la ciudad de La Habana, Cuba y es nacionalizado Nicaragüense tiene estudios superiores de Licenciatura en Pedagogía y posgrados en Química Orgánica y elaboración de materiales didácticos.

Avatar de Ernesto González Valdés