Entre cuento y cuento
Políticamente Incorrecta
Guatemala es un país donde pasan por lo menos 3 cosas graves por semana, y cuesta un mundo escribir de todas. Pero esta vez trataré de abordar un par que tienen relación.
Cómo es posible que el Presidente del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Guatemala, Lic. Esvind Alejandro Racancoj Ulin, peón de Jordán Rodas Andrade (nuestro insulto de Procurador de los Derechos Humanos) desestima las denuncias contra Erika Aifán y le extienda carencia de sanciones, abriendo su paso a que participe en el proceso de elección a Fiscal General. Ese señor, o recibe dinero de las ONGs, o lo intimidaron los Embajadores del ilegal G13, o mínimo es hijo de algún pinche terrorista matón de la Orpa. Tiene que ser una de esas, para que alguien que se supone se dedica a preservar el sacrosanto imperio de la ley proteja a una criminal. Si tuviéramos una Junta Directiva del Colegio de Abogados y Notarios que fuera de verdaderos juristas, este señor sería expulsado, recusado de su cargo y humillado por pisotear la Ley.
Es realmente un insulto a los guatemaltecos, a la patria, a la lógica, a la ética y al raciocinio. Un pelele absoluto que merecería recibir lo que destinan a sus pares en algo como Game of Thrones. Hay otra posibilidad y es que Erika Aifán le tenga la cola machucada. Es decir, o es diletante, o es resentido comunista, o es un ignorante, o es un corrupto. Son las únicas posibilidades.
Lo que me lleva al G13. Sin duda, el reto que el G13 le ha lanzado al Presidente Alejandro Giammattei es de un descaro extraordinario. Veremos de qué está hecho el Presidente y cómo responde a semejante afronta (este artículo está siendo redactado miércoles por la noche). Me gustaría que para hoy, viernes, el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) hubiera ya declarado #PersonaNonGrata al entrometido #hipócrita #DobleMoral de Hans Magnusson y le hubiera dado 24 horas para dejar el país. También me gustaría que el Minex hubiera disuelto un pacto ilegal entre diplomáticos representantes de sus países, no de entidad alguna, como lo manda la Convención de Viena.
Increíble porque además sabemos que estos embajadores se dedican a financiar terrorismo y odio, a alimentar la polarización y a que triunfe la venganza so pretexto para continuar sangrando al país con la lucrativa industria del resarcimiento.
Fueron condenados soldados humildes que entraron al Ejército por honor y para buscar un medio digno para vivir, y terminan pudriéndose en la cárcel luego de una larga prisión preventiva, porque unas mujeres dicen que ellos las violaron. Todo indica que es otro juicio espurio, sin pruebas, cundido de ilegalidades, violatorio de los derechos humanos de estos soldados que son héroes de la patria no violadores como «dicen». Venganza absoluta, es lo que ha sido esa sentencia. Obvio, seguro el G13 se reunió a brindar por ese veredicto.
Lo que me lleva a la raíz del problema. Además de expulsar a estos entrometidos criminales, urge que el Presidente denuncie el Pacto de San José. No me cansaré de decirlo porque uno hace las cosas por convicción y como sé que tengo razón, lo diré hasta que se haga. Estoy segura más personas se unirán a esta petición, hasta que nos escuchen.

Lea más de la autora:
Pingback: Ser Diputado - ElSiglo