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¡TERCERA PROCLAMA!… ¡AVANZAR SIN MIEDO!

Mirilla Indiscreta

¡La dinámica de la política es más veloz que los políticos!… ¡por eso siempre llegan tarde!

¡Si los políticos le hicieran caso a la razón serían sabios!… ¡los Reyes son solamente políticos!

¡Sólo el necio no sabe!… ¡que no sabe!

En la accidentada vida institucional de Guatemala, se puede muy fácilmente hacer un recorrido por casi toda la historia del Derecho Constitucional en sus formas más diversas.

En poco más de 500 años desde la conquista de don Pedro de Alvarado, nuestra nación ha experimentado una profusa variedad de estructuras jurídicas de control social (Constituciones), que van desde la colonia en el estricto sentido, pasando por la Constitución de Bayona que plantea una monarquía Constitucional como concesión del Rey (José Bonaparte el Impostor) hasta cerrarse esa etapa con la Constitución de Cádiz que, de igual orientación, ya se apoya en la dirección del pueblo soberano como fuente de origen, aunque siga reconociendo la majestad del Rey.

Todas las demás sucumbieron a la tentación de disfrazar en la Institución del Presidente de la República a un verdadero Rey.

Esta compleja y confusa tradición histórica trastrocó, desde su origen, las formalidades institucionales de la República en una derivación alienada que sustituyó la rigurosa división de los poderes u organismos del Estado del republicanismo puro, en el Presidencialismo autocrático, adversario natural por definición del texto constitucional republicano, en un sistema de gobierno dominado por el Presidente-Rey.

En tanto los Estados Unidos de América están por arribar a los 246 años de vigencia de su única Constitución en la historia que consta de 7 artículos, cuya naturaleza jurídica anglosajona no tiene ninguna similitud con la nuestra que a partir de la de Bayona y Cádiz suman más de seis.

La última de 1985 , para variar, con mutilaciones y reformas arbitrarias impuestas por la intervención, a duras penas llega a los 37 años de haberse promulgado. Con sus 281 artículos (Constitución desarrollada, cuasi reglamentaria) y 27 transitorios, nada tiene que ver con el modelo anglosajón cuya naturaleza jurídica y procesos de creación de la ley son totalmente diferentes.

La pretensión de asimilar nuestro cuerpo constitucional al modelo anglosajón ha contribuido a la violación agresiva y arbitraria de la nuestra y a la deformación en sus funciones de la Corte de Constitucionalidad, como parte de la acción interventora que nos tiene en las condiciones lamentables que acusa nuestra desintegración, confrontación y destrucción de nuestro Estado de Derecho y gobernabilidad.

Víctimas de maquinaciones fuera de nuestro control y capacidad estratégica de respuesta en las últimas semanas ha emergido un Estado de Conciencia nacional y movilización de opinión pública en el área metropolitana y centros urbanos que reduce los márgenes de maniobra de los interventores, a quienes ya sin temor y cada día con más fuerza se señala como abusivos e impertinentes y a sus aliados nacionales como vende patrias.

La creación de un Frente Nacional Institucional y otro popular y ciudadano para reafirmar la independencia patria hace retroceder a los agresores y los revela acobardados y en franca decadencia interna, en angustiosa retirada o búsqueda de asilo en el imperio.

En estas circunstancias dos actores emergentes pueden y deben acelerar el propósito de evitar un malentendido mayor con el imperio.

Es el momento de sentarse a la mesa de la negociación con respaldos estratégicos internacionales.

El nuevo canciller guatemalteco don Mario Búcaro tiene la responsabilidad de poner su experiencia y conocimiento diplomático en la búsqueda de ese nuevo trato (New Deal) con los Estados Unidos, sacando pecho y dignidad sin complejos de sumisión ni servilismo.

El otro actor el Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República Manuel Conde Orellana, para que haciendo acopio de su experiencia en el manejo de crisis internacionales abra el capítulo de negociación en la Región Centroamericana con sus parlamentos y hacer un solo frente institucional en defensa de nuestra soberanía regional.

El Presidente de la República tendrá que transferir mucha fortaleza al proceso, buscando acuerdos internos que generen el respaldo ciudadano que demanda la guerra por la paz.

DON EDMUNDO… Y YO

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Danilo Roca (Edmundo Deantés)

Jurista, analista político, luchador por la libertad.

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