La guerra en Ucrania, el inicio del Nuevo Orden Mundial
Barataria
Luego del fin de la guerra fría por 1989, el mundo entró a la era de las tecnologías, la globalización y un nuevo orden mundial liderado por occidente, mediante el cual el comercio significaría el cinturón básico para que todas las naciones del orbe entrarán a un mercado en donde podrían comprar y vender productos en general, sin mayores restricciones y sin limitar su participación en el mercado. El impulso que recibió la Organización Mundial de Comercio, fue inmenso ya que luego de que el mercado mundial estaba dividido entre los países detrás de la cortina de hierro que comercializaban por lo general entre sí, la globalización del comercio dejó en “libertad” a muchas naciones de celebrar tratados de libre comercio, para poder ampliar sus negocios a otras latitudes del mundo.
La era de las tecnologías entró por aquellos años y hoy en día, prácticamente el mundo está conectado a través de las redes sociales, el internet y las comunicaciones en tiempo real, que hacen que no esperemos hasta uno o dos días que las noticias aparezcan en los periódicos impresos, sino que en el momento en que se producen los conocemos. El mundo pasó a una transición que supuso nuevos progresos y acciones de los países que se consideraban superadas en realidad solo habían sido ocultadas convenientemente para parecer que el mundo se había vuelto al respeto de los Derechos Humanos y a una convivencia pacífica.
Pero en realidad lo escandalizados que se muestran muchos de este lado de occidente con la invasión rusa a Ucrania, no comprendemos que no es la única invasión que ha sucedido por estas épocas. Nadie en absoluto consideró que la invasión estadounidense a Irak so pretexto de que había armas biológicas, fue una farsa del presidente estadounidense de esa época el señor Bush y que luego fue claro que no existían tales armas biológicas, pero para entonces ya Estados Unidos tenía controlado no solo el territorio iraquí, sino que también el petróleo. Lo mismo podemos decir de la invasión que sufrió Libia por parte de la OTAN, para defenestrar al régimen de Gadafi. O lo que ha sucedido en Siria con participación de fuerzas de la OTAN. Estas acciones dejan claro que, depende del cristal con que se miren estos conflictos, los ayudaríamos o rechazaremos; pero que al final lo que sí, está demostrado es que el mundo no ha superado, como así es hasta el momento, su deseo de ir a la guerra por muchos motivos y los gobiernos se arman unos para defenderse y otros para atacar en el momento que considere oportuno.
Claro está que la situación de Ucrania, no solo tiene como consecuencia el deseo de este país de ser parte de la OTAN, ni los deseos de la organización de expandirse cada vez más hacia el oriente europeo. Hay mucho de fondo, especialmente porque el origen de Ucrania como una nación del bloque soviético y la forma en que se ha perseguido a aquellas regiones que han manifestado sus deseos independentistas porque consideran un origen más ruso que ucraniano, pero que se les ha negado y perseguido por ello. Naturalmente, no se justifica ninguna agresión rusa, ni los deseos expansionistas de Putin, pero resulta incomprensible cómo en 2014 Rusia invadió la Península de Crimea y la anexó ante la impavidez del liderazgo europeo. Rusia podrá tener su justificación, para invadir Ucrania y este país su justificación para buscar ser miembro de la OTAN, pero lo es la manifiesta pasividad del liderazgo europeo y en especial del liderazgo del presidente estadounidense que ha demostrado una vez más, como sucedió al abandonar Afganistán, que no está listo para enfrentar estos nuevos cambios.
La guerra rusa en Ucrania, presupone un punto de inflexión en donde estamos a las puertas de un nuevo orden mundial, la decisión de Putin para ir a la guerra, ocupar las repúblicas independentistas de Donetsk y Lugansk, sumada a la anexión anterior de Crimea y la actual de los líderes de occidente que han dejado solo al presidente ucraniano, no tienen punto de retorno. Rusia no pareciera detenerse y hasta ha amenazado a Suecia y Finlandia que desistan de su deseo de ser parte de la OTAN.
El conflicto Oriental y Occidental está planteado y nuevamente el mundo parece dividirse en dos, esta vez con un mundo más conectado, un mundo globalizado, un comercio mundial establecido, una crisis económica en ciernes producto de dos años de pandemia y países como China cuyo poderío económico y militar no tiene precedentes. Así las cosas, este nuevo orden mundial no tiene como protagonista a Estados Unidos, país que además de sus propios problemas, carece de un liderazgo y diplomacia capaz de persuadir a personajes como Putin.
Cabe destacar que la existencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no tiene sentido en este mundo ya que, bajo la presidencia temporal de Rusia, no hubo condenas que evitaran los proyectos expansionistas de Putin; pero que de igual manera cuando Estados Unidos decidió invadir Irak tampoco sirvió de nada, en otras palabras esta burocracia de organismos internacionales sea Las Naciones Unidas, Organización Mundial de La Salud o la OTAN, no funcionan cuando de verdad son necesarios. Pasó con la Organización Mundial de la Salud y la pandemia del COVID, tanto así que no han descartado la eficacia de la vacuna Sputnik, pero tampoco la han autorizado, siendo complacientes con las Farmacéuticas como Pfizer, Moderna y otras. Por ello, es fácil entender que así fue el papel de las Naciones Unidas durante toda la guerra fría y así lo será de ahora en adelante, burocracia con muchas opiniones pero sin una solución. Entre tanto, Ucrania se precipita a caer en dominio ruso ya sea defenestrando a su gobernante e imponiendo uno afín a sus intereses, o bien porque lo mantenga ocupado por un buen tiempo.
El mayor problema de estas invasiones, es que si la OTAN no fue capaz de evitar esta invasión a Ucrania, no va a ser capaz de enviar efectivos militares para liberarla y con ello únicamente van a quedar a la espera de que Rusia no haga otro movimiento que en realidad ponga a pensar que tiene planes expansionistas. A Ucrania, más le hubiera valido la pena mantenerse únicamente como miembro de la Unión Europea y no solicitar su ingreso a la OTAN porque a la larga, en lugar de ser para su provecho ha sido su propio perjuicio. Entre tanto Europa se debate en qué solución darle a estos problemas, lo que sí ya es un hecho es que estamos entrando a un nuevo orden mundial.

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