Normalidad, YA
Políticamente Incorrecta
¿Recuerdan la cantaleta de la «nueva normalidad»?
Ahora resulta que vimos esta semana, el 1 de marzo, a los miembros del Congreso de los Estados Unidos, que hoy dirigen los hipócritas #Doblemoral Demócratas, sin distanciamiento, ni mascarillas, ni nada. En enero les dije que Gates había anunciado el fin de la plandemia para marzo. El discurso fue pronunciado el 1 de marzo. El que no quiere ver lo obvio, o tiene una severa deficiencia mental, o no le conviene porque ha lucrado de la plandemia.
Por una vez en la vida concuerdo con el cretino que hace 2 meses decía lo contrario, que los niños deben ir a la escuela, punto. Se ha demostrado que la mascarilla produce daños severos al proceso de socialización de los niños y de los jóvenes, cuya personalidad aún no está terminada de formarse. Si ya tenemos una generación que creció sin mascarillas con problemas de comunicación, no se quejen de la que viene traumada por todo esto.
Los porcentajes de fallecidos en Guatemala y en todo el planeta, siguen siendo menores al 0.1% de la población. Incluyendo dónde hubo más de 20 mil fallecidos como Italia. Un país de 30 millones que pierde 20 mil por una enfermedad, no es mayoría porcentualmente. Suena frío, pero es la realidad. La gente quiere que le canten villancicos y les den atol con el dedo y por eso estamos como estamos. Si los políticos dicen las cosas como son, estilo Trump y Bolsonaro, la gente se ofende porque sus sensibles oídos quieren que le mientan pero bonito. Por esto, no soy político.
El Presidente Alejandro Giammattei ha hecho un buen trabajo, aunque les arda a algunos, porque no tenemos números mayores de fallecidos por el virus chino. «Ah, porque no los reportan» dicen sus detractores. ¿En serio creen que si fueran más los medios que odian a Giammattei no lo hubieran destapado? Pensar, no es malo para la salud. Esta no es una «defensa» del Presidente. Ustedes que piensan así están acostumbrados a dos modalidades, ataque y defensa. Yo digo lo que me parece, y crítico lo que no, sin anestesia.
Más que los fallecidos por covid, deberían importarle a los que se rasgan las vestiduras por eso, los fallecidos por hambre derivada de la pandemia. Gente que se quedó sin trabajo. No digamos la cantidad de empresarios principalmente pequeños y medianos que hicieron sacrificios descomunales para mantenerse a flote pagando a su gente y no dejándola desamparada. Conozco a muchos, a lo largo y ancho del país. No me lo contaron, me consta.
Viene Semana Santa en un mes. El mundo ya está abierto, pregunto al Ministerio de Salud, a los sindicatos de salud, al Colegio de Médicos y Cirujanos, a las empresas que siguen obligando a su gente a usar la mascarilla, cuándo van a dejar de insistir en esta fregadera y dejar que el país se una al resto del mundo. El Presidente va ha abrir y quitar esta fregadera, cuando ustedes, los influyentes dejen su paranoia y se lo pidan. Y sí, ya me dio, le dio a mi madre y a mucha de mi gente más querida de todas las edades.
En especial a Fundesa, que según parece, se opone a que el país se reabra y quieren que se vacune todo el mundo, haciendo caso omiso a la lógica que claramente indica que la vacuna no evita la enfermedad, a los reportes de efectos secundarios, al hecho de que vacunarse es una decisión que se debe tomar informada y a conciencia. Jamás, impuesta. Curiosamente, ahora parece que hasta quieren convencer a las poblaciones indígenas con persuasores en lenguas mayas.
Pero aunque les moleste, ya empezaron nuestras hermosas procesiones, y con ello, a moverse no sólo la fe y el espíritu Católico, sino también la economía. Antigua urge que funcione al 100%. Los empresarios no pueden más, y no sólo son restauranteros y hoteleros. También me refiero a los que trabajan en tantos otros rubros relativos a todo lo que requiere turismo. Recordemos que Antigua es el gancho que atrae a quienes luego van a Atitlán, Petén, Izabal, etc.
Por cierto, urge una campaña de fortalecimiento del sistema inmunológico y mucho más en el tema de malnutrición. Si nos vamos a la Biblia, el covid no es ni la primera ni la última.

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