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GUATEMALA: más cerca de la dictadura y más lejos de la democracia

Barataria

La congresista al Parlamento Europeo Izaskun Bilbao era desconocida en Guatemala, hasta cuando profirió un breve discurso advirtiendo el riesgo en que se encamina nuestro país alejándose más y más de la democracia.  No tardó mucho tiempo en que recibiera la réplica del congresista Hermann Tertsch en afirmar todo lo contrario y advertir que Guatemala es uno de los mejores y más desarrollados países de Centroamérica y que, junto a la Democracia costarricense, son los que mejor han fortalecido sus instituciones.  Lo cierto es que si vamos a debates ideológicos trasnochados, siempre van a haber críticas de uno u otro lado, siempre van a existir quienes defienden un régimen y quienes lo ataquen.  Los debates ideológicos son como las guerras:  las principales batallas no se libran en el campo, sino en los medios de comunicación y, el arma más letal es la desinformación o la información a medida o malintencionada, para muestra un botón tenemos la guerra que ahora se está librando en Ucrania.

Es por ello que debemos centrarnos en lo que realmente es importante, sin sesgos ideológicos de ninguna naturaleza.  Los Estados contemporáneos se han caracterizado por seguir la corriente de la división de los poderes del Estado, es decir el poder Ejecutivo, el poder Judicial y el poder Legislativo; la no subordinación de un poder a otro es vital para que la institucionalidad exista  y por lo tanto resulta ser un desastre la cooptación, captura o “secuestro” de un poder sea constitucional o fáctico hacia los demás.  Este pilar de la democracia es esencial para que no se camine a la dictadura, cualquiera que sea.  La advertencia que realizó la congresista Bilbao en el parlamento europeo, cuando se estaba discutiendo el caso de Cuba, resulta ser sumamente interesante fundado en el hecho mismo de que el camino de cualquier dictadura inicia con corroer los cimientos del sistema judicial ya que las leyes existen y muchas de ellas muy buenas, pero ¿Qué sucede si el poder encargado de juzgar el respeto y correcta aplicación de la ley y ejecutar lo juzgado no funciona adecuadamente?  Pues nunca van a caer los responsables de transgredir tales normas.

Guatemala, camina por la cuerda floja de la democracia, esta a punto de ir camino a la Dictadura.  Las dictaduras actuales, las dictaduras contemporáneas no son a la usanza de los años cuarentas, cincuentas, sesentas, setentas u ochentas del siglo pasado, en el cual una persona se atrevía por las armas o por los fraudes a mantenerse en el poder, violando toda norma existente e iniciando a regular la existencia del Estado mediante sus propias disposiciones.  Estas dictaduras del siglo pasado, no son las que ahora se permiten, porque se le ha dado un valor desmesurado a la democracia y al “respeto del derecho y las leyes”, razón por lo cual ahora las dictaduras vienen en empaque diferente, aunque en el final son la misma cosa.

En efecto, los grupos de poder, aquellos que se apañan en el sector económico, porque el amor desmesurado, galopante y obsceno por obtener más y más dinero es la raíz de todos los males y todo lo que mueve a las dictaduras que son apoyadas por aquellos poderes fácticos o de hecho que no quieren perder sus privilegios, o aquellos poderes ocultos que quieren seguir cometiendo hechos ilícitos al amparo de un poder que no los legitima, porque se encuentran al margen de la ley, pero les permite seguir realizando sus hechos al amparo del Crimen Inc. O bien, aquellos que, habiendo nacido en una clase social inferior, tienen aires de grandeza y cuando llegan cerca del poder o al poder, se vuelven tan corruptos como se pueda, porque saben que de otra manera nunca van a llegar a tener el status económico que solo la corrupción paga.

Pues bien, las actuales dictaduras se “visten de legalidad”, “se presentan con la tarjeta de total respeto al estado de derecho”, pero su finalidad se encuentra en menoscabar los cimientos de las incipientes democracias.  Así tenemos en Nicaragua elecciones presidenciales pero sin oposición para que gane el señor Ortega y todos los probables candidatos a la presidencia que pudieran haberle disputado en “elecciones libres”, no participaron porque ”violaron una ley” y hasta ya fueron juzgados y condenados a prisión por los Tribunales del poder judicial.  Así, tuvo Honduras un Presidente que hasta esta a punto de ir a prisión a Estados Unidos por el cargo de narcotráfico, pero que fue reelecto porque el sistema judicial dictó una resolución acomodada para que permaneciera en el poder.  Y así podemos hablar de muchos otros países.  Pero centrémonos en Guatemala, que es el país que mencionaron los congresistas europeos Bilbao y Tertsch y preguntémonos ¿Cuánto avance o retroceso se ha tenido o vamos camino a una dictadura?

A la luz de los siguientes hechos que a continuación menciono, podemos determinar si vamos avanzando en democracia o nos adentramos a una dictadura.  Y si no me creen examinamos los siguientes hechos que enumerare: 1) Tenemos casi tres años sin que el Congreso de la República haya electo magistrados de la Corte Suprema y Corte de Apelaciones la razón:  se están fundando en una resolución judicial, pero de igual manera no les importa elegir.  Cumpliendo con la resolución judicial ya se hubieran electo los magistrados, pero no les interesa porque los actuales e ilegítimos magistrados son complacientes con el gobernante actual y por lo tanto no se elige ni se elegirá un poder del Estado, es decir el Poder Judicial encargado de juzgar el cumplimiento de las normas y ejecutar lo juzgado.  Si en algo tiene razón la congresista Izaskun Bilbao, es que cualquier dictadura inicia con socavar los cimientos del poder judicial, controlarlo y mantenerlo, así fue en Nicaragua, Honduras, es en El Salvador y así esta siendo en Guatemala, sumándole además que el nuevo Fiscal General que esta por elegir el Presidente Giammattei va a ser cómplice de toda esta debacle. 2) El Tribunal Supremo Electoral, entidad encargada de verificar por el cumplimiento de las leyes electorales y de la pureza del proceso electoral es una institución cooptada que sigue instrucciones de otros sectores y sus magistrados son sus títeres.  Imaginemos que hace unos pocos meses aparecía una señora que ha perdido todas las elecciones presidenciales con prohibiciones legales para realizar actividades políticas, pero de la noche a la mañana resulta que la señora Sandra Torres, los tribunales complacientemente le levantan todas las prohibiciones, mediante una resolución de amparo se le faculta a celebrar todo tipo de asambleas de “su” partido UNE con prohibiciones judiciales y del propio Tribunal Supremo Electoral para que las pueda llevar a cabo, pero no le importa y las hace.  Los diputados afines a ella, votan en el Congreso literalmente “lo que sea” porque están apoyando la agenda del señor Giammattei, en tanto que la señora Torres, feliz de la vida realiza campaña electoral, llegando al extremo de hacer conferencias de prensa con “sus” diputados para proponer iniciativas de ley, pregunto ¿Puede una persona sin ser congresista hacer una conferencia de prensa diciendo que los diputados de “su” bancada propondrá una iniciativa? ¿No está establecido claramente quienes tienen y quienes no tienen facultad de iniciativa de ley?  No importa, que promocione su nombre, su partido no solo en el propio congreso, sino en actividades públicas.  Pero, resulta que la ilustre institución del Tribunal Supremo Electoral, ¡¿haciendo gala de su función?!”, le comunica a otros candidatos, posibles competidores serios como Mulet, Bran y Arzú que se abstengan de hacer propaganda anticipada porque de ser así no los van a inscribir.  ¿Y la señora Torres? Esto no solo es un despropósito la forma en que el Tribunal Supremo Electoral está actuando sino hace el ridículo y estúpido.  Pero no importa, en Guatemala, según el ilustre congresista europeo Hermann Tertsch “Guatemala ha avanzado en democracia y fortalecimiento de las instituciones”.  No entiendo a qué país se refiere.  Sin embargo, con actuaciones así, el Tribunal Supremo Electoral ya está advirtiendo que de la forma que el señor Giammattei llegó al poder, es decir después de aparecer en quinto lugar y que le descalificaron los candidatos que ocupaban del segundo al cuarto lugar llegó solo a enfrentar a la antipática perdedora a quien le ganó con gran facilidad.  No me extrañaría si resultara el señor Manuel Conde, candidato oficial y que llegara a ganar la presidencia, claro está después que descalifiquen a antecesores.  Ya estamos viendo que las elecciones del próximo año van a ser manipuladas a más no poder.  Que no decir del Congreso de la República, con diputados afines a toda la agenda del Poder Ejecutivo para saquear los dineros públicos, ojalá utilizaran esa “sintonía” que tienen con el Presidente de la República para poder legislar en favor del pueblo, pero eso es una utopía, una ilusión y tema para otros días,

En realidad el descalabro que sufre el poder judicial, sumado a la cooptación del Tribunal Supremo Electoral, la venta del Congreso y una complaciente Corte de Constitucionalidad, parece ser suficiente para considerar que Guatemala se aleja cada día más de la democracia y la institucionalidad y se acerca muy pero muy peligrosamente a una dictadura en donde el Estado de Derecho, el respeto a las instituciones y la legalidad es solamente el “amague” que nos hacen para meternos un gol.

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Emilio Estrada

El Doctor Emilio Estrada, es abogado egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, obtuvo su PhD en Sociología en la Universidad de Salamanca, España, es abogado litigante.

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