Vencer la indiferencia en elección de Fiscal General
Poptun
El día de ayer la Comisión de Postulación de fiscal general le asignó una calificación de 90 puntos a la actual fiscal general María Consuelo Porras. La nota la sitúa como la candidata mejor punteada hasta el momento, no obstante que, durante el proceso de postulación le presentaron distintos señalamientos que se podrían catalogar como extremadamente graves.
Las tachas que le formularon, en cualquier país democrático del primer mundo, hubiesen arruinado a cualquier funcionario público, pero en el caso de Guatemala, ese alto punteo sólo demuestra que seguimos el orden inverso. La calificación refleja una realidad que no se puede negar: menoscabo del estado de derecho que no hay necesidad de inventarlo, un avanzado deterioro de los valores sociales, la pérdida de la ética institucional y un marcado retroceso en la lucha contra la corrupción.
Para los ojos del mundo, nuestra realidad política y social es escandalosa y sería suficiente para tener una sociedad organizada y participativa y con afición a actuar políticamente para corregir los desvíos del poder y las injusticias. Recordemos que la participación ciudadana es fundamental para la gobernabilidad, el fortalecimiento de la democracia y la vigencia del estado de derecho de una nación.
Lamentablemente la sociedad guatemalteca en general sufre de indiferencia. La indiferencia es la peor actitud que puede evidenciar una persona, pues es un estado de ánimo que se caracteriza por una ausencia total de rechazo o agrado hacia una persona. Una actitud indiferente nos hace entender que no podemos hacer nada para generar una respuesta en los demás.
En el ámbito político social, la indiferencia mata, ya que deroga la conciencia colectiva, mina el entusiasmo y nos transmuta de actores a espectadores, porque nos anula cualquier capacidad de indignación que permita promover la creación de una actitud participativa y de lucha con el fin de corregir el rumbo.
Es necesario vencer la indiferencia que se ha incrustado en gran parte de la sociedad guatemalteca. Es forzoso que la sociedad despierte, porque es imprescindible que sembremos en nosotros, en los adolescentes y en los niños el deseo de vivir en una democracia plena y en un gobierno que promueva el contacto directo con los ciudadanos y que ofrezca altos estándares de transparencia, acceso a la información, a la rendición de cuentas, entre otras cosas.
No es normal que los funcionarios públicos evidencien actitudes descaradas que promueven el aumento del desprestigio de las instituciones públicas. La falta de una actitud ética responsable de un servidor público debe ser motivo suficiente para indignarnos, para motivarnos, para involucrarnos e incentivarnos a participar. La elección de fiscal general, es un nombramiento trascendental para nuestro país, porque la integridad del sistema de justicia penal guatemalteco se medirá en relación de quién resulte electo.
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