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Consecuencias económicas de la guerra

La respuesta del Fondo Monetario Internacional a la crisis de Ucrania es deficiente. El prestamista con sede en Washington describe extensamente, en su último informe, los daños duraderos que la guerra de Rusia contra Ucrania infligirá a la economía mundial y exhorta a los gobiernos a montar una respuesta coordinada. Su llamado a la acción, sin embargo, debe comenzar en casa.

El informe del fondo del martes deja al descubierto las graves consecuencias de la guerra de Ucrania. La economía mundial solo crecerá un 3,6% este año, 0,8 puntos porcentuales por debajo de la previsión anterior. La inflación será mucho más alta por más tiempo. Sin embargo, casi dos meses después de la invasión, el FMI asignó solo $ 1.4 mil millones de sus «instrumentos financieros rápidos» a Ucrania y estableció una cuenta especial para recibir fondos de donantes para ayudar a la reconstrucción del país. Eso está muy por debajo de las necesidades actuales de un país cuya economía, calcula el fondo, se reducirá en un 35% este año.

Según el FMI, Ucrania perderá el equivalente a casi el 9% del PIB en ingresos fiscales este año, y eso solo puede considerarse una estimación conservadora. Según el PIB del año pasado, eso se traduciría en una pérdida de ingresos fiscales de casi $16 mil millones. Dicho de otra manera: la ayuda del FMI hasta ahora equivale a poco más de un mes de ingresos fiscales perdidos para el gobierno de Kiev.

Es cierto que el FMI se creó para ayudar a los países con problemas de balanza de pagos a diseñar políticas económicas sólidas. Ese enfoque estrecho y estructurado además de engorroso significa que no puede actuar como un “bombero financiero” en crisis más grandes como la pandemia de covid-19 o la guerra actual, como señaló la semana pasada la secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen.

Pero, como prestamista mundial de último recurso, el FMI debería hacer más para ayudar a Ucrania a cumplir con sus obligaciones. Kiev todavía tiene que pagar a los maestros, policías, sin mencionar los soldados necesarios para mantener el país en marcha. Y el fondo debería desempeñar un papel de liderazgo en la configuración de la respuesta internacional, al convencer a sus gobiernos accionistas de que Ucrania necesita una ayuda masiva ahora.

La débil respuesta del FMI reforzará a los críticos, como Yellen, que comienzan a preguntarse si su gobernanza es el mayor problema. El riesgo es que, en un mundo polarizado, una organización en la que China y Rusia juntas tengan casi los mismos derechos de voto que Alemania y Francia se el mismo paralice.

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