LEA, ANTES QUE SE SUICIDEN LAS PALABRAS
Mirilla Indiscreta
Tuve una horrible pesadilla, me dijo don Edmundo, poniendo cara de circunstancia y con una palidez que nunca le había visto en el rostro.
Soñé, me dijo con voz entrecortada, que las letras y palabras se suicidaban en masa porque ya nadie las leía, y lo peor, ni siquiera las entendían.
Un idioma que nos comunica a más de 580 millones de personas en el mundo, equivalente al ocho por ciento de la población mundial; y en el mundo se hablan aproximadamente 7,100 idiomas y dialectos de un total de 7,900 millones de seres humanos; valga decir que cada 1,132 personas tienen su propia y singular forma de comunicarse.
Por esa razón, por su universalidad, las Naciones Unidas reconocen seis idiomas oficiales; El árabe, chino, inglés, francés, ruso y español.
Procurar mutilar, corromper o destruir nuestro idioma, por una estrategia de dominación totalitaria coyuntural y seguramente pasajera, es un culturicidio que debiera erradicarse de las prácticas politicoides de este mundo en crisis de posicionamiento y transición universal.
La tecnología y la Economía compitiendo en el mundo por transformarse en el eje de la convivencia humana.
Las dos, creaciones de la inteligencia y necesidades planteadas por la evolución del pensamiento humano.
La tecnología transformará en inútiles las formas actuales de explotación de los medios de producción, incidiendo en los instrumentos de dominación económica
No fue sencilla la sustitución de aquellos que basaban la provisión energética en el aceite de ballena para para iluminar las ciudades; o sustituir al carbón por los combustibles fósiles no renovables como el petróleo y encontrar en la energía nuclear y ahora mismo en las alternativas, renovables y no contaminantes, la fuerza para mover al mundo.
Existe la contaminación ambiental y una más peligrosa: la contaminación ideológica que nos lleva a la confrontación y la guerra.
Estoy convencido que el progreso tecnológico triunfará sobre la belicista y confrontativa dominación corporativista, neocolonialista y feudal, que, encabezada por Marx, postuló las contradicciones económicas y la lucha de las clases sociales como el motor condicionante de la historia.
La tecnología sustituirá el actual modo de producción es indudable tornando la vida en un espacio habitable que facilite relaciones pacíficas y productivas.
Debemos resistir la última embestida de esta llamada “Nueva Normalidad” que no es otra cosa que la consolidación de una anormalidad belicista y criminal.
Comparto su pensamiento don Edmundo le dije, porque lo sostenido por usted es de una verdad incontrovertible, le expuse satisfecho, pero con el ánimo de que me resumiera el propósito de su sabia exposición.
Así que hágalos cortos me recomendó, aludiendo a la extensión de mis artículos, y evitará que lamentablemente se suiciden las palabras.
Lo entendí perfectamente… pero tengo tantas cosas que decir o por lo menos escribir, aunque no quiera contribuir a este españolicidio de 140 caracteres, y todavía con censura y represión política.
Me dio envidia de la buena, la reunión del presidente López Obrador dos días antes de salir a su gira centroamericana y del caribe con los representantes de todos los sectores productivos de su país.
Hicieron público un plan conjunto para combatir la inflación en la economía mexicana, el impuesto más injusto sobre la población, especialmente, de los más pobres.
Todos dando su concurso, ofreciendo mantener los precios de sus productos, de toda índole, por un primer plazo de los próximos seis meses prorrogable, pero, además, señalando desde ya cuanto les costarán a los mexicanos, cada uno de aquellos que conforman la canasta básica ampliada para beneficio de los consumidores.
Bimbo, lala, Wal-Mart, distribuidores y productores de energía, combustibles y alimentos de todo el país.
No quedó una sola actividad mercantil o comercial que no firmara el extraordinario convenio.
Ojalá lo que ahorren allá no lo vayan a suplir con el incremento de precios en nuestro país, víctima inerme de corruptos y facinerosos y la presión inflacionaria más inclemente que recuerda el hambre de los guatemaltecos.
El ejecutivo y el Congreso nacionales debieran convocar de urgencia nacional, un pacto similar al mexicano para evitar el estallido social que se incuba en una sociedad hambrienta y sin salidas prácticas e inmediatas.
La campaña electoral no les interesa a los guatemaltecos, las necesidades más ingentes para subsistir provocarán la violencia inevitable.
Las grandes cadenas de distribución de productos finales debieran comenzar por pagar a tiempo a los pequeños productores y empresarios que no pueden sostener la especulación financiera, a la que los someten estas grandes empresas internacionales, entrampando, el pago de los productos que con tanto sacrificio luchan por exhibir en sus estanterías.
Es un crimen que aborten la laboriosidad, transformada en pequeñas industrias de emprendedores que han encontrado la forma de producir de manera artesanal una enorme de variedad de productos, que engordan sus inmensas ganancias en los bancos.
Instituciones que solo apoyan la inversión de sus propios socios escamoteando los proyectos de la gente.
Y que acrecientan sus ganancias, especulando con una economía de consumo, botín de las avorazadas (no se escribe con b) tarjetas de crédito, que ven en cada guatemalteco, un esclavo en potencia.
Erradicar el usufructo de la deuda pública por parte de los bancos del sistema (artículo 133 de la Constitución. Fuente disfrazada de todas nuestras desgracias financieras, léalo).
Un pacto para combatir la inflación.
El control del agiotismo paralelo, parte de un negocio de los propios bancos debieran constituir la agenda y voz de los precandidatos presidenciales y partidos políticos en eterna campaña electoral.
La única forma de lograr la soberanía nacional y neutralización de los abusivos interventores externos y vende patrias nacionales, es sustituyendo con hechos concretos esas letras y palabras que prefieren suicidarse por no servir para nada.
Ya nos lo decía el diplomático y escritor español don Ángel Ganivet (1865-1898)
“La palabra que anuncia una idea, es utilísima, porque anuncia el primer paso para realizarla”
Nota: de Putin y mi pronóstico sobre la finalización de la guerra. Hablaremos en la próxima entrega.
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