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            REFLEXIONES   COTIDIANAS  DESPIERTAS

Cada ser humano tiene expectativas y sueños en este tránsito corto por la vida, unos logran y ótros ‘inventan los días’ o suman a sus esperanzas nuevos respiros.

  Percibir las realidades y necesidades elementales se han hecho difíciles de enmendar, porque antes de la crisis pandémica las desigualdades eran notorias y a su paso son zanjas de muertes.

  En todos los niveles sociales imperan necesidades y, en las marginales, de extrema pobreza el hambre, drogas, violencia y muerte los moldea. En caso concreto: ancianos, jóvenes aumentan en las calles en situación de indigentes o mendigos y no me refiero a los que buscan cartones, ropas, metales o botellas…

  Escena dantesca al ver a tres jóvenes menores, entre doce y quince años que buscan restos de comida, jugos y, al lado duermen jóvenes encogidos de frío.  El mayor fungía de jefe, les consultaban que llevar y, éste altanero en pose violento les exigía rapidez y los buscadores les rogaban llevar algunos deshechos y, esperaban el permiso del ‘patrón’.

 Dentro de las interacciones sociales casi siempre la jerarquía vertical se impone y someten a los débiles o a los que perciben como ‘pobres diablos’, más en esta relación micro, el hambre se impone y es casi parecido en los hospitales, los ‘pacientes’ agradecen el maltrato, nadie reclama y, son regañados por los servidores y los pacientes: ’por su culpa no nos van atender…’ algunos tienen la suerte de tener sus sillas de ruedas, o en camilas esperar su paso al más allá ,  ya no importan, esperaron  sus citas y se mueran de mengua.

Los indigentes, están excluídos de todo y solo les queda pedir limosnas mientras puedan. Existen mendigos clásicos, del pueblo o de las calles e incluso los limosneros que deambulan solos por las calles céntricas con bolsas y un  perro mediano,  que les cuidan cuando duermen, -cuidan los bultos con celo y, no se mueven-pero, la avalancha de pordioseros aumentan en las urbanizaciones y calles céntricas.

  En las calles paralelas al bulevar de San josé, todo es sucio y huele a heces y orines, incluso a media mañana siguen durmiendo, algunos se paran y asean para ‘trabajar’ su diario.  En las aceras se escuchan a los desocupados migrantes nicaragüenses charlando y, unas mujeres con sus niños portan cartelitos que señalan el país de procedencia  y varios, van de paso para cumplir ’el sueño americano’, una madre venezolana relata que le robaron al pasar por el tapón de  Darién y,  no tiene donde habitar, algunas le dan dinero, otras comida.

 Las personas indigentes conocen y saben del espacio donde pueden estar, casi nunca se les nota en el bulevar turístico cuidado por policías y, los artesanos cerca de la Plaza de la Cultura son los ’privilegiados’ como los vendedores de loterías ‘sueño del pobre’, que abundan  por los cuatro puntos cardinales,  y los mercachifles se acomodan huidizos a la vista de las patrullas con baratijas, ropas, carteras, zapatillas …en el piso con mantas voladoras y maletines e interactúan con claves conocidas al ver venir la policía; hay pocos carretilleros con ventas de jugos y sí muchos ventas de cigarrillos al detal.

  Los mundos paralelos de calles son extremos, mientras en el bulevar brilla el sol, en las calles aledañas son tinieblas con ventas de drogas y prostitución, de peleas a plena luz del día de mujeres que se desmoñan y al verlas detenidamente, son dos hermosas transformistas y,  la gente aplaude, se burlan, toman fotografías.  ¿SANGRAS?   ¿MEDITAS? /YO CAMINO. GOZO -título del poema de Jorge Debravo- y así,  también somos pasos certeros a la muerte y, es importante darle voz a los excluidos de siempre, a las muertes anunciadas y fin del planeta.

  Algo conmovedor es una pareja de ancianos -casi transparentes no por ser blancos, sino por la desnutrición-, élla con un  gran sombrero rosa, cual Blanca Nieves y el como el hidalgo Don Quijote,  les saludo y dicen que ya no venden caramelos ni lápices, porque no tienen dinero y sobreviven con limosnas, él la cuida, cuando élla se desplaza unas cuadras fuera de su vista y regresa contenta con monedas…

      El paso es mi osamenta más amada./Paso es la paz y paso es el reposo./Paso el amor y paso la mirada./Anduve desde siempre./ Aquí, debajo/de mi piel, anda el sueño, anda lo quieto./Desde el útero andaba mi trabajo,/Andaba la esperanza en mi esqueleto./     No sé si nos repasamos, siento el paso de la humanidad con esperanza cual canto del poeta Jorge Debravo, quien vivió pobreza o como hoy la del artista excluído, que se la pasa en diversas tareas para vivir al día y, pospone crear o carga libros inéditos, tan amarillas las hojas que dan miedo de tocarlas, pero los sueños de libertad e imaginar las lleva siempre o monologa para si; las relaciones interactivas entre los artistas siempre ha sido difícil, y en plena pandemia cada quien armó su cuartel yoista, egocéntrico y narcisista, que confunde el mundo virtual con los mundos reales. 

En la bellas artes el odio, celos, chismes, devaluar la imagen genera insolidaridad, venganza y muchos critican sin sustento o base, y saltan doctos, filólogos en ‘cacería de brujas’ que bajo supuestas colaboraciones y mafias culturales ‘cobran y se dan el vuelto’ ‘ni lavan ni prestan la batea’, porque  son incapaces de autopercibirse, la mediocridad les baña y nunca aceptan errores.  Terribilis con jóvenes que se sienten dioses, endiosados por sus acólitos o ‘tienen a dios agarrado por la chiva’, es tanta la mediocridad de aceptar errores, perdonar…la humildad y comprensión no existe en sus vidas.

  Reflexionar y estar Despiertos y Despiertas ante lecturas honestas y dichas por sus autores son lecciones y ‘’gracias a la vida’’ al compartir con el poeta humanista José León Sánchez, quien estuvo treinta años preso al ser acusado por robar la virgen y es conocido más por esa mentira, como ‘’el monstro de la Basílica’’, quien,  con 95 años, le agradece a la vida, su paso por la cárcel, a la  libertad de expresar sus sueños, el poder  escribir,  perdonar y estar vivo  al relatar sus experiencias inverosímiles, que solo un alma fuerte, tenaz y amante del arte y de él mismo  pudo sobreponerse.

  Es  una inspiración viva que habla al corazón, a la humanidad y debería estar en las escuelas, universidades redes …me recuerda mucho al poeta Debravo -le escribió el prólogo al libro Nosotros Los Hombres (Jorge Debravo muere a los 29 años y supo ver la realidad de esta patria costarricense tan semejante a toda Nuestra América mestiza, exfoliada por terratenientes, tan rica de recursos naturales  y tan llena de miserables, sembrados por las burguesías hambreadoras del pueblos, las oligarquías clasistas, del colonialismo cultural, religiones ).

   Este poeta visionario intuía la realidad fantasmagórica que supera a la ficción: que  las mentiras son verdades, la honradez y la honestidad desaparecería a pasos agigantados, que  el miedo mata conciencias y se adoptarían a mediocres, farsantes  que superviven con ‘limosnas’.  Los   artistas como los indigentes se extinguen y, bien, como en toda reflexión hay niveles de niveles, pero, es necesario acotar que hay muchos artistas indigentes o en extrema pobreza y las ‘limosnas, becas, ayudantías es poca y también éstas  pasan por sus respectivos filtros y,  quizás como las citas médicas, uno se muera en la cita de la Parca.  

El poeta Jorge Debravo en la Antología mayor nos señala:  ‘Sólo existe una clase de artista: el artista. Hay los otros, los oportunistas del arte, los que esculpen o escriben para satisfacer caprichos o pasiones determinadas; los que entregan su libertad a cambio de un privilegio. Pero esos no son artistas, y hay también los que de vez en cuando pintan, esculpen o escriben algo, pero que viven sumergidos en la vida como hombres corrientes, con la cabeza baja, inclinados a las conveniencias. Pero esos tampoco son artistas.  El artista ha de proclamarse libre, libre sobre todas las cosas, y ENAJENAR -se puso en mayúsculas- su arte solamente en beneficio del hombre.  Creo que es la única enajenación artística permisible.    No han de caber en el artista prejuicios, credos, ni formas preconizadas de mirar la vida.  Debe tener los ojos abiertos siempre, abiertos hasta sacarse sangre, abiertos hasta vaciarse por éllos’’  

                                                            ESCRITORA ANA ANKA

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Ana Anka

Ana Anka (Lima, Perú, 1955), residente en Venezuela. Soy escritora, poeta, articulista, promotora cultural, editora, Psicóloga, locutora, he sido profesora de psicología de la Universidad de Oriente, Núcleo Monagas y Psicóloga en Educación Especial de la Zona Educativa del estado Monagas. Desde 1992 vivo en Maturín, Monagas, Venezuela. Entre mis libros publicados figuran: Ensayos y compilaciones (1987) Mimetismo Pendular. Huídos de Saturno, (1999). Eros y pedagogía (2005), Batería de poetas Avanzadoras (2014), Anacópula, (2017). Desde el mismo punto, (2018). Mis libros los he presentado en ferias internacionales de libros de Venezuela, Costa Rica, Panamá, Cuba y Perú.

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