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Presidente de Guatemala responde a invitación de presidente de EUA

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El pasado 18 de mayo, el Presidente de los Estados Unidos de América, Joseph Robinette Biden, envió al Señor Presidente de Guatemala, una carta en la cual lo invita a la novena Cumbre de las Américas, que se celebrará los días 8, 9 y 10 de junio del presente año, en la ciudad de Los Ángeles. Imaginé que el Señor Presidente de Guatemala enviaría al presidente Biden una carta en la que respondería a la invitación, en los términos que siguen.

“Su excelencia Joseph R. Biden, Presidente de los Estados Unidos de América. Washington, Distrito Federal. Apreciado señor presidente: he recibido y leído su carta de invitación a la próxima Cumbre de las Américas; y he meditado sobre ella con la minuciosidad, la serenidad y el cuidado que reclaman las recientes relaciones políticas y diplomáticas entre mi gobierno y el suyo.

“Usted me invita porque soy un Jefe de Estado democráticamente electo; y entonces se supone que, en mi país, tengo toda la autoridad y todo el poder que la Constitución Política confiere al presidente que ha sido objeto de elección democrática. Sin embargo, usted mismo, y funcionarios de su gobierno, y senadores y diputados del partido al que usted pertenece, el Partido Demócrata, han pretendido designar a los funcionarios públicos del Estado de Guatemala que, por mandato constitucional, me compete designar.

“Usted me invita porque supuestamente no soy un corrupto Jefe de Estado; pero usted mismo, y funcionarios de su gobierno, y senadores y diputados de su partido, me han acusado de no esforzarme por combatir la corrupción de la administración pública. Hasta han amenazado tácitamente con imponer sanciones a mi gobierno, con el fin de obligarme a combatir la corrupción. Y esta obligación sería obligación de obedecer los mandatos sobre lo que debo o no debo hacer, dictados por usted y los funcionarios de su gobierno, y por senadores y diputados de su partido.

“Y uno de los senadores de su partido acusó de corrupción a un grupo de funcionarios públicos y políticos guatemaltecos, y su gobierno les ha prohibido ingresar a territorio de los Estados Unidos de América. No sé si son o no son corruptos. Quizá algunos lo sean, y algunos no lo sean. En ambos casos su gobierno ha violado un principio vulgar de justicia: brindar al acusado la oportunidad de defenderse, e imponerle un castigo solo si se demuestra que es culpable. Ese principio ha sido violado con la abusiva arrogancia de quien cree que un grandioso poderío militar, apto para invadir naciones ad libitum, sustituye a la moralidad, la justicia, el derecho y la ley,

“Menciona usted el propósito compartido de construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo. Omite usted, en ese propósito, la construcción de un futuro continental en el que su gran país, los Estados Unidos de América, respete la soberanía de los países de América. Tengo la impresión de que es una deliberada omisión, de modo que su gran país pueda persistir en la agresión a esa soberanía.

“Menciona usted también nuestro compromiso con la prosperidad económica, la seguridad, los derechos humanos y la dignidad de los pueblos del hemisferio occidental. Omite usted el compromiso con el respeto a la soberanía de los países. Nuevamente tengo la impresión de que es una deliberada omisión, que otorga implícito permiso a su gran país para persistir en la agresión a esa soberanía. Y creo que la dignidad de los pueblos a la que usted alude, consiste, para usted, en someterse al gobierno de los Estados Unidos de América.”

 “Y menciona usted desafíos y oportunidades que conciernen a cambio climático, seguridad sanitaria, crecimiento equitativo y recuperación. Omite usted mencionar un desafío: la agresión del gobierno de los Estados Unidos de América a la soberanía de algunas naciones de América Latina, precisamente como Guatemala.

“Señor presidente Biden: creo que he expuesto motivos suficientes para rechazar su invitación a la próxima Cumbre de las Américas. Ruégole aceptar cortésmente ese rechazo, y abstenerse de obligarme a aceptar su invitación. Con respeto a usted pero con dignidad mía, el Señor Presidente de Guatemala. Palacio Nacional de la Soberanía.”

El Señor Presidente de Guatemala había anunciado ya, el pasado 17 de mayo, que no asistiría a la próxima Cumbre de las Américas. La imaginada carta enviada al presidente Biden sería una confirmación de ese anuncio. ¿O el Señor Presidente no lo confirmaría, y asistiría a aquella cumbre, que podría ser más barranco que cumbre?

Post scriptum. La ficticia carta del Señor Presidente de Guatemala no supone que él sea o no sea corrupto. Solo intenta plantear la cuestión general de la intervención del gobierno de los Estados Unidos de América en los asuntos internos de Guatemala. Si el Señor Presidente es corrupto, compete a los guatemaltecos, y únicamente a los guatemaltecos, denunciar sus actos de corrupción, perseguirlo penalmente, someterlo a proceso judicial penal, y dictar sentencia condenatoria. No compete al gobierno del presidente Biden, ni a los funcionarios de su gobierno, ni a los senadores y diputados del Partido Demócrata.

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