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¿Un libro o una película?

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¡No hay mejor regalo que un libro!  Con el texto al cual le das lectura aprendes, comprendes, mejoras tu ortografía, analizas la redacción, conoces sobre una época, historias de hechos que no conociste, además de la creatividad y profesionalidad del autor en trasladarte a un mundo de imaginación – sea real o ficción-, donde a lo anterior le sumo ampliar su cultura general.  

El libro en particular su título coincidía con el nombre de una película, de aquí que el mismo fuese utilizado para el filme como tal, cuyo guion era del propio autor, hecho que certificaba al escritor significativamente, de no solo atraer a los inversionistas para ser llevado a la pantalla, sino que se reflejaba un esfuerzo de años, acompañado de mucha investigación lo que conllevara a la seriedad del producto, predominando la realidad más que la ficción.

Si seguimos en orden, lo primero que vi fue la película ¡Excelente!  Aprendí acorde al género (bélico, drama, histórico) muchas cosas referentes a la época, conocer de la vida del protagonista, la de su familia, la toma de decisiones trascendentales, la vida de los “contrarios” … y otros que me permitió conocer parte de la historia (por supuesto no vivida, pero sí diría que rescatada), obteniendo como producto final en el período de casi dos horas sin interrupción  (nada de palomitas), los hechos acaecidos esencialmente en las últimas 4 semanas de 1940, con algunos matices precedentes (1939)

Casi uno o dos años después llegó a mis manos el texto (Segunda reimpresión en México abril del 2018), cuya portada era la adaptación del cartel o afiche (Impreso, generalmente de gran tamaño, que se emplea para propaganda o con fines informativos y que se fija en paredes y lugares públicos o bien circula en las redes sociales)  de la película, evidente un elemento a su favor como parte del marketing para el lector, que si bien en el texto comprendía (como señalamos en el párrafo anterior), en esta ocasión relataba la vida de la persona (desde su nacimiento, padres, hermanos, hijos, su participación en un número de contiendas militares: logros y fracasos), por tanto abarcaba los finales del siglo XIX y parte del XX.

Estamos hablando de más de 300 páginas, lo cual nos da una pauta de mucha mayor información, además de conocer con más profundidad los vericuetos tras  bambalinas, de lo que sucedía en cuanto a contradicciones internas y como mencionábamos la toma de decisiones, de la cual dependía la vida de los habitantes, no solo del país de origen, sino de todo un continente que inclusive podría cambiar la geografía del mismo.

Si bien para gustos colores, cada recurso (película o texto) tiene sus ventajas y desventajas, el primero menos tiempo, pero percibido por la vista, acompañado de banda sonora, el segundo más tiempo, aunque dependerá de la avidez del lector, donde incorpora lo previo y lo pos de lo sucedido y su imaginación, a través de la lectura (inclusive acompañado por ilustraciones de la época), es la que proporciona lo que usted desee a pesar que los colores se limiten a blanco y negro.

La película si está en el cine, no la puedes detener, sin embargo, en un Streaming o plataforma, sí; el libro por su parte haces un alto haciendo uso de un marcador y continuar cuando lo desees.

Por supuesto que existen las opciones de películas mejores, que los libros y viceversa, además de tener en cuenta los puntos de vista del autor (con el mayor respeto), o bien de quienes dirigen el film, que en algunas ocasiones suelen responder a los intereses de un público, que compre los boletos de entrada, alejándose un tanto de la posible verdad.

Es cierto que inexplicablemente los libros son caros, el cine no deja de serlo, no todos tienen la opción de inscribirse en un canal de TV, pero en fin está en sus manos, decidir, hacer un esfuerzo de costo, disfrutar una u otra información, el cual dependerá de su interés por conocer, juzgar y opinar y ser escuchado.

¿Mi opinión? Me inclino por el texto (sea digital o físico). Y recuerde que pagar por aprender, ¡bien vale la pena!

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Ernesto González Valdés

Nació en la ciudad de La Habana, Cuba y es nacionalizado Nicaragüense tiene estudios superiores de Licenciatura en Pedagogía y posgrados en Química Orgánica y elaboración de materiales didácticos.

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