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Petrificados

Lugar hermenéutico

Inerte, enmudecida, en estado de shock, ésta, es quizá la mejor descripción para una buena parte de la sociedad colombiana, luego del resultado electoral de las elecciones presidenciales del pasado 19 de Junio, en la cual resultara ganador el candidato del denominado “Pacto Histórico”, Gustavo Petro.

Más por curiosidad, que por algún interés en particular, doy algún seguimiento desde hace algunos buenos años, a campañas electorales en varios países y en los diferentes niveles de sus sistemas electorales, y puedo decir que pocas veces había visto una contienda, en la cual, una sociedad implorara un giro radical en la administración de la cosa pública, como en esta elección.

La mayoría de los candidatos, lo interpretaron de esa manera y supieron vender esa expectativa al país.  Claro está, a algunos candidatos les favorecía este discurso, pero para algunos otros, que representaban la continuidad para el estatus quo, era obvio que debieron agregar mayor contenido a su propuesta.

En este sentido, llegaron al balotaje, dos propuestas con la promesa de cambiar el modelo de nación hasta ahora excluyente y asimétrico, como en la mayoría de las sociedades latinoamericanas. Por un lado, un candidato culto, con oficio político, ex alcalde de Bogotá y una larga trayectoria parlamentaria. Por el otro lado, un empresario de la construcción, ingeniero de profesión y quien prometía acabar con la corrupción, no obstante tenia varios juicios abiertos por este mismo tema, en el tiempo que fue alcalde de la ciudad de Bucaramanga, linda ciudad situada al noreste de Colombia.

Y esa fue la dinámica de la campaña de la segunda vuelta, por un lado, un político de carrera con una propuesta integral, amplia e incluyente, y por el otro lado un silencio sepulcral, pues los asesores de campaña del candidato Rodolfo Hernández, genios del Tik-tok, llegaron a la conclusión que la mejor estrategia para que alcanzara la presidencia su dirigido, era que no hablara públicamente, pues cada vez que lo hacía, cometía serios errores, craso error.

Debo resaltar la genialidad del comando de campaña del Sr. Gustavo Petro, para esquivar una avalancha mediática de difamación, miedo e intriga, a la que se prestaron medios locales como la revista Semana y la misma cadena CNN internacional.

Como es de resaltar también, la mediocridad del otro comando de campaña, quienes, a fuerza de redes sociales, querían que la inercia del miedo llevara al que llamarón el “Trump Colombiano” a ser el próximo huésped de la casa de Nariño.

Más allá de ideologías o posiciones dogmáticas, de las que me declaro alérgico, en Colombia ganó la propuesta, la inclusión y la posición responsable, falta ver ahora como ello se traduce en la política pública que oriente la integración social por los próximos años. 

Por ahora, el primer acercamiento entre Gustavo Petro y Álvaro Uribe, da señales esperanzadoras, que más que un discurso o nombre de campaña, hay una verdadera voluntad por hacer del Pacto Histórico, el acuerdo para construir una nueva nación, más justa, solidaria e incluyente.

PD: Gracias a la radio Tropicana de Colombia, “la más bacana”,  me disfruté esta campaña política como pocas, pues en medio de una decisión trascendental, supieron agregar humor, sátira y picardía en cada entrevista, que decir de las imitaciones, simplemente espectacular. 

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