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Cinco minutos de luz

Desde la ventana de mi alma

Éxito es dejar un mundo mejor que el que hemos encontrado

Muchos son los términos que podemos utilizar para definir lo que significa tener éxito. Quizás para unos, éxito es tener  muchísimo dinero o un  excelente sueldo, o una gran familia, ser un líder de masas en campos como la política, el arte o la religión. Pero, ¿Será que el dinero suple todo nuestro universo de necesidades? ¿Será que ser parte de una  familia exitosa está implicando defender los valores que llevaron a nuestros padres a cumplir sus bodas de oro, (50 años de casados y estar juntos) en una época en que el matrimonio era el estado inamovible para procrear?  ¿Los padres de este tiempo estarán preocupados por la salud mental de sus hijos, o sólo se preocupan por darles regalos costosos, estudios, alimento, viajes, etc.?  ¿Será que un líder  está completamente capacitado para mover masas con la ideología correcta, sea esta sociopolítica, moral o religiosa?


En este tiempo de tanta información, muchas veces errónea, es fácil para muchos pretender dirigir un colectivo humano. Sin embargo es importante tomar en cuenta que no siempre se está preparado para liderar. Los líderes no siempre están buscando el bienestar que buscan sus seguidores, hay una constante, y es la manipulación, muchos cometen atropellos, no solo a los principios fundamentales de una sociedad digna, hay una inconsciencia que aterra, es como si el humanismo y todo aquello que lo sustenta ya no tuviera relevancia.

En los últimos días hemos tocado fondo en cuanto al malestar que existe en la sociedad, realmente somos parte de un sistema que ha perdido el control, de una humanidad que no tiene respeto por la vida en todas  sus manifestaciones, por la tierra y sus recursos y más aún por los seres humanos que conservan su amor primigenio por los principios propios del Ser, en su esencia.

Las mujeres hemos sido desde los principios de la historia las guardianas del hogar y de nuestros hijos, somos las maestras que inculcamos los principios que forman parte de su educación y formación. Recordemos esta instrucción bíblica: “Instruye al niño en su camino que aunque fuere viejo no se apartará de él” Proverbios: 22.6.

Después de todo lo que como humanidad hemos vivido, como un llamado de atención colectivo, aún tenemos tiempo de hacer rectificaciones en procura de dejar un mundo mejor para las futuras generaciones.

Tener éxito entonces es sonreír desde el corazón con una alegría sentida y con regularidad, sabiendo que estamos haciendo las cosas bien,  ganándonos el respeto de las personas mayores de acuerdo a nuestras acciones como también el cariño de los niños. Una forma de sentir o tener éxito es saber que contamos con la suficiente claridad mental y emocional para  encontrar el bien en los demás, dejando de lado la mala costumbre de solo mirar los defectos en los otros y criticar.
Sentirnos conscientes del lugar que ocupamos en el mundo y  procurar trabajar en el beneficio común para dejar un mundo mejor del que hemos encontrado, bien sea detrás de un pedazo de tierra, una obra social,  o a través de un hijo bueno, de esto es lo que daremos cuenta ante el mundo y ante Dios.

Pero sin lugar a dudas tener éxito es ser consciente de cuáles son nuestras falencias humanas y rectificar. Dejar una huella para que alguien en este mundo lleve una mejor vida.

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Angie Lu

Lcda. en Ciencias de la Educación. Universidad Estatal.Guayaquil. Lcda. en Filosofía y Letras. Universidad Central del Ecuador. Columnista Periódico "EL SOL" Cartagena- COLOMBIA. Columnista Diario. La TRIBUNA. México. Articulista: Revista TOP MAGAZINE. Orlando-Florida Articulista Diario EXTRA. San José. Costa Rica. Articulista periódico Canarias Opina. Telde, Islas Canarias. ESPAÑA. Escribo por vocación para comunicar y por necesidad vital, creo que la palabra escrita es inmortal y es el acto libertario mas poderoso que existe y más aún podemos crear sinergia colectiva a través de la lectura. Escribo para divulgar mis emociones recogiendo metáforas simples o complejas, que me permitan meditar para existir y coexistir buscando la armonía con mis congéneres, y para celebrar con la palabra la belleza de la vida y el universo.

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