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¿Literatura prostituida o prostitución de la Literatura?

Ventana Cultural

Hace unos días estaba hablando con unos amigos sobre la situación de la literatura en la actualidad. Mucho se ha escuchado decir a gente que se dice escritor “no leo porque no quiero que mis ideas sean influenciadas por otros”. Cuando un escritor es un creador de ideas, un investigador, no solo un lector voraz. Muchos muestran unas falencias en la escritura que son altamente marcadas.

Lo que los actuales escritores estamos haciendo –tristemente me incluyo en ello y estoy ratificando en eso– es que hemos dejado de lado la investigación en todas las ramas del que hacer humano. Hemos perdido el tiempo leyendo otras cosas que, en lugar de sumar, sólo pasan a entretener, aunque no está prohibido leer para entretenerse, pero se debe agregar lecturas que edifiquen el conocimiento.

Dentro de la historia de la literatura, hemos conocido a los forjadores o creadores de las vanguardias que, a su vez, han afectado de manera positiva, a las otras ramas del arte. Conocimos el realismo, el romanticismo, el modernismo, el realismo mágico, entre otros. Autores que han roto con los esquemas. La literatura no estaba prostituida al mejor postor, al contrario, no comulgaba con ideologías, pero sí se mantenía incólume en sus mensajes y en su idiolecto.

Autores como Vicente Huidobro, César Vallejo, Jorge Luis Borges, Julio Cortazar, Federico García Lorca, Gabriela Mistral, Salarrué, Masferrer, Hugo Lindo, Miguel Ángel Asturias, por mencionar a algunos, porque son demasiados, algunas de sus obras se han perdido por ser subversivas, ya que, muchos de ellos, fueron tomados como parias en su momento, como en el caso de Miguel Ángel Asturias, junto con el grupo de intelectuales de Guatemala, que tenían que huir del régimen dictatorial de los años 30 de Jorge Ubico que los perseguía hasta el cansancio. Tanto, que la obra El Señor Presidente y otras más, fueron prohibidas durante la dictadura de los años 30 y 40, viendo la luz luego de la caída de ésta y la instauración del régimen democrático con el primer presidente electo Juan José Arévalo.

Bien dice el filósofo Friedrich Nietzsche “sólo de la chispa surge la luz”. Los grandes escritores y grandes intérpretes de las diferentes ramas del arte surgieron en los períodos más álgidos de la historia. Los grandes sabían que no podían venderse al mejor postor. La literatura y el arte deben fluir libres, sin sesgos ni falencias, conociendo, en la literatura, todo el periquete del lenguaje, dejando de lado la estulticia y la ignorancia.

Como me dice un amigo mío, el escritor, más que todo el poeta, es un aprendiz de la vida. Debe conocer de todo: sexología, economía, historia, no sólo la que cuentan los libros, sino salir a buscarla, filosofía, sociología, temas científicos como la matemática en todas sus ramas con la aritmética, álgebra, geometría y trigonometría, física, química.

Solo por citar un ejemplo, Jorge Luis Borges se metió a estudiar matemática y física para escribir su obra culmen El Aleph, por eso es que es difícil de entenderla. Hombres de Maíz de Miguel Ángel Asturias, es otro ejemplo, no de la mente retorcida del autor, sino, de la genialidad del compositor para crear un submundo mágico dentro del mundo real. Creando historias que, a simple vista pueden carecer de sentido, pero tienen un hilo conductor entre cada una de ellas. Para poder comprender lo que pasa con una historia tienes que leer la anterior, porque no se pueden leer separadas, pero sí puedes detenerte entre cada relato para comprender el mensaje oculto que te quiere transmitir.

La poesía, no sólo es una rama de la literatura. En lo personal, podría decir que es la más sublime de todas, ya que, no cualquiera puede llegar a ser poeta. El escritor es investigador. Crea una idea que se convierte en poema.

Hay un escritor que me dijo un día: “la mejor poesía es la que no rima”. Pero, independientemente rime o no, la poesía deja de ser sólo la expresión de un sentimiento y se convierte en un hacedor de ideas nuevas que trae consigo una buena dosis de investigación en las diferentes ramas de las ciencias y ciencias humanas.

Como dijo Ernesto Sábato en su libro “El Escritor y Sus Fantasmas” “el mayor y principal problema práctico de un escritor es el de querer vivir de la literatura sin prostituirla, ni del periodismo que se vende a ideas, es mejor trabajar de obrero, mecánico, albañil o cualquier otra carrera. La literatura, y en general el arte son actos sagrados que no deben ser envilecidos, bajo pena de envilecerse uno mismo”. Y, más adelante indica: “Uno de los problemas capitales es el de superar la tentación de juntar palabras para hacer una obra. Claudel dijo: no fueron palabras las que hicieron La Odisea, sino La Odisea quien hizo las palabras. Recordemos esa sentencia, sobre todo en estos países plagados de escribidores”. (E. Sábato. El Escritor Y Sus Fantasmas pg. 12)

Recordemos la sentencia: No son las palabras las que hacen  la obra, es la obra quien hace las palabras. Siguiendo esta premisa, los creadores de ideas debemos recordar que es la obra la que hace al escritor, y no al revés.

Lea más del autor en: https: //elsiglo.com.gt/2022/06/13/el-feminismo-actual-entrada-al-transhumanismo/

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Claudia Alexandra Figueroa Oberlin

El arte siempre lo llevé de la mano con la literatura, me dediqué al teatro, a la danza por más de quince años, y a las artes marciales, ahora soy miembro de diferentes asociaciones y academias de poesía: Asociación Actuales Voces de la Poesía Latinoamericana, donde participo con crítica literaria, Academia Nacional e Internacional de Poesía de la Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, América Madre, Unidos por las Artes, Movimiento Literario de Centroamérica, y locutora de la radio el barco del romance con el programa Una Ventana al Mundo, donde hablo de los viajes, la historia y la cultura, recito poemas y leo cuentos o fragmentos de otros autores y propios.

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