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Un plan para gobernar (Parte 3 y final)

Aquí lo que está mal es el gobierno y esa telaraña burocrática que nos tiene en un pantano, con un sector privado apático ante su propia destrucción.

El gobierno iniciará los cambios aprobados en gabinete en los primeros 60 días de gobierno y los habrá concluido en un año.

Los burócratas tendrán oportunidades de trabajo en el esquema de las instituciones reestructuradas tal y como sucedió con los sectores de energía eléctrica y teléfonos en los años 90. Estoy claro que los dirigentes sindicales verán cuesta arriba su futuro, pero seguramente se acomodarán en las oenegés que tanto han servido y de paso emigrarán con aquellas que sean sancionadas por el Canciller.

El principio de inversiones privadas será producir el objetivo final y no las obras necesarias para prestar los servicios. Como ejemplo, queremos gente educada y no los edificios de las escuelas; queremos gente sana y no los hospitales de la salud pública; queremos seguridad y no sus edificaciones y radiopatrullas; etcétera.

Todos los servicios serán pagados y sus precios controlados por la libre competencia en todos ellos sin exclusividades ni privilegios de ninguna clase.

No hacen falta leyes específicas para ninguno de los servicios, las leyes existentes y generales serán la normativa del sistema. El Congreso eliminará todas las leyes obsoletas y que de hecho no han sido observadas. Leyes no observadas ni cumplidas significan anarquía, la eliminación de leyes inservibles significa libertad.

No queremos entidades de control, regulación y fiscalización de ninguna actividad a excepción de la SAT, misma que también podrá ser administrada por el sector privado. Y mucho menos entidades creadas y enviadas por la ONU o similares.

Está claro que lo propuesto suena a “sueños de una noche de verano”, la oposición al cambio será tal que imposibilitará llegar al gobierno con tan solo anunciarlo.

Todo el “dinero sucio” entra al sistema económico por medio de entidades existentes y por ser perseguido no resulta en beneficios de la población sino solo de sus productores y mediadores y en un riesgo legal de los medios de su inserción en el sistema económico. Si el dinero en general deja de ser proscrito, podrá usarse en inversiones que conlleven un beneficio colectivo y a sus inversores.

Con respecto a las incautaciones del tráfico de drogas, la propuesta es que los países que reciben la droga incautada paguen al incautador su precio en el mercado, la recojan y eliminen como mejor les parezca y el incautador podrá invertir en proyectos de infraestructura de beneficio nacional.

Maquiavelo, en El Príncipe, afirmó que el fin justifica los medios y los cambios sólo pueden hacerse por un gobierno fuerte, que no dependa del poder económico de los poderosos que temerán de ser afectados negativamente y que defenderán su posición con todas sus fuerzas y que pueda convencer a los menos poderosos, y tener su apoyo tibio, de que los cambios los beneficiará.

Es de esperarse una reacción violenta disfrazada de derecha e izquierda, pero hay que tener claro que en el fondo la lucha extranjera será por definir de quién dependerá la nación en cuestión al final.

Tenemos de ejemplos lo que está sucediendo en El Salvador y Ucrania y darnos cuenta de que el partido entre USA y Rusia pasó de moda, hay nuevos actores cambiando el esquema económico del mundo y reviviendo una guerra fría terminada por fracasada hace años.

Como país en desarrollo debemos escoger sensatamente con objetivos de largo plazo, pero según se nos presenten las posibilidades de elección en el corto plazo. No estamos para respetar lealtades que a nosotros no nos respetan.

La plana mayor del partido será conocedora del verdadero plan de gobierno y deberá mantener un discurso alineado con el del líder so pena de ser expulsado del partido y perseguido terriblemente.

Habrá un máximo de 4 voceros, comunicadores expertos, del grupo quienes atenderán prensa y todos los medios en forma periódica y sistemática.

Ningún free lancer.

La apariencia pública y así anunciada, será la de 2 partidos compitiendo en las elecciones para ganarlas, integrados por la mitad de la plana mayor del grupo en cada partido, que se unirán después de la primera vuelta sean o no los dos finalistas. Uno de ellos estará en la segunda vuelta y la ganará.

Al igual que todos los gobiernos anteriores, será legal y no representativo de los ciudadanos, pero la diferencia estará en los beneficios comunales que deberán notarse en los primeros 90 días de gobierno.

En el caso de que el grupo de notables en el gabinete renuncie, la plana mayor del gobierno renunciará con ellos y el proyecto habrá terminado en un fracaso.

El presupuesto de la plana mayor y diputados será del conocimiento público y estará integrado y remunerado desde el inicio de la campaña.

Todo un proyecto. No es fácil ni seguramente pacífico y me refiero a que será necesaria la fuerza y firmeza para enfocar el orden y la ley a todo lo largo de la campaña, nunca para violentarla y menos para llegar al gobierno vía un golpe de estado que deslegitimaría todo el proceso y que de entrada tendría toda la oposición internacional.

Las futuras 4 elecciones populares, deberán ser ganadas por los mismos partidos que permanecerán activos a lo largo de los gobiernos y sus funcionarios tendrán una visión clara de su futuro a mediano plazo. Los dirigentes y miembros de los partidos tendrán remuneración económica desde el inicio de sus labores. Dedicarse a la política será un empleo digno y apetecible de forma que el contratante pueda seleccionar los mejores exponentes en plaza.

La asociación en ambos partidos, que después de ganar las elecciones se unificará en uno solo, será voluntaria y popular a partir del segundo período de gobierno y sus inscritos pagarán una cuota de mantenimiento del partido, cuya contabilidad será igualmente pública y en línea. DPI y documento de pago de impuestos serán requeridos para su inscripción.

Qué gran logro sería que el documento para votar fuera el comprobante del pago de impuestos y que los gobernantes respondieran con su patrimonio personal por los abusos que cometieran.

Soñar no cuesta nada, que pasen una buena noche, si pueden.

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