La descolonización de las lenguas mayas en El Salvador
Estaba leyendo un artículo del escritor salvadoreño Rafael Lara Martínez, que me pareció bastante interesante en cuanto a la temática. Descolonización de las lenguas mayas en El Salvador, tomando en cuenta que los dos únicos grupos mayas que existieron en el país fueron los Chortis y los Poqomames, y, en la zona de lo que hoy se conoce como Ahuachapán, estuvieron otro grupo completamente diferente, tanto en lengua como en costumbres: los Xincas.
Esto me lleva a hacerme esta interrogante ¿Qué es descolonizar? ¿Es olvidarnos de la historia del país? La verdad, es que eso está muy lejos de la realidad. Pero, mientras no tengamos un compilado de los cantos mito poéticos de los grupos que existieron en El Salvador, y que aun albergan la memoria ancestral, solo tendremos por historia lo que otros de afuera han contado.
Quienes más han estudiado la cultura maya han sido gente extranjera que, queriendo extrapolar los rudimentos de la cultura, su lengua y tradiciones, olvidan que los mayas no son un solo grupo, sino que son diversos, con diferencias marcadas en su idioma, costumbres, y modus vivendi. El Pop Vuh da un pequeño esbozo de la mitología y cosmogonía de los mayas, y la creación del hombre de maíz por los abuelos creadores y formadores. Pero más allá de eso, aunque han hecho un trabajo extraordinario, como dice el autor del ensayo, rara vez se considera como universal el estar en un lugar y el estar con una población asentada ahí desde lo antiguo.
Es más que sabido que los estudiosos estadounidenses han sido los pioneros en estudiar las lenguas mayas y buscar sus conexiones lingüísticas entre ellas que cualquier otro investigador local. Lo han hecho con mayor ahínco que estudiar la filosofía y las ciencias sociales en El Salvador.
Durante cada período que se establecieron los mayas en lo que hoy conocemos como el sur de México, Guatemala, Honduras y El Salvador. En cada era, el idioma maya se ha ido separando de su raíz hasta encontrar, actualmente, la división de lenguas que existen en estos días. En El Salvador, quedaron vestigios de la rama Gran Quiché, donde se especula que se separó hace alrededor de 1500 años, y el chorti, alrededor de 4 mil años atrás.
Así como Rafael, yo tampoco pretendo ser experta en el área. Conocía la historia que nos contaban desde el colegio o la escuela. Que El Salvador siempre fue un país multi étnico, multilingüe, no fue cuna de grandes civilizaciones como México, Guatemala o Perú, pero la gente que estaba, dejó un legado muy grande y fuerte que debemos reconstruir.
En la segunda parte de su ensayo, hace un análisis tanto morfológico, sintáctico y léxico de la lengua chortí y de la lengua poqoman. Su fonología, según su investigación, hay consonantes que son diferentes al español. Tomemos en cuenta que tenemos como referencia el español y es la lengua con que comparamos los sonidos de la lengua nativa originaria.
Veamos un poco su antecedente histórico. Aunque actualmente no hay grupos chortis ni poqomames en El Salvador, no que se haya descubierto, se sabe de antemano que efectivamente hay en Honduras y Guatemala. Según los historiadores Lardé y Larín, los Chortís – por su filiación etnolingüística son descendientes directos de los Mayas, responsables de la cultura de Copán, Quiriguá y demás ciudades australes del viejo imperio. De acuerdo a investigaciones, los chortis son parientes de los chontales de Tabasco y los choles de Chiapas en México ambas. Los chontales los choles y los chortis se separaron, permaneciendo los últimos en la región original y los otros dos dirigieron sus pasos hacia el norte.
Fuentes antropológicas destacan la unión con otros pueblos como los pipiles, siendo estos absorbidos por la cultura maya. Tanto la lengua como las costumbres de los chortis se debe a la fusión y comercio con otros pueblos de la región. Según otras fuentes científicas, el chortí es uno de los pueblos más antiguos de la familia maya quiché. Para buscar las raíces de su lengua debemos buscar en los pueblos de Guatemala que aun está viva la cultura, ya que en Honduras y El Salvador son considerados lenguas muertas.
Tal vez, la conmemoración del 12 de octubre, en lugar de pelear porque fue la resistencia indígena que, históricamente ocurrió, y eso se ve reflejado en el libro de Fray Bartolomé de las Casas en su Breve Historia de la Destrucción de las Indias, nos haga conscientes que debemos retomar el camino de los abuelos, conocer nuestra identidad y reconstruirla.
Los ciclos que acaecieron en la historia ya estaban marcados en el calendario maya. Estos sabían que venía un período de oscuridad, y avisaron a todos los pueblos para que se preparen. Sabían que era un ciclo de tragedia, angustia y zozobra, y que ocurrirían cambios para la evolución humana. Nos dejaron un legado cosmogónico que debemos reconocer, adoptar y reconstruir, para que nuestro paso por la tierra no sea en vano.
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